Narrador Omnisciente
Quinientos Dos Y Novecientos Siete
Todo empeoraba con el pasar de los días para quinientos dos y novecientos siete que están desesperados porque sus planes se están viendo afectados por la percepción de cada persona.
—¿La llamaste como te dije? — preguntó serio, pero con un pequeño destello de frustración.
—Si, señor — respondió bajando la mirada, pues el sujeto era bastante imponible y un hueso duro de roer, la seriedad del hombre asustaba a cualquiera.
—Bien, puedes retirarte — demandó, mientras quinientos dos ingresaba a la oficina.
—¿Averiguaste algo? — cuestionó sentándose frente a novecientos siete.
—No, quinientos dos — respondió frustrado, pues necesitaban información, el tiempo se estaba agotando y ver a Adeline cada vez más en peligro lo agotaba.
—¿Por qué tenemos nombres de números? — interrogó aguantando la risa, a pesar de la situación novecientos tres tiene una gran imaginación.
—Pues, porque si alguien nos escucha, no sabrá quiénes somos — informó con obviedad, pero detrás de todo, su sueño frustrado de espionaje, visto en películas, quería ser cumplido y decidió aprovechar.
—Me siento como un espía o agente secreto de caricaturas — comentó mostrando su blanca dentadura — ¿tú no te sientes igual, novecientos siete? — habló imitando una voz firme y a la vez, cautelosa como un espía de película.
—Claro, también por eso son los nombres compañero — afirmó burlón, imaginando una película antigua a blanco y negro, justo las que su padre decía haber visto de niño.
—Regresando al tema, ¿qué haremos si algo arruina el plan y ella es atrapada? — preguntó ceñudo pues esa era la mayor preocupación y estaban cien por ciento seguros de que él planeaba llevársela.
—Sabes que siempre tengo un as bajo la manga — comentó confiado pues él tenía planeado muchas cosas por si algo fallaba, pero ¿sí también fallaban sus "as bajo la manga"? ¿tendría otro plan?
—Bien, confío en ti — expresó el agente de caricatura — ¿Podemos ponerle un nombre secreto a ella? — pregunto con una súplica de fondo.
—Cero — dijo novecientos siete con simplicidad.
—¿Cero? — cuestionó atónito quinientos dos.
—Sí, queremos salvar a cero, tú tienes un número más cercano porque estas más cerca de ella, mientras yo estuve cerca de ella, pero actualmente estoy demasiado lejos, aunque la conozca como la palma de mi mano.
—Cuando todo esto termine debes contárselo todo, debe saber la verdad — soltó quinientos dos al ver lo afligido que se encontraba novecientos siete.
—Sigamos buscando información — respondió novecientos siete, dejando cerrado el tema, quinientos dos, no insistió.
Ambos empezaron a buscar información, no sabían cuál era el objetivo de tener a la pelinegra bajo control, ni si quiera sabían porque mató a su propio padre, tenían tantas dudas, que buscaban ser respondidas, tenían tantos cabos sueltos que al repasarlos solo conseguían agobiar y frustrar sus mentes.
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A Pesar De Todo #1 [Editado]
Novela JuvenilAdeline Miller, una joven de 18 años que en un devastador accidente de tránsito pierde a su madre, agobiada por las malas noticias decide enfocarse en cumplir promesas pasadas, que realizó antes del accidente, su vida se basa en culminar su último a...