Capítulo 37

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Narrador Omnisciente

"Subconsciente"


Adeline encontró la manera de mantenerse relativamente cuerda, a pesar de estar encerrada en aquel cuarto con tan solo una ventana con vista hacia el aburrido parqueadero. Ella aprendió a leer un reloj de pared y creó horarios para mantener su mente ocupada, a pesar del accidente con la enfermera a causa de las nuevas pastillas, o eso quería creer ella, culparse por algo que no haría sana no estaba en sus planes, por ello lo dejó pasar. Jade no la entregó a la policía, entonces decidió tomarlo como una horrible pesadilla que la desequilibro, por ende, nadie que no sean Jade o su madre pueden ingresar para que no se altere.

Al despertar, ocho y media de la mañana, alguien le trae el desayuno, muy pocas veces es Jade, la madre de Jade, la señora June Boswell ha sido muy buena con ella.

Al terminar de comer, Adeline lee un poco de los libros que Jade le proporciona, después escribe en el celular que le dio el moreno que por cierto no tiene tarjeta para hacer llamadas, ni señal para hacer una de emergencia, al parecer y para mi desgracia, Jade lo tiene todo bajo control.

A las doce y media, se entretiene peleando con su consciencia, como dicen: "hablar con tu "yo" interior, te vuelve más inteligente", en el caso de Line, le ayuda a sobrellevar las cosas de forma divertida. A las una o una y media, la señora June, trae el almuerzo, ambas se volvieron grandes amigas, Jade dice que está tomando a la hora correcta sus medicinas y pronto estará bien. Almuerzan juntas en la habitación y conversan de la vida hasta las tres de la tarde, a veces se queda hasta las cinco con la excusa de que está aburrida.

Jade siempre las deja encerradas en la casa y la única que se puede pasear por ella libremente es June, por ser su madre y estar mejorando notablemente, según el psicólogo y médico incognito de confianza de Jade.

Después la pelinegra toma un baño para relajarse un poco y aliviar el estrés de estar encerrada. Muchas veces deja que el agua la inunde con pequeñas olas de tranquilidad, la tina abraza su cuerpo descuidado y la deja descansar tranquila para posteriormente, despertar con una punzada en el cuello por descansarlo en el borde. Al despertar, se seca y cambia lentamente, evitando pensar en su horrible presente.

Sin embargo, en ciertas ocasiones no corre con la misma suerte.

En física dicen que el agua conduce electricidad, pero para la protagonista conduce recuerdos nostálgicos que nublan su vista de lamentos y rabia hacia sí misma, en química se estudia que cada partícula de agua contiene un átomo de oxígeno, pero ese oxigeno nunca llega cuando cruza esa horrible opresión en el pecho.

Hay situaciones en las que la desesperación la envuelve, entonces podemos encontrarla en la tina, llorando histérica y cubierta de agua fría tratando de relajar la tensión muscular.

Al salir del único lugar que le regala un poco de alivio y seguridad, espera que traigan la merienda, siempre la trae Jade con la tarea que debe realizar hasta el día siguiente en la mañana, cuando es algo de investigación lo hace él. Al terminar, deja en orden los cuadernos, encima de la pequeña cómoda donde guarda su ropa para que Jade se lo lleve al siguiente día.

Al terminar su rutinario día se acuesta a dormir para comenzar el siguiente.

En este caso hoy la rutina no era una opción, este día era diferente.

La esperada charla consigo misma estaba a minutos de comenzar, parecía una locura, pero las voces en su cabeza parecían tener vida propia, parecían tener sus propios pensamientos, se sentían como personas totalmente diferentes para ella. La había aplazado muchas veces y estaba asustada, dejaría que las preguntas que tenía su corazón, las respondiera su mente, con ello lograría comprender mejor su vida y tal vez la ayude a pensar en una estrategia de escape, dejaría de lado el absurdo plan de salvar a Jade.

A Pesar De Todo #1 [Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora