Sobre mucho trabajo y bye bye pañal.

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Unos suaves pasos se escuchaban en la linda casa de los Son, específicamente en la habitación matrimonial. KiHyun caminaba descalzo por el suelo de madera. Se acercó a la ventana de la estancia para abrir las cortinas y dejar que los rayos de sol matutino se adentraran el el cuarto. El agradable clima persistía, sin dar rastros aún del otoño en pleno septiembre. Dio un pequeño vistazo hacia el exterior antes de voltearse y fijar su mirada en la cama matrimonial. En ella las mantas se encontraban desparramadas y desordenadas, mientras que sobre estas descansaban sus tres hijos. El mayor no pudo evitar sonreír al verlos dormir tan cómodos en medio de toda la cama.

HoSeok abrazaba de forma protectora al pequeño bebé de ocho meses, quien a su vez se mantenía acurrucado en su pecho, demasiado a gusto así. Por otro lado, MinHyuk se abrazaba a la espalda de su hermano mayor, dejando su frente apoyada en su espalda. Como aún era temprano, cerca de las siete de la mañana, ninguno daba señales de despertar. HyunWoo se había ido hace una hora ya hacia el trabajo. Hoy tenía un día pesado, debía enseñar una nueva coreografía que hizo a un boygroup de la empresa. KiHyun ya lo veía llegar por la noche completamente exhausto, con su cuerpo doliendo a mas no poder. Un puchero involuntario se formó en sus labios de solo pensar en el moreno, intentaría tener un baño de agua tibia para cuando este llegara y así aliviar su agobio. Luego de acostar a los niños, se encargaría de darle muchos besitos y darle un masaje. Una sonrisa tonta se asomó entre sus labios, sintiendo una conocida calidez en su pecho con solo pensar en su esposo.

Sin embargo, poco le duró la calma, y es que su pequeño bebé de ocho meses se comenzaba a mover entre los brazos de su hermano. El hambre debía estar atormentando su pancita puntualmente. El mayor se acercó a la cama, sentándose en el borde, del lado donde dormía HyungWon. Este tenía su ceño fruncido, como si estuviera a punto de llorar, pero ni si quiera abría  sus ojitos. Como HoSeok le tenía firmemente abrazado, no pudo escapar de sus brazos a pesar de todo su ajetreo.

Cuando al fin decidió abrir los ojos, se encontró de inmediato con la cálida mirada de su mami, quien le sonreía con dulzura. Pestañeó un par de veces, aún adormilado, antes de darse cuenta que se encontraba entre los brazos de su hermano mayor. Le gustaba mucho que este le abrazara y le mimara. Pero justo en esos momentos el quería llenar su pancita de leche. Por lo que con mucho esfuerzo estiró uno de sus bracitos hacia su mami para que lo cargara.

KiHyun solo rió al verlo hacer un puchero, se veía demasiado chiquito entre los brazos de HoSeok. Con cuidado apartó los brazos de su primogénito y así por fin sacar al bebé de allí. Lo sentó sobre su regazo, acariciando sus revoltosos rizos.

HyungWon alzó su mentón para verle, sus manitos jalaban de su pijama para que le diera leche. De su boquita salían balbuceos inentendibles pero de clara molestia.

-Buenos días, HyungWonnie.- Dejó un beso en su frente antes de abrirse la camisa para poder amamantarlo. El pequeño no tardó en acercarse a su pecho para por fin acabar con su hambre.

Su mami se dedicó a repartir caricias en su cabello y sus mejillas, viéndole con ternura. HyungWon entre tanto, llevaba sus manitos a sus costados y lo abrazaba, aferrándose a su camisa. Estuvieron bastante tiempo así, en un acogedor silencio que apenas era interrumpido por la respiración de los niños durmiendo y las succiones del bebé.

Cuando HyungWon había llenado por completo su estómago, HoSeok comenzaba a despertar. Tanto KiHyun como la pequeña tortuga se limitaron a verlo en silencio. El mayor dejó que su hijo menor se acurrucara en su pecho, sin dejar de darle mimos. 

El niño de cinco años se movió entre las mantas sutilmente, acomodándose mejor. Palmeó con su mano izquierda la suave superficie, como si buscara algo o a alguien específicamente. Sus deditos se paseaban por las sábanas lentamente, hasta que por fin recapacitó que no encontraba lo que buscaba. Abrió sus ojos algo asustado, enfocándose en el lugar vació junto a él. Por su cabeza pasó la posibilidad de que su hermanito se haya caído de la cama sin querer. Frunció su ceño angustiado, pero logró darse cuenta de los dos pares de ojos que le observaban desde la orilla de la cama. 

Papi Oso & Mami Ki. × ShowKi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora