Adeline Miller
"Rosas y amor"
"La mejor forma de tener a alguien presente es recordándolo"
Ya han transcurrido tres meses desde que mamá murió; tres semanas desde que estoy asistiendo con normalidad, las clases pasan lento, muchas veces no soy consciente de lo que sucede, ningún profesor me hace preguntas y todos me miran con pena, sin embargo, estoy agotada, me agobian esas miradas recordándome en cada momento el accidente.
Decidí no ingresar a las últimas clases e irme a sentar bajo un árbol del colegio, tomé aire y coloqué mis audífonos, sencillamente estaba cansada de todo.
—Hola — vamos de nuevo, porque no puedo descansar un rato más me dije mí misma, finalmente respiré hondo y abrí mis ojos, cruzando mi mirada con una de color miel, muy bonita.
—Hola— respondí con frustración lo cual él entendió, hace años que no hablaba con él, pero no era el momento de empezar a hacerlo, mi humor estaba en el piso.
—Se nota que hoy no ha sido un buen día — comentó.
—No — musité, mientras él se sentaba en el árbol contiguo para escuchar música, nuestra conversación fue corta y pues así la preferí.
Media hora más tarde llegó la directora, hablando al pelinegro de ojos bonitos y pues, a mí, simplemente me miró como todos aquellos que conocen lo que sucedió, pero esta vez ya no sentía tristeza, sino rabia estaba exhausta, entonces, finalmente, hablé antes de que está se vaya arrastrando al chico a su oficina.
—¿Acaso yo no debo ir a dirección también? — pregunté enojada — acaso me tienen tanta pena que ni me castigan por saltarme las últimas clases de hoy — finalicé enojada, provocando que la directora se girará sorprendida, abrió y cerró los labios varias veces, pero nada salió, rendida tomó al estudiante y me dejó ahí, con el mismo enojo de antes y con varios pensamientos del accidente.
Cuando terminó la jornada de clases me acerqué a Jorge, un compañero de mi curso, le pedí las actividades, me explicó que tenía que hacer, pero al ver mi cara de "no entiendo qué miércoles hicieron", se ofreció a ayudarme, quedando en una cafetería cercana a mi casa.
—Hola — comenté, mientras el moreno se sentaba.
—Hola, a ver ¿dónde comenzamos? — preguntó sacando algunos apuntes.
—Desde lo fácil a lo difícil — comenté curiosa.
Me explicó cada tema, después hablamos un rato para finalmente, dejarme en casa.
Llegué a casa agotada, yendo directamente a tomar un baño para acostarme a dormir.
Mi respiración está entrecortada y mi frente está cubierta de pequeñas gotas cristalinas, desde el accidente hay días que me cuesta dormir completo y pues este es uno de ellos, son las 3 de la mañana, no puedo dormir, me desperté recordando todo y ahora cerrar mis ojos es un martirio, el accidente no solo se llevó a mamá sino mi tranquilidad con ella, la vida no siempre es justa, pero es sabia, mamá sufría, pero se los aseguro que ahora en el lugar que este es feliz al igual que Clara.
Me cambié, tomé las llaves de mi moto y salí, necesitaba algo que me relajé, compré todo lo que quería, llegué a casa como pude y me tomé tres tranquilizantes seguidos, prendí la televisión de la sala quedando a los cinco minutos dormida.
Al siguiente día ni me molesté en ir a clases, Jorge me mandó los deberes y los realicé en hojas, mientras los terminaba sonó el timbre de casa.
—Hola extraña — saludó mis ojos se llenaron de lágrimas al ver aquella alta figura de cabello negro.
—Hola, hace mucho que no te veo — saludé, mientras lo abrazaba — ven, pasa — entró con una maleta de la que no me había percatado.
—Yo...siento lo de tu madre, pequeña — comentó despacio, a lo que yo asentí — ¿Cómo te sientes? — finalizó.
—Mejor que antes, te lo aseguro, aunque a veces no me siento bien — expresé triste.
—No te pongas mal, imagina quien ha llegado para estar contigo — dijo señalando la maleta y a él varias veces.
—¿Acaso te fuiste de tu casa? — pregunté incrédula.
—Line, sabes que las cosas no están bien desde el incidente, entonces decidí venir acá y estar contigo, así nos graduamos juntos porque ahora oficialmente estudio en el mismo lugar que tú — comentó dramáticamente emocionado a lo que yo reí, en serio extrañaba sus tonterías.
Hablamos de todo, mientras ayudé a acomodar sus cosas en uno de los cuartos de huéspedes, pues tenía muchas más en su carro, él nunca deja de sorprenderme.
Después de acomodar, caímos rendidos y cada uno fue a su habitación, antes de dormir me tomé un tranquilizante haciendo que descansara hasta el día siguiente.
—Buenos días dormilona, hora de despertarse que las clases no se aprenden solas — comentó feliz Jade.
—Cinco minutos más — dije bajito esperando que se fuera, pero no, era mucho pedir, pues medio segundo después lo tenía a él haciéndome cosquillas — paraaaaaa — le grité riéndome como foca.
—¿Te vas a levantar ahora? — preguntó burlón.
—Si, si lo prometo — hablé rápido y me soltó, me dolía la barriga de tanto reír — cuando él salió, me duché y arreglé para salir.
A los 20 minutos ya estaba lista, en el salón desayunando junto a mi compañero de casa y de vida, desde la muerte de Clara nos volvimos más unidos de lo que ya éramos, a veces hasta Jade pasaba en mi casa con mamá porque sus padres se peleaban, todo empeoró después de que su madre perdiera al bebé que esperaba en camino tras la muerte de Clara.
—Okey ¿lista para las clases? — comentó feliz, respiré hondo.
—No, pero que más me toca — dije.
—Sé, positiva mujer, que vida solo hay una, disfrutemos de la mañana, pues tú amigo debe igualarse, entonces me ayudarás hoy en la tarde, así que vamos que ya quiero llegar — dijo arrastrándome hacia el carro.
Mi humor cambió cuando empezamos a cantar de camino al infierno digo al lugar donde alimentaré mi cerebro de gran conocimiento.
—Al extranjero, se fue Simón
Lejos de casa, se le olvidó aquel sermón
Cambió la forma de caminar
Usaba falda, lápiz labial y un cartelón.
Cantamos Jade y yo animados, bailaba en mi asiento. Jade hacía unos gestos y tamborileaba el volante al manejar, mientras nos bajamos de su auto fuimos mirando el gracioso video que grabamos y el cual subió a redes porque según él, ambos nos veíamos bien, tomamos los libros necesarios para la clase, pues él ya tenía todo, el día que falté le dieron su casillero, compró sus libros y todo, como lo dije anteriormente en serio este hombre me sorprende cada día más.
Nos dirigimos al salón de historia y nos sentamos ambos atrás, sin más empezó la clase, estuvo bastante interesante y además, por primera vez en mucho tiempo, me tomó en cuenta y me miró como a todo el mundo, parece que el mundo nuevamente me está sonriendo, "mamá si todo sigue así, estaré bien".
Respondí, participé bastante en historia y otras materias que tuve ese día, en la tarde ayudé a mi inútil amigo a terminar los trabajos y tuvimos tarde de películas, disfrutamos juntos así toda la semana, posteriormente fue un mes, felices como en los viejos tiempos, ambos disfrutábamos de la vida.
Mamá y Clara me enseñaron que "la vida se disfruta, pues el ayer ya se ha ido y el futuro puede que nunca llegue"
Brindo por ambas que ya no están,
Brindo por la vida,
Brindo por la amistad,
Brindo por el amor,
Y finalmente brindo por más momentos felices...
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A Pesar De Todo #1 [Editado]
Teen FictionAdeline Miller, una joven de 18 años que en un devastador accidente de tránsito pierde a su madre, agobiada por las malas noticias decide enfocarse en cumplir promesas pasadas, que realizó antes del accidente, su vida se basa en culminar su último a...