Tenía que hablar con Mína pero no por teléfono, debía ser en persona, pero había un inconveniente Serena no tenía ni la menor idea de la dirección de su nuevo trabajo, apenas y sabía que era en Hudson Valley.
—Carajo ¿Qué haré? —se cuestionó la rubia impaciente por una respuesta, podía hablar con Mínako pero seguramente ella no le diría nada. Lamentó haber discutido con su amiga de esa manera.
—Tengo una idea.
Se levantó como resorte de la cama, salió del departamento tocó repetidas veces la puerta hasta que está fuera abierta.
—¿Qué se te perdió por aquí? —habló una mujer mayor con semblante serio.
—Hola señora ¿Está Ami? Necesito preguntarle algo.
—¿Y qué tendría que hablar mi Ami con una mujer como tú? —cuestionó la mujer mayor recostando su cuerpo en el narco de la puerta.
Serena respiró profundo, quería decirle un par de cosas a esa anciana, pero este no era momento para dejarse llevar por sus impulsos.
—¿Está su nieta, o no está? —dijo fastidiada la de coletas altas—, es importante es sobre mi amiga...
—¡No está y aunque estuviera no la llamaría! —exclamó molesta la anciana cruzandose de brazos poniéndole más mala cara a Serena—, mi nieta perdió una oportunidad de trabajo por culpa de Mínako, esa es otra mujerzuela igual que tú, le dije a mi Ami que no fuera tan ingenua, pero no ella tenía que siempre ser tan buena y darle la oportunidad a una zorra como tú amiguita.
—¡Escuche vieja decrépita, ni mi amiga ni yo somos mujerzuelas, además si así fuera eso no es su asunto...!
—¿Qué ocurre aquí? —preguntó una voz femenina.
Serena se dió la vuelta de inmediato reconoció esa voz.
—¡Ami te estaba buscando! —dijo la emocionada rubia.
—Bueno aquí estoy. —Respondió la chica confusa por el alboroto.
—¡Ami! —regañó la abuela a su nieta—, no quiero que te vean hablando con esta perdida.
Entregó unas bolsas de víveres a su abuela, le dió una mirada amable pidiéndole que guardara las bolsas, ella estaba por entrar a casa.
Una vez sola Ami hizo ademan a Serena para que está dijese para que la buscaba con tanta insistencia.
—Necesito que me digas la dirección de Mína.
No era su asunto preguntar pero le pareció extraña la pregunta de Serena; es decir ella y Mínako eran mejores amigas, casi hermanas esto último dicho por Mína. No entendía porque simplemente no se lo preguntaba directamente a la rubia de moño rojo.
—¿Paso algo? —dijo Ami haciendo otra pregunta.
Serena suspiró frustrada al no obtener la respuesta que buscaba. —¿Me dirás, o no?
La hostilidad de Serena confirmó sus sospechas esas dos habían peleado; seguramente el motivo era el trabajo de Mínako.
—Dime tú y Mína son buenas amigas, si tanto necesitas saber la dirección de su trabajo ¿Por qué simplemente no se lo preguntas? —refutó Ami cruzandose de brazos.
—Porque discutimos —confesó Serena irritada—, quiero hablar con ella y hacer las pases, dije algo que no debí y quiero disculparme. —también quería prevenirla de las amenazas de Rubeus, ya le había escrito algunos mensajes desde que habló con él pero Mínako simplemente no respondió.
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La Doble Vida De Mínako.
AcakArtemis Von Parker por motivos laborales abandona Alemania para iniciar de nuevo en Nueva York junto a su hija Diana de siete años, trás la perdida de su esposa, ve en otro país una nueva manera de comenzar de nuevo con su hija alejado, de todo a...