𝑾𝒉𝒆𝒏 𝑰 𝑮𝒓𝒐𝒘 𝑼𝒑

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Jughead.

Betty estaba pasando por una fase.

No me molestaba en lo absoluto, de todas maneras. Me gustaba.

En ese momento, se encontraba sentada a horcajadas sobre mí, besandome intensamente, su lengua recorriendo mi boca y nuestras respiraciones más que agitadas.

-Betty -dije con poco aire- nos van a ver.

Considerando que estabamos en la sala de estar, lo raro era que no nos hayan visto aún.

-No me importa -respondió volviendo a besarme- te necesito.

Sonreí en nuestro beso, poniendo ambas manos en su cintura. No es por agrandarme, pero ¿Tan bien lo hago?

Estaba perdido y abrumado en ese intenso beso, asi que cuando oí una voz, me costó un momento asimilarlo.

-No puedo defender lo indefendible -dijo Alice sentándose junto a nosotros- contrólense o su padre se va a dar cuenta de lo que hicieron y pueden decirle adiós a dormir juntos. O siquiera en la misma casa.

Suspiré mientras Betty se sentaba a mi lado y se acomodaba el cabello.

Sus mejillas estaban ruborizadas y sus labios brillosos y de un rosa intenso, casi rojo.

Quería besarla.

Alice interrumpió mis pensamientos.

-Son adorables. Los amo. Pero por favor, que su padre no los encuentre como yo los encontré.

Suspiré asintiendo con la cabeza. Betty se veía algo mareada, por lo que me preocupé al verla.

-¿Estás bien?

Ella asintió parándose.

-Me voy a bañar.

Se fue por las escaleras y cuando me paré con intención de seguirla, Alice me tomó de la muñeca.

-¿A dónde crees que vas?

-No le creo que está bien.

Ella rió.

-Betty está bien, mi amor. Necesita una ducha fría. Y tú salir al patio, ve. Adios. Desaparece.

-Creí que no te enojabas con nosotros por-

-No me enojo si no recuerdo que mi hija tiene sexo contigo asi que sal de mi vista antes de que me enoje.

Con un suspiro, me levanté y entre a la cocina para buscar un paquete de galletas. Lo tomé y salí al patio trasero.

Sentándome en el césped, tomé mi teléfono y me quedé ahí por un largo rato, hasta que sentí una presencia a mi lado. Papá se estaba sentando.

Se veía extraño. Como si algo en él hubiera cambiado para siempre.

Solo miraba el cesped con ambas manos en sus rodillas y una mirada neutral.

-¿Pasa algo?

-Betty me contó.

Dios, Betty. Mierda.

-¿Qué cosa?

-Jughead -suspiró- ya sabes qué. Intentó ocultarmelo pero estaba actuando extraño y evitandomr asi que le pregunté si estaba bien o si había hecho algo para hacerla sentir mal. Sintio culpa y me lo contó.

-¿Y qué le dijiste?

Él se frotó el rostro con ambas manos.

-Que está bien. Que confío en ustedes y que nada va a cambiar en como la veo solo por eso. Ella estaba muy preocupada, estaba a punto de llorar.

-¿Y...? ¿Eso es verdad?

-¿Lo que le dije? Claro. Es verdad, muchacho. Solo...solo es demasiado.

Respiró profundo y apoyó su frente en sus dos manos.

-Cuídense ¿Sí?

-Sí -murmuré-

-¿Se cuidaron?

Me quedé en silencio por un segundo.

No.

Pero no podía decirle eso. Iba a matarme.

-Papá ¿Estás bien?

-Responde mi pregunta.

-No -dije en voz baja- lo siento. Yo no...no tenía con qué y tenía miedo de comprar y que te enteres o los encuentres y me mates. Lo siento, en serio.

-Okay, cállate, muchacho -suspiró en estrés- si dices otra palabra, voy a enojarme mucho contigo. Mas de lo que ya estoy.

Bajé la mirada.

Tenía razón.

-Papá, Alice no sabe que no nos cuidamos. Le dije que si para que no se enoje conmigo, pero no puedes decirle. Por favor.

Él respiró profundo asintiendo con la cabeza.

-Bien. No le diré. Pero vamos a ir a la farmacia, y vamos a comprar-

-No -me quejé-

-Disculpa -respondió con enojo- ¿Quieres pelear? Porque tengo muchas ganas de pelear contigo y con tu novia, pero estoy intentando ser gentil y un buen padre. Vas a hacer lo que te digo, no me importa si te gusta o no, porque no vas a embarazar a mi hija. Y si te rehúsas a obedecerme, esta perfecto; nunca más volverán a estar en la misma habitación solos. No te pido que no tengan sexo porque se que van a hacerlo me guste o no, solo te pido que seas responsable y cuides a tu novia.

Jamás papá me había hablado con tanta seriedad.

-Bien. Lo siento.

Nos quedamos en silencio por un rato. Fue un largo rato.

-Muchacho -papá suspiró mirándome a los ojos- cuídense ¿Si?

-Ya te dije que sí.

-No me refiero a eso. Cuídense. La mayor razon por la que me da miedo que hagan esto no es que sean irresponsables. Me da mucho miedo que alguno de los dos pase por algo feo y no tenga con quien hablarlo. Cuida de Betty. Protegela, ella es muy valiosa y no tiene ni idea.

-Lo sé.

-Y tu también, muchacho.

-¿Qué?

-Eres muy valioso.