Narrador Omnisciente
"Un balde de dolorosos recuerdos"
El cerebro humano es un gran mundo desconocido que a ratos juega en nuestra contra o a veces decide seguir su propia naturaleza para tratar de proteger al corazón, sin embargo, ese no siempre es el camino que te trae paz, sino es aquel que te lleva a lo más profundo del abismo y te hace preguntarte el porqué del caos.
Azucena Frank se encontraba asustada y nerviosa, pues ya no podía aplazar más la tragedia que le esperaba a su marido, decidida a proteger a sus hijos, colgó la llamada para posteriormente, buscarlos e informar que mañana tendrían un viaje familiar. Tras hablar con ellos, subió nuevamente a la habitación, armó una maleta de mano con lo necesario y agotada se acostó a descansar.
Mientras tanto, Clemencio Vásquez se encontraba en su despacho bebiendo con el objetivo de alejar los problemas de su mente ya que todo su imperio se estaba cayendo ante sus ojos con el pasar de los días, pero lo que más lo atormentaba era la incapacidad de mantener segura a su familia. En aquel momento solo quería ahogarse en alcohol, no deseaba imaginar nada referente al mañana.
Después estaba Julia que sin lugar a duda confiaba ciegamente en su hermano mayor, físicamente se encontraba en la habitación preparando su maleta sin prisas, pero su mente divagaba en recuerdos con la amable mujer a la cual llamaba mamá, a cada segundo las dudas incrementaban y ella trataba de imaginar una teoría que justificara al menos un poco el plan de matar al hombre que siempre decía amar.
En la habitación del frente se encontraba Arthur, guardando cosas sin importancia en la maleta. Él estructuró un magnífico plan, pero el más mínimo error le costaría la vida a su progenitor, tenía miedo de perderlo, decidido a pensar que todo saldría bien tiró su valija al suelo y exhausto se tumbó en la cama.
Los hermanos decidieron dormir juntos pues querían estar alerta por cualquier situación, pero mirándolo desde ambos puntos de vista parecía una pesadilla de la que anhelaban salir ilesos.
Finalmente, teníamos a Adeline, acostada mirando al techo imaginando una situación diferente a la que le esperaba mañana pues necesitaba despejar un poco su mente ya que todo la estaba consumiendo, necesitaba descansar, decidida a terminar con el mal presentimiento que se formó es su interior se levantó, salió de la habitación caminando silenciosamente por el nebuloso pasillo, llegó a la pieza del único que le podría dar seguridad y la tocó con cuidado para no despertar a nadie, esperó unos segundos, cuando empezó a escuchar pasos lentos dentro de esta hasta que finalmente se acercó a la puerta y la abrió. Arthur la miró confundido, ella lo miró con angustia, confesando que tenía miedo de lo que sucedería al día siguiente, instantáneamente la dejó pasar. Ambos se necesitaban con desespero y estar en aquel momento el uno para el otro fue como un pequeño anestésico que logro calmar la tensión absoluta de sus cuerpos, esa noche que parecía tan larga, cayó cuando los dos lograron quedarse dormidos.
Ninguno se despertó durante la madrugada, al posarse la mañana toda la casa era un caos, Clemencio se encontraba dormido en su oficina. Bianca preparaba el desayuno con normalidad, Arthur llamó a algunos implicados para que estén en posición, Adeline seguía con el mismo mal presentimiento, decidiendo no despegarse del anterior nombrado, los mellizos y Julia seguían durmiendo plácidamente, dejándonos a la Sra. Vásquez o Sra. Frank, su apellido de soltera, que se encontraba recorriendo la casa con nostalgia porque sería la última vez que la vería.
Todos desayunaron en silencio y al finalizar inicio el plan. Donde salir ilesos era un deseo que todos deseaban cumplir.
Clara y Jade, subieron al auto con sus mochilas y la de Line mientras ella se escondía en el cuarto de Arthur.
Clemencio volvió a encerrarse en su oficina sin tener ni una sospecha de que sus hombres lucharían para protegerlo.
Arthur metió su valija para posteriormente cerrar la cajuela, suspiró un momento y rogó que nada sucediera hasta volver donde Line se encontraba. Azucena y Julia ya se encontraban dentro, él subió de copiloto y cuando el portón se empezó a abrir, comentó que se había olvidado su celular bajando del carro y volviendo a la casa de prisa. El chofer cerró con rapidez las puertas y avanzó alejándose de la casa, la madre intentó detenerlo, pero el sujeto le respondió que solo seguía órdenes. Julia la miró con cierta intriga, sabía la respuesta de su preocupación, pero quería conocer la mentira que pondría la mujer a su izquierda.
—Mamá, ¿Por qué te preocupas?, dijo que nos reuniríamos en el aeropuerto — cuestionó Julia con amabilidad, dejando a Azucena un tanto congelada sin nada que decir.
—Yo quería hablar con ustedes — respondió entrecortado con una expresión de horror.
—¿Sobre qué? — preguntó seca, su mente estaba llena de preguntas.
—Su padre — susurró mirando hacia abajo, no sabía cómo explicarlo.
—¿Qué pasa con él? — interrogó intentando no perder la compostura.
—Él está en peligro, nosotros estamos en peligro — dijo entre cortado a punto del llanto.
—Querrás decir "ustedes están en peligro" — atacó dejándola perpleja— sabemos que quieres matar a papá — confesó al borde del enojo y la decepción.
—Eso no es lo que sucede — dijo aún perpleja y dolida al escuchar como le hablaba su hija.
—Eso es justo lo que sucede y ahora no quiero escucharte, mamá, por favor — murmuró ahogando el enojo pues seguía sin comprender como podía su madre mandar a matar a alguien que amaba.
Arthur mandó en otro auto a Bianca a su hogar para que nada le suceda, además de proporcionarle un cheque para los gastos de al menos un mes, puesto que después de lo que ocurra en la casa se tendrá que cubrir rastros y daños. Al salir aquel auto, varios hombres llegaron iniciando una balacera que alertó a Clemencio, peleó como nunca, pero nada lo libró de su destino, Arthur y Adeline por otro lado fueron descubiertos por los asesinos obligándolos a escapar del lugar.
Corrían por los amplios pinos, buscando un poco de protección, pero de un momento a otro escuchó que alguien la llamaba como el día en que se desmayó, Line empezó a ver absolutamente todo borroso y lejano, perdiendo el conocimiento, mientras varias imágenes se posaban en su memoria, cada recuerdo de su vida iba y venía frente a sus ojos.
—¿Qué crees que hay después de la muerte? — preguntó la joven mientras miraba el cielo con un brillo especial.
—Un paraíso encima de las estrellas — respondió pensativo Arthur, mirando de soslayo a su pequeña tormenta. Admirarla era uno de los pasatiempos que más disfrutaba después de haber admitido que la amaba.
Sin previo aviso su mente viajó a otro recuerdo y su corazón empezó a apretarse del dolor emocional.
—Te cuidaré desde arriba, eres mi pequeña tormenta, quiero que seas feliz sin importar con quién — dijo con la mirada perdida, no quería que él se fuera, ella lo amaba y le dolía no poder hacer nada, su cuerpo temblaba, sus manos estaban repletas de sangre al intentar controlar la hemorragia que la bala había provocado.
Después de este, se posó el último día en que vio a Clara con vida, como dolía que tu propia memoria jugara con tus recuerdos e intentase hacerte vivir lo más bonito para posteriormente evocar el dolor que creíste ocultar.
—Te quiero mucho Line, cuida a mi hermano, por favor — dijo como última voluntad — Jade, Line los estaré observando desde el cielo — finalizó con una sonrisa y cerró sus castaños ojos para siempre, el dolor en su rostro ya no se volvió a reflejar y en paz Clara viajó a aquel mundo del que Line y Arthur hablaban.
Y terminando como un torbellino, el accidente que le dio una bofetada de la realidad. El caos de recuerdos no paraba porque a pesar del dolor que la mente trató de evadir tarde o temprano debía volver al presente.
—¡Mamá, cuidado! — gritó, pero fue demasiado tarde porque un camión impactó del lado del conductor y la brillante luz fue lo último que ambas presenciaron.
Adeline sentía su cuerpo estático, los ojos le pesaban, escuchaba a lo lejos que alguien la nombraba, su cuerpo empezó a balancearse hasta que en aquel hoyo que había caído, se desplomó.
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A Pesar De Todo #1 [Editado]
Teen FictionAdeline Miller, una joven de 18 años que en un devastador accidente de tránsito pierde a su madre, agobiada por las malas noticias decide enfocarse en cumplir promesas pasadas, que realizó antes del accidente, su vida se basa en culminar su último a...