Capitulo 16.

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Ir a ese lugar no era una elección para ella, simplemente no podía decir si o no, solo  tenía que estar allí sin objeción alguna.

—¿Alguna vez tendrás el valor de enfrentar a Rubeus? —se preguntó a si misma viendo su reflejo en el amplio espejo del baño.

Escuchó que alguien tocaba, rápidamente tomó el antifaz  se lo colocó para luego salir del baño.

—Aquí estoy. —Dijo acercándose  al medio de la habitación.

Yaten hizo una mueca al ver a la bailarina frente a él.

—Quitate el antifaz. —Ordenó el ojiesmeralda poniéndose de pie.

Azul retrocedió algunos pasos ante Yaten que llevó las manos a su rostro con intención de quitarle el antifaz.

—No se si Rubeus te puso al tanto guapo —dijo en el personaje de Azul—, pero no puedes quitarme el antifaz darling. —Dijo ella quitando las manos de Yaten de su rostro.

—Conmigo harás una excepción he  pagado mucho por ti. —Objetó  tirando a la rubia en la cama.

—Tú pagaste por un show...

Calló al sentir el cuerpo de Yaten posicionarse  encima  de ella.

—¿Qué haces? esto no es parte del show. —Dijo con sus ojos abiertos a su máxima expresión.

—Pues este será un show diferente —sin previo aviso Yaten haló el antifaz descubriendo el rostro de Mínako, el albino de coleta  baja abrió sus ojos sorprendido pues ya conocía el rostro de la chica abajo de él.

—Yo puedo explicarlo. —Dijo ella con voz temblorosa al saberse descubierta por el japonés.

Lo veía pero no lo creía esa chica ya la había visto.

—Tú eres.

•••

Mónica entró con una taza de café para Artemis al estar frente al albino dió un carraspido para llamar la atención de su jefe.

Al ver al ama de llaves dejó lo que estaba haciendo para descansar un momento y disfrutar de una humeante taza de café.

—Gracias Mónica —dijo tomando la taza—, no sabes lo mucho que necesito está taza de café tengo una migraña que me está matando.

—Artemis sabes que cuando te saturas de trabajo te dan esas terribles migrañas muchacho terco. —Dijo la  mujer en tono maternal tomando al hombre por el hombro izquierdo.

—No es solo el trabajo Mónica —dijo  él regalandole una sonrisa al ama de llaves, esa mujer lo conocía más de lo que a él le gustaría—, tú eres adivina ¿Dime dónde está tu esfera de cristal? —cuestionó él con ironía  regalandole una sonrisa a Mónica.

—Artemis dime algo —habló la mujer con un tono de interrogatorio—, ¿Acaso tú migraña tiene que ver con lo que ocurrió hoy?

Casi se atragantó  al escuchar a Mónica quiso negarse ante lo dicho por el ama de llaves pero eso de nada servía, eso sería absurdo esa mujer parecía tener un sexto sentido.

—A ti no te puedo mentir Mónica, tú eres como un detective.

La nombrada rió ante lo dicho por el albino.

—Bueno yo tengo alma de detective y he visto muchas series policiales —rió la mujer de corto rodete castaño—, pero volviendo a lo que de verdad importa yo te conozco muy bien muchacho y de verdad me cuesta creer que le creyeras a Neherenia, sabes de sobra como es esa chica de dramática.

La Doble Vida De Mínako. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora