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Jughead.

Estábamos sentados en la mesa de la cocina haciendo nuestra tarea, mientras Alice hacía la cena. Yo ya casi estaba terminando. Levante la vista para ver cuanto le faltaba a Betty, pero al verla, note que sus hermosos ojos de princesa estaban cubiertos de lágrimas,  y éstas caían en su cuaderno rosa.

-¿Estás bien? -pregunté-

Ella negó.

-No entiendo.

Alice volteó al escuchar la voz quebrantada de Betty.

-¿Por qué no me pediste ayuda, mi amor? -dijo preocupada, sentándose a su lado- El primer grado es muy difícil.

Betty asintió sin dejar de llorar.

-No merezco ayuda, porque soy tonta.

-No es cierto -dije enojado- no eres tonta.

-Si lo soy. Hoy Toni me lo dijo.

Eso me hizo enojar mucho, Betty es muy inteligente.

-Toni es la tonta por decirte eso.

-Un momento -Alice interrumpió, algo confundida- ¿Toni no era una nueva amiga?

-Ahora ya no -dije cerrando mi cuaderno-

-Pero yo no quiero no tener amigos -admitió Betty en un débil tono de voz- Además, ella quizá tiene razón.

-No. Ella no te conoce, cariño, no sabe lo brillante que eres.

Betty rompió en llanto y abrazó a su mamá.

-No puedo recordar todos los números -sollozó- no quiero ser tonta para siempre.

Alice besó su cabeza acariciando su espalda, y entonces papá entró.

-¿Qué sucede?

-Betty no nos cree que es inteligente.

Él se arrodillo y besó la mejilla de la rubia.

-Dejenme -dijo alejándolo-

Se bajó de las piernas de Alice, y caminó hacia mi. Tomó mi mano y me llevó al sofá.

-¿Te quedas conmigo un ratito?

Asentí y los dos nos sentamos en el sofá. Betty se acostó y puso su cabeza en mis piernas cruzadas.

-¿Luego te ayudo con la tarea?

-Sí, porfis.

-Muy bien.

Pasó un largo, largo, largo rato. Betty se sentó de nuevo y me dió un abrazo.

-Te quiero, Juggie.

-Yo te quiero más.

Ella me miró y besó mi mejilla.

-Quiero a papi.

-¡Papá!

-No grites -bufó-

-Perdón.

Papá entró a la sala y se sentó junto a nosotros.

-¿Qué necesitan?

-No se, Betty me dijo que te llame.

-¿Qué necesitas, Betty?

Ella se encogió de hombros.

-¿No sabes?

-No -murmuró-

-¿Necesitas un abrazo?

-No.

-Un besito.

-No.

-¿Comida?

-No.

-¿Muñeca?

-No.

-¿Quizá necesitas a papi?

Ella lo penso unos segundos.

-Upa.

-Ya estamos un poquito grandes para pedir upa -sugirió levantándola- ¿No crees?

Betty negó y lo abrazó.

-Y tú, muchacho ¿Quieres que haga algo por tí?

-Sí.

-¿Qué cosa?

-Quiero dormir con mami hoy, porfis.

Papá suspiró.

-Jug, el sabado duermes con tu mamá. Ya sabes como funciona.

Bufé y caminé a la cocina, donde Alice sacaba la carne del horno.

-Alice. Quiero que le digas a papá que me lleve con mi mamá hoy.

Ella volteó a verme y dejo la bandeja a un lado.

-¿Por qué?

-Porque yo quiero.

-Cariño, eso no se puede hacer así de fácil.

-Mentira. Cuando tu le dices algo, él lo hace. Dile, porfis.

-Pero Jug, si tu papá te lleva hoy con tu mama, el sabadó deberás quedarte en casa.

Bufé y me senté en el suelo, enojado.

-¿Y eso? -preguntó cruzando los brazos-

-¡Quiero a mi mamá!

-¿Quieres a tu mamá o solo estás enojado porque tu papá está con Betty?

Mis ojos se llenaron de lágrimas.

-A ella le hace upa.

Ella se sentó frente a mí y tomó mis dos manos.

-¿Quieres que hable con tu papá para que este un ratito contigo?

-No.

-Muy bien...¿Quieres que yo te haga upa?

Asentí y ella me tomó en sus brazos y besó mi mejilla.

-Igual soy grande aunque quiera upa.

-Si, eres enorme -afirmó abrazándome-

𝑾𝒉𝒆𝒏 𝑰 𝑮𝒓𝒐𝒘 𝑼𝒑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora