Capitulo 15.

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—No deberías irte, no hiciste nada malo —dijo la mucama sacando ropa de la maleta—, quédate no es tu culpa. —Repitió Molly molesta.

Volvió a meter la blusa a la maleta para luego cerrarla y así impedir que Molly siguiera sacando sus cosas, bajo la maleta de la cama ya todo estaba listo para marcharse de ahí. 

—Gracias Molly pero fue el señor Artemis quien me pidió irme.

—¡Debiste explicar cómo pasaron las cosas realmente Mina! —exclamó la pelirroja irritada con la actitud decaída de Mínako.

Suspiró cansada eso intentó, de verdad que quiso explicar cómo sucedieron las cosas realmente, pero Artemis no quiso escucharla y esa mujer llamada Neherenia estaba dispuesta a hacerle las cosas difíciles «ve el lado bueno de la situación Mínako estás enamorandote de un hombre que jamás volvería a verte, cuando sepa lo que de verdad eres», con ese último pensamiento la rubia tomó la pequeña maleta y una mochila para marcharse.

Detuvo sus pasos volviendo con Molly la mucama tenía esperanzas de que Mínako desistiera de su plan de irse, pero su sonrisa desapareció en cuanto la rubia extendió su mano entregándole un teléfono celular.

—Ya no necesito esto, entregalo  a don refrigerador..., digo al señor Von Parker.

Sin agregar más Mínako se retiró dejando a Molly triste por no poder convencer a su  nueva amiga. La pelirroja miró el aparato en su mano, frunció el ceño molesta a Molly no le caía en gracia la ex cuñada del señor Artemis. Metió el móvil en su bolsillo para luego salir también de la habitación de servicio.

•••

Al salir  se encontró al chófer quien estaba limpiando el auto, educada saludo al muchacho, este le correspondió el gesto con una sonrisa.

—¿A dónde va Mína? —preguntó Nicholas ayudando a la muchacha a bajar las maletas de las escaleras—, no me diga ya adivino, el señor irá de viaje y se llevará a la niña y por eso usted irá...

Calló al ver que la rubia  negaba, sintió que había pecado de imprudente se arrepintió de haber hablado, pues la cara de la muchacha no traía para nada buen semblante al contrario, estaba triste y callada  en lo que tenía de conocer a la chica no había visto así.

—Nick  me voy.

—¡¿Qué?! —prorrumpió él con desconcierto—, pero señorita ¿Qué pasará con su empleo como niñera señorita...

—Nada Nicky fui despedida —volvió a tomar la maleta una vez más se despidió del muchacho, este la llamó deteniéndose a medio camino—, ¿Dime Nick?

—Señorita Mínako permítame llevarle a su casa —la rubia iba a decir que no pero se vió detenida por el chófer que le arrebató la maleta—, por favor Mínako no sé niegue, se que vive al otro lado de la ciudad y de verdad quiero ayudarle.

—Nick no quiero que tengas problemas por mi culpa, tampoco quiero que hagas un viaje tan largo por mi, son casi cinco horas de ida y vuelta en ese tiempo podrían requerirte y si no estás podrías tener problemas por no llegar a tiempo. —Explicó Mínako haciéndole desistir al castaño por su insistencia en ayudarle.

—No se preocupe yo me haré Responsable, además hoy la niña no irá a la escuela.

—No irá —dijo ella preocupada—, ¿Pero por qué no? 

—No se mucho Mónica solo me dijo que la pequeña estaba indispuesta y que hoy no iría a la escuela. —Respondió el castaño acomodando las mangas de su camisa ya que había terminado de limpiar el auto.

Mínako dejó a Nicholas con la palabra en la boca, corrió nuevamente con la intención de ver a la niña; el poco tiempo que tenía como niñera de la chiquilla le había tomado mucho afecto a la pequeña.

La Doble Vida De Mínako. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora