35. No me equivoqué. [Renie]

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⚠️Pequeño short.⚠️

-Renie ven porfavor, necesito que te quedes con ella hasta que llegue la ambulancia.- me grita mi compañero de patrulla escaleras abajo.

-Joder tío, siempre me toca a mi.- murmuro por lo bajini para que no me oiga nadie.
No es por nada, pero, o me dejan siempre con un cadaver esperando a que llegue el forense, o sin más, tengo que esperar vigilando la escena sin hacer nada. Solo vigilando que nadie entre, salga o manipulen pruebas. -Estoy harto.- vuelvo a quejarme llegando a las últimas escaleras y esperando que me digan que parte de todo esto tengo que vigilar esta vez.

-Aquí tío.- me llaman desde dentro de la zona acordonada. Me detengo a ponerme las bolsas de plástico en los pies para no fastidiar nada en la escena del crimen y entro pasillo adentro, el cual, por lo poco que veo, está lleno de sangre, cosas rotas y cartelitos amarillos por todo el suelo, donde señalan posibles pruebas para cundo llegue el equipo especializado para el caso.

En el momento en el que entro por el marco que delimita el pasillo, del salón de la casa, me doy cuenta de que una mujer está tendida en el suelo. Su cara a pesar de estar hinchada, son las facciones mas hermosas que he visto en mi vida. Sus ojos oscuros, fuertes y magullados, dan la impresión de haber pasado una guerra. Sus manos de dedos largos y finos, llenos de sangre y arañazos, son blanquecinas aunque no llegan a ser tan blancas como la nieve. Su cuerpo, a pesar de estar cubierto, se le forman unas curvas de infarto tras sus ropajes.
Era la mujer mas hermosa que había visto hasta ahora. Si mi corazón palpitó tan fuerte por esta muñeca dañada, no quiero imaginar como lo haría al verla al natural, después de que todas sus heridas se esfumasen.

Me decía mi mente una y otra vez.

-Renie cariño, despierta.- escucho una voz al fondo del pasillo de esa casa toda desordenada.

Miro con recelo a la mujer que está enfrente de mi, la cual comienza a sonreír de una manera muy extraña.
Levanta su mano y la dirige a su cabeza, por la zona de la coronilla. Agarra un mechón de pelo y cierra su puño sobre este, estirando hacia un costado, haciendo que su cabeza se balancee de un lado a otro, hasta que se despega del cuerpo, haciendo que unas ganas de devolver invadan mi cuerpo.

-Mi amor, despierta, es una pesadilla.- siento una mano sobre mi cara, pero al llevarme la mano a esta, no encuentro nada.

La mujer enfrente de mi, arranca su cabeza en su totalidad, haciendo que el amor a primera vista que había sentido al verla, desaparezca por completo y en su lugar, tenga la necesidad de salir corriendo.

-RENIE, MALDITA SEA.- me gritan en el oído.

Abro los ojos y me encuentro con Channel, el verdadero amor de mi vida. La que salvé aquel día y la que, sin saberlo, salvó mi mundo haciéndome el mejor esposo, amante y padre del mundo.

-Lo siento mi vida, ya sabes que los medio sueños raros que tengo son fatales y hasta que mi cerebro no quiera, no me despierto. Esta vez, a pesar de estar dormido, yo te escuchaba llamarme, sentía tu mano en mi cara y todo, pero no pude hacer nada. Dios, fue feísimo. - me seco el sudor con el dorso de la camisa del pijama y me siento en la cama con la mano de mi dulce esposa en mi muslo.

Recuesto mi cabeza en su hombro y acaricio su enorme tripa de embarazada.

-Esta vez te arrancabas la cabeza amor, fue horrible.- susurro pensativo dándole vueltas al asunto.

-Ai por la virgen maría, que asco de sueños chico, de verdad te quedó un traumita de aquel día, eh.- me dice acariciándome las greñas.

Asiento apenado mientras levanto la cabeza de su hombro de nuevo.

-No me equivoqué al pensar que si eras hermosa magullada, lo serías aun mas sin esas heridas.- le cojo la cara entre mis manos mientras esboza una apenada sonrisa e imita mi gesto mientras se acerca a mi seductoramente.

-Esta embarazada quiere gresca amor.- me guiña el ojo haciéndome saber que es lo que quiere.

-Anoche te dije que hasta que no seamos padres, nada. Respétame.- le digo dándole un corto beso en los labios. Seguidamente, hago una cruz sobre mi pecho haciéndome el ofendido tras sus miradas lascivas.

Ambos reímos tras mi acto y nos volvemos a recostar un rato mas en la cama.

La voy a hacer la mujer, madre y esposa mas feliz del mundo.

 VIDA NOCTURNA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora