Capítulo 3

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"Un llamado desvanecedor"

Me tomé unos minutos para disfrutar la victoria, cerré la laptop y corrí a la planta baja a hablar con mis cómplices.

—Lo logramos — grité emocionada.

—Tu emoción me asusta, pero a la vez me gusta escuchar eso — respondió Clara igual de alegre.

—Soy el rey de las bromas nada podía fallar mis estimadas — comentó egocéntrico Jade — Pero cuéntanos ¿Qué pasó? — preguntó curioso.

—Estábamos viendo una película y le dio hambre, entonces pidió "snacks" y entre eso le llevaron los caramelos de sabor desagradable, tuvo que ir a tirarlos y después lavarse los dientes, cayendo en la broma de la pasta con tinta azul, pero todavía no sé sobre la broma del shampoo, o la del armario, quería ver cómo le caía la miel, pero me colgó al darse cuenta que lo miraba — narré, eso último haciendo puchero mientras ambos reían imaginando la situación, mientras yo me reía de lo último que me dijo antes de colgar.

Estamos a mano — grité emocionada, después de que cayera en la mayoría de las bromas planeadas, él iba de un lado a otro maldiciendo todo a su paso.

Parece que no has perdido el tiempo — rezongó mirándome un momento antes de seguir intentando quitar el colorante de su boca.

La venganza es un plato que se sirve frío, se disfruta lento y tiene un sabor exquisitamente dulce — respondí poéticamente, captando su atención al instante provocando que se acercara a la computadora para responder.

Recuerda que él que ríe al último, ríe mejor — dijo lentamente, recuperando un poco su postura "temible" al tapar sus labios con una servilleta. Después de mirarme unos instantes de forma desafiante finalizó la llamada.

—Hoy disfrutamos nuestra serie victoriosos — cantó Clara, devolviéndome a la realidad. De inmediato empecé a hacer mí bailecito del triunfo.

—Parece que te está dando epilepsia — comentó Jade riéndose.

—Es mi baile de la victoria — indiqué y Clara imitó mi acción para molestar a su hermano, que blanqueo sus ojos al notarlo.

—Mejor veamos la serie antes de que me arrepienta de gastar mi viernes de vaguería en dos locas como ustedes — farfulló, seleccionando la serie y ambas nos sentamos.

Varias horas más tarde, seguíamos viendo la serie, comíamos golosinas, dormíamos unos minutos e interactuábamos para opinar sobre alguna escena como cuando veíamos un nuevo romance de Lorelei, una de las protagonistas o cuando sucedía algo relacionado a su hija. Así fue hasta que culminamos las primeras cuatro temporadas el domingo a las tres de la madrugada, donde cada uno fue a dormir en las habitaciones para recuperar las horas de desvelo.

—Line.......Line — escuché a lo lejos por lo cual me desperté de inmediato y busqué al dueño del llamado, pero simplemente estaba mi dormitorio sumido en oscuridad, me levanté, revisé por la ventana, la planta baja, pero nada, sentí una gota tibia recorrer mi muñeca izquierda provocando que la revisara rápidamente la zona, pero estaba seca. El miedo empezaba a recorrer cada fibra de mi cuerpo, pero la curiosidad me dominaba.

¿Qué estaba sucediendo?

—Line......Line — volví a oír mi nombre, pero más lejano que antes, haciendo eco en mi mente por un instante pude ver los faros de un camión acercándose a toda velocidad, sentí que mis manos se levantaban intentando cubrirme mientras mi cabeza empezaba a sentirse pesada hasta que tales ilustraciones se opacaron con la negrura de un vacío inigualable del cual me dejé llevar.

—Line, despierta — fui llamada por la misma persona de la noche anterior, abrí los ojos lentamente, notando a los hermanos — ¿Cómo estás? — era Jade. Él me estuvo llamando...pero — Line nos estás asustando — expresó con el ceño fruncido por la preocupación.

—Estoy bien — respondí despacio, aún con las dudas a flor de piel y la cabeza martilleándome.

—Si estuvieras bien no te hubiéramos encontrado media muerta en la sala — comentó Clara poniendo sus ojos en blanco.

—Yo.....no sé.......que pasó.... — hablé entre cortado — alguien........me llamó......yo me desperté..... busqué y después todo dio vueltas — narré asustada — era parecida a tu voz — señalé a Jade — pero.... con un tono cansado — dije tratando de recordar algo más.

—Yo creo que estuviste soñando — dijo dudosa, Clara.

—¿Eres sonámbula? — preguntó Jade.

—No, nunca me ha pasado, pero lo que sucedió......fue real o más bien, así lo sentí — finalicé cansada.

—Debes descansar un poco — sugirió la pelinegra preocupada — estaremos en la sala si necesitas algo, más tarde llamaré a Jorge para preguntar las tareas — finalizó cerrando la puerta con cautela dejándome en un mar de preguntas sin respuesta.

Nunca me había sucedido algo parecido. Nunca he sido sonámbula, ni mucho menos me he desmayado.

A Pesar De Todo #1 [Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora