Capítulo 11

227 36 30
                                    

Audrey

~ - ¡¿Cómo pudiste?! - Me gritó mamá dándome una bofetada a la vez.

No podía responderle, lo que sea que le diga no le quitaría la ira que tiene.

- ¡Tu virginidad Audrey! ¡Eres una puta! - Sus bofetadas cambiaban a manotazos hacia mi cabeza.

- ¡Basta mamá! - Gritaba llorando tratando de cubrirme.

Mi madre nos había descubierto a Eiden y a mi teniendo relaciones sexuales, ella lo corrió y empezó a desquitar su ira hacia mí. Entiendo su enojo, pero no creí que se pusiera así solo por mi virginidad.

- Eres la decepción más grande que he tenido, eres una zorra - Sus palabras me herían como no tuvo idea.- Este cuarto ya no es tuyo, esa cama está repleta de todas las asquerosidades que hiciste.

- ¡Mamá porfavor! - Estaba revuelta en un mar de lágrimas.

- ¡Cállate! - Me dio con su puño en la cara - ¡Irás a dormir en el suelo de la sala, como la puta que eres!

- No ma- Me interrumpió de nuevo con otra bofetada y empezó a jalarme del cabello.

La forma en cómo me arrastró hasta la sala es indescriptible, sus gritos, sus maldiciones hacia mí y como me decía constantemente que lo único que supe hacer fue abrir las piernas. Cada palabra me quebrantaba.

- Eres una imbécil, dejaste que ese chico te amarrara entre todas sus palabras y caíste. - Me dijo parada enfrente de mí mientras estaba tirada en el suelo.

- ¡No es cierto! ¡Él me amaba! ¡¡Y NO ME ARREPIENTO!! - Le grité con todas mis fuerzas.

La patada que me dio en la cara me dejó quebrantada, no podía creer en todo lo que estaba haciendo solo por haber perdido mi virginidad. Ian estaba en la universidad, por lo cual no había quien la detuviera.

- ¡Te dije que te callaras! - Sus ojos reflejaban esa rojez de ira, de odio, algo que se supone una madre no debe de sentir hacia su hijo. - Verás cómo se hará el cobarde una vez que lo demande.

- ¡No! ¡Mamá no porfavor! - Como pude me hinqué y junté ambas manos, mi cara estaba tan roja, labios partidos y un ojo empezando a obtener esa marca de color - ¡Te lo suplico! 

Me sentía tan agitada, se me hacia imposible respirar a veces, el sudor y llanto se mezclaban. Pero el sentimiento de proteger a la única persona quien yo sabía que no me haría daño se hizo presente, así que con todas mis fuerzas me levanté y dije:

- Por favor. . .hazme lo que quieras. . .desquítate conmigo - Tenía que dar pausas porque el aliento ya no me daba más de tanto llanto que salía de mí- . . .pero a él déjalo en paz.

- Pero que idiota - Agarró impulso y con todas las fuerzas que le quedaban, con las manos rojas a punto de sangrar, me dio un último puñetazo que me regresó al suelo con fuerza.

Tenía dieciséis cuando ocurrió eso. ~

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Han pasado un par de semanas desde el incidente del elevador y mi confesión a Lia.

Sé que le hirió mucho enterarse lo de Eiden y el bebé, pero a la vez, era algo que sentía necesidad de sacar. Aunque pudo haber ido tras su hermano para contarle decidió no hacerlo, prefirió respetar mi decisión con una sola condición, decírselo yo misma a él.

No tengo idea de cómo lo voy a hacer, verlo a la cara es tan difícil, verlo a él me hace recordar a mi bebé. No lo pude proteger y eso me mata. Por ahora solo trataba de evitar a Eiden, dejaba mis reportes con su secretaria y me voy a paso veloz. 

Alba: Una Luz de Amor (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora