Capítulo 24

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Adeline Miller

"Julia = Reservada"


Media hora de viaje valió la pena, pues Julia caminaba cansada hacia su casa, hace mucho no la veía, pero el glamour en ella nunca desaparecía, estaba con un vestido corto de fiesta que denotaba que estuvo en la fiesta de ayer y llevaba unos tacones, que por su forma de caminar le dolían, a pesar de que tratase ocultarlo. Al verme ensanchó una sonrisa que ha mi parecer no fue sincera y la comprendo, puesto que tuve que elegir un lado cuando Jade y ella se separaron. Detuve mi moto junto a ella.

— Hola, Adeline — suspiró profundamente, al detallarla más de cerca traía el maquillaje corrido y en la mano traía su celular.

— Hola, Julia — respondí cortés. No esperaba que me tratará como una amiga muy cercana porque no lo soy y menos después de preferir a Jade cuando ambos me necesitaban, pero estar entre ambos era una muerte segura donde ambos se molestarían, pero más si hablamos del Rencoroso Jade.

— ¿Qué te trae por aquí? — preguntó tajante, hoy no estaba para guardar apariencias, ella venía de disfrutar una fiesta y un after, después de eso cualquiera quiere regresar a dormir.

— Sólo venía a darte la bienvenida, te vi en la fiesta anoche — hablé convincente, de lo que me reprochó Jade, ella estaba en la fiesta — pensé que no volverías por lo sucedido — bajé la voz en esto último, todavía me duele hablar de ello y a ella le debe dolor más porque fue su hermano.

— Es una larga historia — susurró, camino hacia la puerta y la abrió para que ingresara con la motocicleta. Fuimos en silencio, todo el sendero hasta la casa, con una expresión de nostalgia en el rostro, al llegar a la casa todo seguía igual, la casa bastante conservada y limpia. Blanca seguía trabajando en la casa, pero con una mirada triste y perdida, a veces alzaba la cabeza para observar a Julia, pero cuando ella la veía, inmediatamente la bajaba hacia el suelo, comprendo que estar de vuelta en una casa llena de recuerdos, donde se derramó sangre por culpa de las propiedades y negocios no pactados es lo último que alguien con recursos haría, pero supongo que Julia tiene una razón muy válida para estar aquí.

— Después de la tragedia, regresamos a casa, Bianca volvió para ayudarnos, dijo que no nos dejaría solas y aquí está — suspiró triste cuando notó mi vista en la señora — vivir aquí es doloroso, pero a la vez nos llena de alegría cuando recordamos los momentos que pasamos juntos, cuando éramos una familia — sonrió levemente, mantenemos un dolor común.

— Lo he ido a visitar al cementerio varias veces, le he contado muchas cosas, pero nada de ti o de lo que pasó con Jade, creí que eso se lo contarías tú cuando estuvieras lista — confesé lentamente, y ella me observó asombrada.

— Ustedes se amaron bastante a pesar de que tuvieran la absurda idea de esperar a que llegara alguien más, él era feliz contigo y aunque a veces estaba demasiado ocupado con lo que mi padre le asignaba, siempre sacaba tiempo para estar contigo — expresó y varias lágrimas amenazaron en salir, solo recordarlo me ponía sensible — confieso que desde su partida no he visitado el cementerio, todavía no puedo creer que mi hermano este muerto por culpa de mi madre.

— Visitarlo es liberador, aunque no esté aquí, tengo la certeza de que nos observa desde las estrellas — expresé y ella sonrió cuando le contamos Arthur y yo nuestra teoría de las estrellas y la muerte.

— Sigo creyendo que es una teoría absurda — añadió y después observé que dio un leve brinco del susto.

— ¿Qué sucede? — interrogué con rapidez y ella alzó su mano derecha para mostrarme la sangre que brotaba del dedo pulgar e índice de su mano derecha — ¿dónde está el botiquín? — pregunté al instante.

— En el baño de invitados — me indicó y subí en busca de aquello, al encontrarlo, bajé y saqué lo necesario para curar su herida — me corté con mi celular — comentó, mientras terminaba de envolver con gasa la herida más profunda — ayer la fiesta estuvo demasiado alocada y no recuerdo cuando se me cayo — explicó, al terminar de curarla guarde todo lo demás.

— Al menos encontraste tu celular, solo debes mandarlo ha arreglar y todo estará listo — dije relajada.

— En estos momentos prefiero estar incomunicada — respondió sin darse cuenta, pero esa oración creó una alerta en mi cerebro y me envió a la llamada que recibí antes de decidirme en visitarla.

— ¿Por qué lo dices? — interrogué y la vi dudar, creo que ella esta recibiendo las mismas llamadas que yo.

— El trabajo, mi madre y todo me tiene loca — dijo observando su mano derecha, en el corte más pequeño solo llevaba un curita.

Definitivamente algo está sucediendo.

— Te dejaré descansar — comenté levantándome del sillón — espero podamos hablar otro día — expresé tranquila.

— Espero verte pronto — dijo a manera de despedida.

Justo cuando estaba de camino a la salida escuché que el teléfono de la casa sonó y Julia se encaminó a ello, mientras Bianca me abría la puerta.

— Espero tenga un buen día— dije, pero justo al momento de intentar darme la vuelta la señora Blanca habló.

— Me podría dar su número, quizás la señorita Julia no tenga y justo antes de que la llamaran se lo iba a pedir — habló amablemente, extendiéndome un lápiz y papel, anoté mi número rápidamente, me despedí y salí de la casa, donde un guardia me abrió la puerta.

No logramos hablar mucho, pero espero que ahora que tiene mi número me llamé para hablar de todos los temas que pendientes e intentemos volver a ser amigas.

Hablar con ella me dejó claro que necesitábamos tiempo para tener una conversación más profunda y delicada, justo la que necesito para dejar el pasado atrás, pero para ello necesitaba que Julia me llame al menos.

Ahora debía centrarme en arreglar las cosas con Jade, manejé a casa, guardé la moto y fui directo a su habitación, pero él no estaba, llamé a su celular porque me preocupaba su estado, sin embargo, no contestó.

A Pesar De Todo #1 [Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora