𝑾𝒉𝒆𝒏 𝑰 𝑮𝒓𝒐𝒘 𝑼𝒑

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Betty.

Esa tarde, llegamos a casa para encontrar una nota en la mesa de la cocina.

Salimos a hacer compras. Compórtense.
Papá♡

-Puso un corazón -sonreí-

Jughead asintió con la cabeza abriendo la nevera.

-Es para tí. Para mí es el "compórtense". No lo dudo.

Rodé los ojos. Al verme, Jughead dejó su botella de agua a un lado y se acercó a mi.

-¿Me rodaste los ojos, Betty?

-Aja ¿Y?

Él rió sarcásticamente y me tomó por detrás del cuello para estampar sus labios con los míos en un intenso beso. Su lengua se metio en mi boca sin dudarlo un segundo, causando un pequeño gemido de sorpresa salir de mi boca.

Pude sentir su sonrisa al oirlo.

Sus manos me subieron a la mesada y bajaron a mis muslos con rapidez. Jughead los apretó mientras me besaba descaradamente sin darme ni un segundo para respirar ni espacio para pensar. Él estaba a cargo.

-Betty -dijo separándose por un momento del beso, para volver a besarme antes de pronunciar otra palabra- ¿Podemos ir a mi cuarto?

Asentí rapido con la cabeza, más veces de las que creí humanamente posibles, y juntos subimos a su habitación. Él me recostó en la cama con cuidado para ponerse sobre mí y retomar aquel intenso beso. Sus manos viajaban por mi cuerpo, recorriendo cada parte de él, sin vergüenza y sin dudar.

Comencé a levantar su camiseta gris lentamentepor su torso hasta que la saqué por completo. Quería mirarlo, pero Jughead no iba a parar de besarme ni aunque se lo rogara.

Sus besos se alejaron de mis labios para bajar por mi cuello. Besó, succionó y mordió un camino hasta mi clavícula, en donde mi camiseta rosa comenzó a obstruir. Me miró desde allí, con la respiración agitada, mi mano derecha en su cabello negro y sus ojos verdes brillando mientras esperaba mi respuesta.

Solo asentí con la cabeza, y él me la quitó, descubriendo mi piel bajo esta.

-Dios -jadeó mientras sus besos bajaban por mi pecho-

Su mano izquierda bajó por mi cintura hasta que metió su mano por debajo de mi falda violeta, apretando mi trasero con fuerza mientras dejaba marcas con su boca en mis pechos.

-Juggie -jadeé-

-Amor, -dijo con la respiración agitada- necesito tu permiso para continuar.

-Hazlo. Por favor.

No sé cuando se quitó el pantalón ni cuando mi ropa interior desapareció de mi cuerpo, solo recuerdo el momento en el que lentamente sentí como Jughead entraba en mí. Su rostro cerca del mio, su cabello desordenado y un brazo suyo sosteniendo su cuerpo mientras su otra mano tomaba la mía con fuerza.

Dejó que me acostumbre antes de comenzar a acelerar el ritmo poco a poco. Sus jadeos y gruñidos cerca de mi oido me erizaban la piel, y el placer que me hacía sentir con cada embestida hacía que mis ojos se pongan en blanco y tuviera que morderme el labio para no gritar.

-Dios, Betty -murmuró acelerando el ritmo-

-Más -gemí en su oido, abrazando su cuello-

Él me oyó y comenzó a embestir más profundo.

-¡Jughead!

No quería que este momento termine jamás. No sabía que sentir tanto placer fuera posible. Sus labios callaron mis gemidos dandome un beso.

Sentí una sensación recorrer mi cuerpo y mi piel se erizó una vez más. Clavé mis uñas en la espalda de Jughead y cuando un gemido ahogado salió de mi boca, llegue al mejor orgasmo que había tenido en mi vida. Segundos después, Jughead terminó también, cayendo acostado a mi lado.

Me abrazó, y besó mi frente mientras recuperabamos el aliento.

-Te amo -dijo aún acelerado-

-Yo a tí, Jug.