Capítulo 38

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Narrador Omnisciente

Deja Que El Viento Se lo Lleve

Cuando algo pesa, escríbelo en un papel y así como llegó, tan fugas y de imprevisto, déjalo ir, quémalo para que la brisa se lleve cada pequeña partícula de pesar, de dolor e inconformidad.

Cada fin de mes, la familia Boswell realizaba un asado en la terraza, como hábito compartían lo bueno que sentían y lo malo lo escribían en una hoja en blanco que después todos calcinaban, dejándolo ir, formando un alivio instantáneo.

Aquella costumbre la empezaron a emplear desde que June y Scott Boswell, lo escucharon de su profesor de literatura en el colegio, estudiaron juntos, pero se enamoraron en la universidad. Eran una familia unida hasta la muerte de Clara, donde algo se fracturó, Jade se alejó de todos, excepto de la pelinegra que pasaba la mayor parte de su tiempo con ellos.

Line vivió el duelo en silencio, sus palabras expresaban lo necesario cuando tenía hambre, cuando quería irse o cuando estaba agotada, su mirada brillante se volvió oscura y sin vivez, su piel antes bronceada se aclaró porque ya no salía a menudo, su moto se quedó dentro del garaje junto a la de Clara.

Jade tenía miedo de perderla a ella también, por lo tanto, empezó a sobreprotegerla, sin embargo, cuando se dio cuenta que la situación se le salió de las manos y sintió que la perdía en el accidente automovilístico, él enloqueció no quiso salir de su habitación hasta que todo volviera a la normalidad, su madre fue al hospital con la esperanza de encontrar buenas noticias, gracias al destino las obtuvo y regresó a casa tranquila para informarle a su hijo que Line se encontraba estable, a pesar de encontrarse en coma. Jade aún se encontraba alterado y por ello, nunca fue a visitarla en el hospital.

June tenía presente cada uno de los problemas de Jade e intentó llevarlo a terapia, pero él se negó. Una semana después murió su padre, June perdió la poca estabilidad que le quedaba, empezando a depender de su hijo, del mismo que trató de ayudar a su tiempo. El cuerpo de Scott fue cremado y esparcido en una playa cerca de su hogar, así lo quiso. Lo mismo sucedió con el cuerpo de Clara. Para que fueran libres y el dolor de su pérdida se vaya con el viento con el objetivo de dejar tranquilos a sus seres queridos. Las cosas no sucedieron como lo planeó Scott porque June lo amó como no tenía idea y le costaba soltarlo como si fuera un problema simple.

La Señora Boswell, estaba enferma psicológicamente, por tal motivo, Jade decidió encargarse de ella, no le gustaba tener que depender de él, es su hijo, los padres buscan el bienestar de sus hijos, no esperan ser una carga para ellos y menos para alguien que tampoco está bien.

Al notar que su hijo empezaba a traer las compras o comida, desanimado, imaginó que era por su culpa hasta que trajo a Adeline cargada, explicándole que se había desmayado. June ayudó hasta que su hijo le restringió el paso, decía que era peligrosa, como alguna vez le hizo creer de sí misma. Después, volvió a dejarla estar con Line porque vio que solo era peligrosa para desconocidos.

June, descubrió que ellas no eran el problema.

Jade había caído muy bajo y apenas se había dado cuenta, pero estaba cansada de todo para luchar por él, pero espera que, al ver las cenizas o restos de su madre, espera que su hijo asuma sus errores y los enmiende, quizás eliminando el peso de ella, él reaccione.

June se rindió, miró hacia la ventana con sus hermosos ojos café que se volvían oscuros y cristalinos por el dolor, reflejaban el fuego de sus acciones, algunas lágrimas y gritos escaparon, su dolor físico aumentaba a cada minuto, una muerte dolorosa, pero que era necesaria para reunirse con Clara y Scott, dejó que su mente la desconectara de todo e imaginó que volaba libre como un pájaro hasta que el dolor dejó de estar presente para su subconsciente y el volar de sus alas era lo único que sentía y la felicidad la inundó cuando se reunió con su familia.

¿Cómo sucedió todo?

La habitación de June se encontraba en llamas, el incendio se extendía con rapidez, cada segundo contaba. El olfato de Adeline, la puso alerta.

— ¿Olor a qué? — cuestionó con intriga.

— Se está quemando la casa.

— Todavía no huele a quemado — necesitaba afinar un poco más el olfato o las pastillas que estaba consumiendo le estaban causando algún efecto.

—Déjame termino de narrar.

— Bien, pero no me mates, soy muy joven para morir, apenas tengo dieciocho — hoy estamos de buen humor ¿eh?

Adeline, empezó a toser pues el humo empezó a esparcirse por la habitación, estaba asustada. ¿Cómo escaparía de la habitación?

— Entonces abrí la ventana para pedir ayuda — ¿Quién podría escucharla si esa casa estaba en la nada?

— No.

— Es lo más lógico.

— Silencio.

¿En qué estaba?

A sí, empezó a toser pues el humo ingresaba a su cuarto con rapidez, el fuego todavía no llegaba al lugar porque la habitación de la pelinegra era la más alejada de todas para que nadie se acercara, solo la enfermera ingresaba al lugar para darle de comer, revisarla y proporcionarle las pastillas hasta después del incidente, su habitación seguía siendo el mismo lugar, salir de esa habitación estaba prohibido.

Abrió las ventanas e intentó pedir ayuda, sin embargo, era inútil, porque la casa está bastante alejada de las demás, rendida se apoyó contra la pared y se deslizó hasta caer sentada en el suelo, se tomó varios minutos, después miró hacia la puerta, esperando un milagro, nada pasó, al bajar la mirada se encontró con un sobre. Brevemente se levantó, tomándolo cuidadosamente, dudo unos segundos, sin embargo, lo abrió desesperada, si iba a morir quería al menos conocer el contenido de la carta.

Entonces lo abrió y empezó a leerlo en la ventana, tratando de absorber el oxigeno necesario para sus pulmones que lamentablemente se mezclaba con el humo.

"Deja que vuele, todo lo que duele, suéltalo para que el viento se lo lleve" esta frase la repetimos la familia Boswell, al quemar las hojas que contenían nuestro estrés, angustia o tristeza y todo se iba, nos quitaba un gran peso de encima. Todos éramos felices en aquel momento, hasta la muerte de Clara, era la alegría de la familia, su hermano siempre la molestaba y la hacía enojar, pero se llevaban muy bien. La muerte nos afectó a todos, sin embargo, en Jade algo cambió, algo se rompió.

Al pasar tiempo con mi hijo descubrí que necesitaba ayuda, algo extraño sucede en su cerebro. Algo que ni tú, ni yo sabemos.

Nosotras nunca estuvimos enfermas como él nos lo hizo creer, pero mi pequeño no tiene la culpa de nada yo siempre fui la culpable, los problemas empezaron y lo dejé de lado, a su suerte.

Debo admitir que confié bastante en él, siempre pensé que me ayudaría a superar la muerte de su hermana y de su padre, sin contar que puse demasiado peso en sus hombros, cuando yo debía ser la fuente de fortaleza para él, se obsesionó con protegerme y ayudarme a tal punto de enloquecer, acabó con mi libertad. No quiero que acabe con la tuya también, tienes una vida larga por delante y quiero que seas feliz lejos de Jade, es peligroso y no quiero que te haga más daño, quise ayudarlo, arreglar lo que le hice a mi hijo, pero no lo logré, es difícil.

A veces estaba feliz, a veces enojado, frustrado, triste, no comprendía que hacer. Espero que cuando yo muera, él pueda enmendar sus errores.

Quiero ser libre y para ello hice este incendio, cuando todo se haga cenizas, junto conmigo, volaré en paz, junto a Clara, junto a Scott, para guiar nuevamente su camino, para que sea bueno, como cuando jugaban todos juntos... ¿Lo recuerdas?

Lamento causarte esto Line, siempre has sido muy buena con ellos, en especial con Jade, hasta aceptaste estar mal de la cabeza para cuidarlo porque lo sé todo, sé que tirabas los medicamentos que te daba, sé que quieres ayudarlo por la promesa que le hiciste a Clara, pero no quiero que te hagas más daño, te quiero mucho mi niña...

ATT: June Boswell

Después de leer la carta, Line...

— Déjame narrar a mí, es hora de presentar la situación desde mi perspectiva.

A Pesar De Todo #1 [Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora