28. Felices 25.

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Cuando salgo de la espectacular ducha, busco el pijama de mujer y al darme cuenta de la calidad de la tela, me da hasta pena utilizarlo. Una seda increíblemente cómoda de las que casi no se notan en el cuerpo. Con un diseño que he visto en algún lugar antes, el cual ahora mismo no logro distinguir.

-Char, ¿Hija ya estas?. Tan lenta como siempre para ducharte.- se queja mi madre detrás de la puerta de madera blanca sin barnizar.

-Madre ya estoy, que pesada.- me río al escucharla maldecirme por lo bajito sin importarle que la estuviese escuchando.

Abro el pestillo y la veo con el mismo pijama que yo, pero lo único que cambia es que el mío es el femenino en azul y el de ella, el rosa de hombre. Polos opuestos.

Nos miramos la una a la otra y después nos observamos a nosotras mismas. Nuestras miradas se cruzan y como si fuésemos almas gemelas, alzamos los hombros al mismo tiempo mientras nos reímos. Ella me coge por encima de mi hombro cuando termino de salir lista de la caseta y nos metemos dentro de la casa.

La mesa del comedor ya estaba completamente servida y llena a más no poder. Olivas, patatas chips, tortilla de patatas como la que quería Monic completamente original de España, carne al horno, guindillas picantes, cocacola y fanta de limón. Todo eso llenaba la mesa excepto una parte, en la cual había una especie de cosa cuadrada de un tamaño mediano enchufada a la corriente.

-¿Qué es eso azul?.- le pregunto señalando el objeto no identificado.

-Una nevera portátil, ahí hay cervezas si queréis.- alza los hombros despreocupado.

-Pensó en todo el muchacho, me siento en un hotel, por que en casa, entre las cuatro personas que somos y el perro, ojala tener estos lujos.- dice mi madre admirando la mesa y sentándose en su sito, al lado de Chase.

Este se ríe y se sienta mientras pone las servilletas para los tres.

-Disfruta entonces mientras puedas y cualquier cosa que necesitéis, de verdad decírmelo. Yo estoy encantado de cocinar para alguien más que para mi solo. ¿Me pasas una birra porfa Char?.- me señala indiferente la neverita.

Asiento y le abro una para el, otra para mi madre y por ultimo, otra para mi. Me sirvo la mitad en el vaso enorme de la promoción 2023 de Coca-Cola y a al restante, vierto Fanta de limón, haciéndome una clara totalmente apetecible con el calor que está cayendo a estas alturas del mes de Mayo.

-Felicidades hija, espero que disfrutes tu día. A pesar de todo, he cumplido mi sueño a duras penas, deprisa y corriendo de estar contigo en tu 25 cumpleaños.- dice mi madre de la nada sin dejar de mirarme a los ojos, sacándome totalmente de mi sitio.

-¿Qué día es hoy?.- le pregunto a Chase, dándole a la pausa al brindis de mi madre.

-Diez de Mayo.- me contesta éste indiferente sin saber que pasa.

-Madre, ¿Enserio?.- me levanto de la silla y cruzo la mesa para arrodillarme en enfrente de ella. -Aquella promesa no la tomé en serio. Estaba muy enfadada por que no me dejaste salir en mi cumpleaños, te juro que no haría nada por el estilo. No hacía falta que vinieras a vigilarme.- rompo a llorar apoyando la cabeza entre sus piernas y ella me la acaricia intentando no perder la compostura como ya había hecho yo.

-Se que lo dijiste en forma de rabieta, pero como siempre cumplías lo que decías, pasé todos estos años temiéndome lo peor. No hablábamos y no tenía opcion. A finales de Abril empecé a buscarte desesperadamente para hacer una primera conexión y tener una excusa para venir y pasar contigo este día. Odio el motivo por el cual tuve que volar, pero también doy gracias al cielo por que me hayas pedido ayuda.- cuando puedo alzar la vista, miro los ojos de Sofía tan rojos como los míos y ahogo todo el llanto que tengo acumulado en forma de tristeza para mas adelante revertirlo y convertirlo en llanto de alegría.

 VIDA NOCTURNA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora