Capítulo 25

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Audrey

-Bien señorita Harper. -Empezó mientras abría su cuaderno y preparaba su bolígrafo.- ¿Por dónde quiere empezar?

-Ehm. . . no lo sé muy bien.

Varios recuerdos inundaron mi mente como pequeños flashbacks sin fin. Recordaba demasiado, los golpes de mi madre, mi embarazo, mi matrimonio con Gael y el coma de mi hermano. No podía seleccionar uno en concreto para empezar, era como decidir entre oxígeno y agua para vivir.

-Bueno, podríamos empezar desde el inicio de su vida si gusta. Empezaremos poco a poco, no es necesario enfocarnos en solo los momentos desafortunados.

Habían pasado unos días desde que me dieron de alta del hospital y regresé a casa de mi hermano con Livette. El mismo día en el que me dieron de alta Alex me llevó el documento y la noticia de la aprobación de mi divorcio definitivo de Gael, ya con los antecedentes y mi declaración sobre el reciente incidente fue suficiente para que fuera aprobado.

Hasta muy tarde fue suficiente para el juez.

Decidí que la mejor forma de recuperarme de todo por lo que he pasado hasta ahora, era acudir a terapia. Sentí que era hora de avanzar.

-Esta bien. -Respondo entre nervios- . . . -Agaché la cabeza rindiéndome- Lo siento, es que. . . siempre ha sido muy difícil y varios sentimientos se juntan.

-¿Cuál de todos los sentimientos resalta más?

-Me siento a la deriva, no con valentía si no con. . . miedo.

Tomé valor para empezar poco a poco a contarle mi vida entera, cada detalle sin saltar, desde mis mejores recuerdos hasta los peores. Aunque siempre he querido evitarlo, lloré de nuevo.

Dios. No me gusta seguir llorando. Es algo en lo que sigo practicando contener.

-Lo siento, juro que ya me cansé de llorar, de sentirme así. -Dije entre sollozos.

-Llorar es expresar, y expresarse ayuda a sanar. -La forma tan reconfortante en la que lo dijo la terapeuta me hizo sentirme mejor. Hablar de esto era nuevo, siempre me lo guardaba pero al fin tenía la libertad de hablar.

Tenía libertad en esa habitación.

-Te aconsejaría tomar tu tiempo libre en algún actividad que te pueda distraer, más ahora que recientemente has pasado por fuertes situaciones.

La hora y media de terapia pasaron hasta finalizar. Al salir del consultorio estaba Dylan esperándome en la sala de espera junto a Liv, hoy es domingo. Es curioso, desde aquel día en el hospital no se ha despegado ni de mí ni de ella, las únicas veces en las que nos deja son por las noches cuando él se regresa a la mansión Windsor a dormir.

Incluso pasa por mí en las mañanas para dejar a Liv en la escuela y después irnos juntos a Índigo, hasta ciertas veces se ofrece a ir por ella cuando me quedo a trabajar tarde. Jamás me había imaginado al gran arma mortal del cual Nick me habló hacer este tipo de cosas.

Livette parece sentirse muy cómoda con su presencia, a pesar de todas las emociones por las que ha pasado, hemos logrado distraerla un poco. No ha sido fácil, pero es lo que mi hermano hubiera deseado y es lo que yo quiero, verla sonreír.

Antes de regresar a casa pasaríamos al hospital pero antes, a una tienda de globos. Tenían de diversos tipos, grandes, figuras, letras, números y demás. Liv escogió uno azul en particular, redondo, de tamaño mediano que decía en letras grandes "Te amo papá". Escogió también una cinta larga metálica para sostener el globo desde ahí.

Alba: Una Luz de Amor (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora