Antes de empezar a leer: Este capítulo contiene contenido fuerte lo cual puede ser sensible para algunos lectores
Audrey
Los humanos han mantenido debates sin solución a lo largo de la historia, uno de los más populares es la de si el destino está marcado o si lo escribimos nosotros mismos. Yo creo que está marcado, uno puede fijarse un objetivo y hacer todo lo posible en nuestras manos para lograrlo, pero no siempre podemos controlar lo externo, las cosas no siempre salen como uno desea.
Cuando conocí a Eiden, nunca me imaginé que me enamoraría de él, que estaría embarazada a los dieciséis, que perdería a mi bebé y mucho menos que después de años nuestras vidas volverían a reencontrarse.
El destino es impredecible, nunca sabes cuál será el siguiente movimiento del guion de tu vida.
Hoy, estaba decidida a confesarle la verdad a Eiden, por alguna razón regresó a mi vida, no sé que razón sea, pero merece saberlo y aclarar nuestras diferencias.
Estaba subiendo a nuestro piso en lo que hoy llamaría mi elevador favorito del mundo, cada vez que lo uso no puedo evitar sonreír o incluso a veces hasta sonrojarme, lo cual me aguanto en no hacer porque me estaría encariñando más de lo que quizás debería.
No estoy enojada con él, en parte, siento que está justificado por el hecho de no saber por completo lo que pasó. Es la desventaja del conocimiento, que no siempre lo puedes saber todo.
Una vez en nuestro piso, al abrirse las puertas del elevador quedo frente a frente con la mujer que menos esperaba encontrarme en el trayecto hasta la oficina de Eiden, Teresa Windsor. Portaba uno de sus abrigos grandes de piel de zorro, cabello gris oscuro corto con un fleco de lado y con esa postura firme que la caracterizaba. En cuanto nuestros ojos coincidieron desvié la mirada hacia abajo, no me reconocería, jamás me ha visto y yo tampoco la reconocería si no fuera por la gran figura que es.
- Buen día - Me dice mientras va entrando.
- Buen día señora Windsor - Respondí con cabeza baja saliendo del elevador.
Al escuchar las puertas cerrar fue cuando volteé, pude ver pocos centímetros de ella antes de que cerraran por completo.
Si Eiden guardó rencor por lo del dinero lo más probable es que Teresa Windsor también, para evitar problemas lo mejor será no ir más allá de un saludo cordial cada vez que la vea en Índigo.
Al llegar a la oficina de Eiden noto que la secretaria no está, esto ya no puede esperar más, siento demasiados nervios recorrer por todo mi cuerpo. Al agarrar la manija de la puerta me detengo.
¿Cómo lo tomará?
¿Me odiará?
¿Y si ya no quiere volver a verme?
No, Audrey no pienses eso, todo saldrá bien.
Todo estará bien.
En cuánto entro a la oficina escuchó a Eiden discutiendo por teléfono, me estaba dando la espalda y no se percató de que había entrado.
- ¡Me vale una mierda cómo quieras jugar esto! ¡Deja de decir que estamos juntos y aléjate de Teresa!
Escucharlo tan enojado me generaba algo de miedo, debo admitir, de la misma manera como en aquella calle lluviosa por la noche.
- ¿Eiden? - Pregunté.
Él se volteó a verme, colgó su llamada y apoyo sus grandes brazos sobre el escritorio.
- ¿Quién te dejó entrar? - Su rostro parecía una sombra que no quería ver la luz del día.
- Tu secretaria no estaba afuera pero tenía que entrar para- Me interrumpió.
ESTÁS LEYENDO
Alba: Una Luz de Amor (Libro #1)
Любовные романы¿Alguna vez te han roto tan profundo hasta el alma? ¿Qué sería lo primero en tu mente si hubieran pruebas de que nada fue como creías que había sucedido? ¿Qué pasaría, si descubres que tu pasado está más presente que nunca? Amor. Dolor. Perdón. Exis...