16. Podría ser sangre (II)

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-Char estoy aquí.- dice una voz en susurros casi inaudibles por mi lado derecho.

Channel, envuelta de golpes, sangre y moratones, tirada en el suelo de nuestro piso casi sin poder moverse, con los ojos rojos de llorar e hinchados, no se si de los golpes o de esto último, con su hermosa melena negra despeinada y alguna clapa en la cabeza, es decir, trozos de la cabeza sin pelo.

Me arrodillo a su lado y le cojo de sus manos magulladas sin saber muy bien que decir.

-Siento no haber contestado ningún mensaje ni correo, de verdad siento mucho haberme puesto así contigo. Mientras esa mujer me pegaba, solo podía pensar en nuestra discusión, en que no podía dejarme vencer sin verte una vez más, en que no podía cerrar los ojos. Por suerte el vecino de la puerta 2 escuchó como aquella tía me gritaba y rompía cosas del piso y llamó a la policía.- Channel, con la voz en susurros y haciendo pequeños parones, me intento explicar poco a poco todo lo ocurrido, pero por desgracia, no podía recordarlo todo.

-Siento haberte ocultado cosas Channel, no fue para nada mi intención, solo que no quería que te preocuparas antes de tiempo de todo, estabas ante una pasarela, con mucha presión y con mucha gente en tu mano trabajando, no quería molestarte con tonterías mías. Nunca dejaría que te pasara nada, nada que estuviese en mi mano, claro está. Lo que te ha pasado...- aprieto los dientes al darme cuenta de que si hubiese cogido el avión de antes, no le hubiese pasado nada de esto y cojo aire para no dejarme llevar por la ira.

-Señoritas, la ambulancia ya está aquí.- nos dice otro agente interrumpiendo nuestro reencuentro amargo pero dulce al saber que está mas o menos bien.

-Yo la acompañaré al hospital, no la pienso dejar sola otra vez.- le digo al policía sin importarme lo que me conteste.

Éste suspira y coge aire de nuevo antes de asentir y hacerle una señal a Channel para que vaya tirando. Con el ayuda de otro hombre que estaba por aquí también trajeado de azul, se va caminando hacia la salida, soltando alguna que otra gota más de sangre, acompañada por la cojera de su pierna derecha y las manchas en su pijama favorito de su querido Harry Potter.

Cuando todo esto termine, le regalaré muchas cosas de su saga favorita para que renueve todo lo que la loca que la atacó le rompió. Solo espero que no le queden muchas secuelas del ataque y que su pierna se mejore.

-¿Le puedo llamar por su nombre?.- me pregunta el hombre, que ahora que me doy cuenta y estoy más relajada, podría tener la edad de mi padre. Asiento y el me hace una señal para que lo siga.

Cuando llegamos a la entrada y el mira hacia afuera, a ambas partes, se vuelve hacia a mi y fija sus ojos en los míos.

-Fíjese aquí Charlotte. ¿Qué ve?.- señala la cerradura, los pestillos que están por dentro de la puerta que dan a dentro de casa, al rededor de la puerta, los marcos.

Fijándome bien, me acerco y voy inspeccionando cada rincón esperando encontrar alguna cosa que se saliera de lo normal, pero para ser sincera, no veía nada.

-No veo nada. No hay nada.- recalco lo que veo esperando que me explicara a que se refería con lo que me estaba intentando explicar.

-Exacto, no hay nada. Lo que quiere decir, que la atacante que quiso hacerle daño a Channel, o a ti, aun no lo sabemos...-

-La conocíamos.- termino la frase del hombre y el asiente dubitativo y extrañado. -No se preocupe, no soy una criminalista, ni me dedico a la investigación forense, pero amo ese ámbito, a si que estoy bastante informada, por eso supe como terminaría la frase.- mi relajación latente tras saber que Channel estaba bien, iba resurgiendo y me dejaba pensar con claridad en estos momentos. Cuando pasé por la puerta ni me fijé en esta, pero la entrada no está forzada ni rasgada, lo que quiere decir que fue mi amiga del alma la que dejó entrar a la mujer loca.

 VIDA NOCTURNA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora