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Betty.

Estaba desayunando, Jughead aún no se había levantado y papá estaba junto a mí leyendo el periódico en su día libre.

-Sabes, princesa -papá rompió el silencio cuando apoyé mi cabeza en su hombro para cerrar los ojos un rato más- No hace falta que vayas hoy a clase si aún no te sientes tan bien.

-Quiero ir. Solo...solo no quiero que me sigan mirando mal, o tratandome como si fuera una mentirosa.

-Lo se, mi amor. Eso apesta ¿Quieres que hable con el director?

-No. Ya van a parar.

-Si cambias de opinion me dices.

-Okay.

Mamá entró a la cocina y la mirada de mi papá se levantó hacia ella.

-Buenos días.

Mamá me miró y luego a papá. No se veía muy feliz.

-Buenos días.

-¿Pasa algo, cariño?

Ella suspiró negando con la cabeza. Él se levantó de su lugar y caminó en su dirección, le recogió el cabello y besó su mejilla.

-¿Vas a decirme qué pasa?

-No estabas ahí cuando desperté -murmuró, pensando que yo no iba a oirlos-

Papá la abrazó y ella se apoyó en su pecho.

Cuando comenzaba a sentirme algo sola, Jughead entró por la puerta.

Sus pasos adormilados lo llevaron a mi silla, me levantó por debajo de los hombros, me sentó en sus piernas y se apoyó en mi espalda mientras yo seguía desayunando.

-Separense un poco -mamá dijo luego de terminar su abrazo y poner una capsula en la cafetera-

-¿Hablas en serio? Acabas de hacer todo un drama porque papá se levantó sin tí.

Jughead rió en voz baja, rodeándome con sus brazos.

-No quiero ir -murmuró-

-Lo sé, bebé -dije alejando mi tazón vacío para voltear a verlo- ¿Quieres quedarte en casa?

-No -papá interrumpió- Jughead irá a clase. Y tu vas a separarte un poco de él.

Tomandome del brazo, intentó hacer que me pare. Yo iba a hacerlo pero Jughead me sostuvo con fuerza.

-Déjame -Jughead se quejó en un tono tan cansado que me destrozó, le daría mi vida entera para que se sienta bien siempre- es mi novia.

-Es mi hija -mamá afirmó-

-¿Y? Ella no eligió ser tu hija. Si eligió ser mi novia.

Riendo levemente, besé su mejilla.

-¿Quieres que prepare tus cereales? -murmuré acariciando su cabello desordenado-

-Sí -dijo abriendo sus ojos cansados- porfi.

-Muy bien. No lo molesten -amenacé a mis padres- está cansado, y tuvo que soportarme llorando todo el día ayer.

-No digas eso, Betts -él suspiró- te amo.

-Lo sé. Yo a tí -respondí, aunque mi todo sonó aún algo amenazante-

Papá suspiró sentándose junto a Jughead.

-Ella me da miedo a veces -admitió-

-A mi también. Solo síguele la corriente.

Reí por lo bajo, y mientras ponía cereales en un tazón, mamá se paró junto a mí.

-¿Cómo estás?

No tuve que mirarla para saber cual era la expresión en su rostro. Aún estaba preocupada por mí.

Yo también lo estaba. Todo el tiempo, de hecho. Odio lo que pasó. Siento que ni siquiera puedo hacer algo al respecto porque realmente él no me hizo nada.

-Más o menos. Mejor.

Ella asintió con la cabeza y su mano derecha acomodó mi cabello.

-¿Si quieres hablar me vas a decir?

-Claro, mamá.

Pude ver como se calmó un poco.

-Gracias -dije finalmente dirigiendole la mirada- te amo.

-Yo a tí, cariño.

Llevé los cereales de Jughead a la mesa, y vi como él estaba completamente dormido con la cabeza apoyada en esta.

-¿Por qué lo dejaste volver a dormirse? -suspiré- es imposible despertarlo.

-Me dijiste que no lo moleste -papá se encogió de hombros-

Oyendo la risa de mamá mientras se sentaba a la mesa, acaricié el cabello de Jughead. Él solo se acomodó mejor y siguió durmiendo. Sus labios rosados separados levemente me invitaban a besarlo, pero no lo haría con mamá y papá ahí. Aún me queda un poco de vergüenza.

-Papá -suspiré- haz algo.

Papá le dió un golpe a la mesa con la palma de su mano y Jughead despertó exaltado.

-¡Papá! -me quejé-

-Vamos, muchacho. Se hará tarde y no quiero tener que llevarlos en mi día libre.

-Si me dejaras faltar no tendrías que llevarnos.

-Buen intento. Come.

Besé su mejilla. Las mañanas no son lo suyo.

-La vida es tan dura conmigo -dijo dramáticamente frotándose los ojos-

-Lo sé, bebé. Come.

Subí y me cambié rápidamente para volver a bajar las escaleras cruzándome con Jughead quien las subia adormiladamente.

-¡No te duermas! -grite desde abajo-

-¡Ámame como soy!

Solté una carcajada y fui hasta el sofá, en donde papá y mamá veían la televisión. Él la abrazaba y ella estaba apoyandose en su hombro, recibiendo las caricias que dejaba en su cabello.

Espero que cuando tengamos su edad, Jughead me ame tanto como papá ama a mi mamá.

-Papá -dije empujando a mi mamá hacia un lado- ¿Me peinas?

-Cariño, no empujes a tu mamá.

-Sí, no empujes a tu mamá, niña del demonio -ella agregó-

Reí dandole el peine a mi papá, quien lo tomó con una pequeña sonrisa y comenzó a desenredar mi cabello.

-Si necesitas que vaya por tí en cualquier momento-

-Papá. Estaré bien. Soy casi adulta.

-Tienes quince años y estas sentada en el suelo mientras te peino. Eres una niña hasta que yo diga lo contrario. Y si alguien se atreve a meterse contigo-

-Lo sé -afirmé- gracias, papá.

-¿Vamos? -la voz de Jughead nos interrumpió-

Le arranqué el peine de la mano a mi papá, besé la mejilla de mamá y lo abracé para correr hacia Jughead y tomar su mano.

Salimos juntos de casa.

-Oye -Jughead dijo con algo de timidez- ¿Quieres que nos unamos al periodico escolar? Si no quieres puedes decir que no, no hace falta que digas que si, es- es tonto, pero...no lo sé. Creo que es algo que podríamos hacer juntos y-

-Juggie -lo interrumpí- Sabes que ya soy tu novia ¿Cierto? No tienes porqué ponerte nervioso cuando me pides algo.

-Siempre me pongo nervioso cuando te pido algo, Elizabeth. Eres la chica mas hermosa y cool que conozco.

Reí silenciosamente y me detuve para besar su mejilla.

-Claro que quiero, bebé. Suena genial.

𝑾𝒉𝒆𝒏 𝑰 𝑮𝒓𝒐𝒘 𝑼𝒑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora