Capítulo 7

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Audrey

En todo el camino en coche estuve callada, solo veía por la ventana hacía donde fuera pero que él no estuviera en mi vista.

A unas cuadras antes de llegar pregunté:

- ¿Pueden dejarme aquí?

Gael no podía ver que me trajeron a casa, mucho menos de que se tratará de su jefe.

- ¿No quieres que nos vea tu intento cobarde de marido? - Preguntó Eiden.

Me quedé callada.

- John, para aquí y espéranos. - Le dijo Eiden a su chofer.

Me bajé pero me percaté que tanto Eiden como Dylan se bajaron también.

- ¿A donde van? - Pregunté.

- Dije que te llevaría a casa y Dylan va a donde yo voy.

No puede ser.

Empezamos a caminar y noté que Dylan caminaba más lento que Eiden y yo para dejarnos solos caminando.

- ¿Siempre tiene que ir a donde vayas?

- Sí, es su trabajo como mi guardaespaldas. Insistí en que no lo tenía que hacer pero no confía en nadie más. Pocos saben de su existencia por lo cual nunca sospecharían de que somos hermanastros. - Respondió sin dejar de ver al frente.

Volteé a verlo, es como un alma pérdida en la noche.

- ¿Y es frio hasta con tu familia?

- No lo diría así, él es más cercano con Lia y conmigo. A veces creo que no se siente parte del resto de la familia.

- Se acostumbrará.

- Ojalá. Cambiando de tema ¿Qué ocurre con tu sobrina? Se me hace que su IQ no es muy alto que digamos.

Reí ante su comentario.

- Esa niña es todo un caso. Diría que es más abusada que Ian y yo, nota hasta los más pequeños detalles, incluso se da cuenta cuando mientes.

- Lily es igual, cuidarla es ir directo al infierno, nunca está quieta. Una vez, me la dejaron por toda una tarde de bebé, cuando Stela llegó con su ahora ex marido me encontraron tirado en el piso con un pañal puesto en la cabeza. - Me contaba mientras reía.

Dios. ¿Eiden está riéndose?

- Y lo peor de todo fueron su caras cuando me preguntaron ¡¿Y la bebé?!

No pude contenerme la risa.

- Me pasó algo muy similar con Liv. Me la dejaron a cargo por solo una noche y de tanto desvelo en la noche me quedé dormida en la mañana. No la encontraba después, no sé cómo pero estaba adentro de una caja en el closet. No me preguntes cómo llegó ahí porque ni yo lo sé.

Los dos estábamos con unas risas.

De repente todas mis molestias desaparecieron, parecíamos como aquellos jóvenes de 16 y 18 años.

Sin darme cuenta habíamos llegado a mi casa, todo adentro estaba apagado, quizás Gael ya estaba dormido. Le había dicho que iría a comer con Ian y Liv por lo cual no era necesario esperarme.

- Gracias por acompañarme - Le dije a ambos

- Ya ves que así te ves mejor - Respondió Eiden.

- ¿Cómo?

- Sonriendo.

Oh no.

Sentí un cosquilleo en mi interior. ¿Cómo es posible que lo esté provocando él?

Alba: Una Luz de Amor (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora