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Jughead.

Mi pequeña y delicada princesa.

Betty acariciaba mis lunares acostada encima mío en el sofá. Se sentía como un deja vu de la primera vez que me pidio que me quede con ella en completo silencio.

Jamás me gustó mucho el silencio. Implica pensar, y cuando era pequeño, solo podía pensar en cosas malas: Las peleas de mis padres, las recaidas de mamá, mi papá gritándole y aun peor, la muerte de mamá.

Con Betty, el silencio es distinto. Betty me hace sentir tranquilo, a salvo. Me alegra que siempre me busque cuando se siente de esta manera.

Alice entró a casa por la puerta principal, volviendo del Heraldo.

-Hola chicos¿Qué tal la escuela?

-Silencio, por favor -dijo mi novia en voz baja, intentando no ser grosera-

Su madre se calló de inmediato, se acercó y dejó un beso en la frente de su hija para irse a la cocina.

Mi teléfono vibró.

Alice.

¿Le hicieron algo?

Más o menos.

Fue un día difícil, dejaré
que ella te cuente.

Si hay algo que se sobre Betty, es que su madre siempre sabe todo. Se que le contará luego.

Betty me miró a los ojos quitando el cabello de mi rostro. Le gustaba descubrir mi frente por completo pasar sus delgados dedos por ella, a veces dejando pequeños besos allí.

-Juggie -murmuró en un volumen casi inaudible-

La miré sin decir nada, para que sepa que la estaba oyendo.

-¿Puedes llevarme al patio?

Me paré sosteniendola en mis brazos y caminé al patio trasero, en donde me senté sobre el césped, dejándola a mi lado.

-No voy a tener más amigos -dijo con los ojos cerrados-

-Si los tendrás -tomé su mano- todo va a pasar.

-Es que creí que seria más fácil.

- Lo sé, bebé. Pero puedes hacer cosas difíciles.

Betty me miró y se acercó a juntar sus labios con los míos.

-Te amo -murmuró-

-Te amo.

-Necesito que estemos solos -dijo acariciando mi cabello- sin nadie más.

-¿Quieres que te secuestre en el sótano y no te deje salir jamás?

Ella rió. Regalo de los dioses.

- No me molestaría. Me llevarías comida todo el tiempo.

-Claro que sí. Así es como te muestro mi amor.

Betty se quedó en silencio unos segundos. Estaba pensando.

-¿Cómo te lo demuestro yo?

-Quedándote conmigo aunque sea un perdedor y tu la chica más hermosa del mundo.

-Jug...

-Abrazandome.

-¿En serio?

Suspiré recordando las veces que me enojaba porque papá abrazaba a Betty y no a mí, y ella me abrazaba luego, para que no me sienta excluído.

-Significa más de lo que te imaginas.

𝑾𝒉𝒆𝒏 𝑰 𝑮𝒓𝒐𝒘 𝑼𝒑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora