Eiden
-Dylan Harrison ¿A donde demonios te fuiste?- Pregunté al teléfono. Yo seguía en Índigo, ya era muy tarde.
- Tenía que atender un asunto - Respondió Dylan al otro lado.
- Necesito que vuelvas.
- Es tarde Eiden, no creo poder volver hoy. ¿De qué se trata?
- Nathan consiguió las pruebas, estoy cuestionándome si confrontar a Gael ahora.
Mi hermano por fin había conseguido y juntado las pruebas necesarias para incriminar a Gael Spencer por sus constantes desviaciones de dinero. Al fin podía mandar a la rata inmunda tras las rejas, al fin podía sacarlo de Índigo y de la vida de Audrey.
- Aunque quisieras confrontarlo ahora lo más seguro es que ya no esté en Índigo a estas horas, tendrás de hacerlo mañana. - Me dijo Dylan.- Y deberías prepararte, lo más seguro es que Teresa también quiera intervenir.
Eso era lo que más me tenía pensativo, mi madre me ordenó encargarme de la situación y tenía que mantenerla al tanto. Pero conociéndola armaría un drama si se entera que Audrey trabaja aquí, y mucho peor, que es esposa de Gael. Estaría más tranquilo a no ser porque ella llegó hoy de su viaje de negocios, ojalá se hubiera quedado unos días más en Francia.
- ¿No podría William ayudarnos con distraerla?- Pregunté.
-Eiden, él es su esposo, pero ni él podría distraerla del trabajo.
- Carajo. Te veo mañana entonces- Respondí antes de colgar.
Mañana sí que será un largo día.
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Al día siguiente al llegar a mi oficina Nathan ya me estaba esperando. Habíamos estado esperando mucho por este momento, le daría un cierre a un problema que causaba estrés para mi madre y para todos nosotros. Al fin demostraría que con los Windsor, nadie juega.
Gael fue llamado a mi oficina en cuanto llegó a Índigo, el suspenso ya abundaba antes de que entrara por esa puerta.
- Estemos alerta, no sabemos cómo pueda reaccionar. - Les dije a Nathan y a Dylan, ambos asintieron.
En cuanto él pasó por esa puerta, traté de contenerme y no aventarme encima de él para darle la paliza que se merecía. Me limité a solo apretar la mandíbula y mis puños, me mantuve sentado mientras Nathan y Dylan permanecían a parados a cada lado de mi escritorio.
- Bien, déjame ser claro contigo Spencer, no me agradas.- Le dije como si eso fuera un secreto. -Pero siempre he dicho que lo personal se mantiene aparte de lo profesional.- Asentí hacía Nathan para que sacara las copias de los registros de salidas de dinero sin concepto.- Te daré una sola oportunidad para que te salves.
Se quedó pasmado al ver los registros, su mirada empezaba a temblar pero hacía el esfuerzo por disimularlo.
-Desconozco a qué te refieras Eiden.- Contestó.
- No te hagas el inocente. ¡Y para ti soy Windsor!- Azoté el escritorio, saqué más papeles y unas fotografías de él retirando el dinero en un cajero en las afueras de la ciudad.- ¡Este eres tú! - Lo señalé.
- ¡No!¡No es cierto!- Se levanta pero Dylan lo sentó de nuevo bruscamente con una sola mano en su hombro.- ¡Están mintiendo!
- Las cuentas externas están a tu nombre - Le dice Nathan y ríe- Hasta para robar hay que tener cabeza.
- ¡Malditos! - Gritó y después se dirigió a mí - ¡Tú solo haces esto para joderme la vida! ¿Es por Audrey verdad?
- Te juro que si se tratara de ella, ya estuvieras muerto.- Dije acercándome más a él con ganas de noquearlo al suelo.
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Alba: Una Luz de Amor (Libro #1)
Romansa¿Alguna vez te han roto tan profundo hasta el alma? ¿Qué sería lo primero en tu mente si hubieran pruebas de que nada fue como creías que había sucedido? ¿Qué pasaría, si descubres que tu pasado está más presente que nunca? Amor. Dolor. Perdón. Exis...