12

183 32 5
                                    

Jughead.

Betty y yo estabamos jugando con sus muñecas hace mucho rato. Ya me estaba empezando a aburrir.

-Betts ¿Podemos jugar un juego que no sea de muñecas?

Ella dijo sí, así que fuimos al patio trasero.

-¿Que quieres jugar? -me preguntó, abrazando su American Girl doll, Hallie, con la cual combinaba su vestido rosado de puntos blancos-

-Juguemos a la cocina.

-¡Si! -dijo emocionada-

Los dos corrimos hasta donde estaban los utensilios de plástico que mamá me regaló para mi cumpleaños, tomamos un plato y caminamos al pasto de nuevo.

-¿Que vamos a cocinar, Chef Juggie?

-Ensalada -dije seguro de mi respuesta-

-Ok -sonrió-

Delicadamente, Betty sentó su muñeca a su lado, y comenzó a arrancar pedacitos de césped uno por uno, para ponerlos en el plato.

-Mientras tu haces eso, buscaré...¿Que más lleva una ensalada?

-Mami a veces le pone papas porque dice que tienen crabodratos.

-¿Carbohidratos?

-Eso dije.

Caminé por el patio hasta el arbol que Alice regó hace un rato, para agarrar con mis dos manos un monton de barro.

Caminé hasta Betty y lo puse en el plato.

-¡Juggie!

-¿Qué? Son papas pisadas.

-Pero-pero ¡Asi no es! ¡Eso está todo sucio!

-¡No es sucio! ¡Es barro!

Ella estaba muy enojada, queria que se calme, estaba a punto de poner una mano en su hombro cuando gritó más fuerte de lo que la escuche gritar en su vida entera. Sus ojos estaban cerrados y su rostro se volvió rojo de la fuerza con la que gritó.

-¿Qué pasa? -dijo papá, mientras él y Alice corrian hacia nosotros-

Betty rompió en llanto y abrazó a su muñeca corriendo hacia su mamá.

-Mami -sollozó-

-¿Qué pasa, mi amor? ¿Estás bien?

Me miré las manos y entendí porqué Betty se enojó. No se si era para gritar así, pero bueno.

-¿Que pasó, muchacho?

-Yo-yo no quería que se enoje, solo quería jugar -respondí algo triste-

Betty lloraba en los brazos de su mamá, aún aferrada a su muñeca rubia.

-Mami, ya no quiero jugar, quiero ir contigo -sollozó-

Mis ojos se llenaron de lágrimas mientras Alice se llevaba a Betty. Papá se sentó a mi lado y me las secó.

-¿Quieres que juegue contigo?

Negué con la cabeza.

-¿Me ayudas a lavarme, por favor? -murmuré-

Él asintió y me acompañó al baño, en donde me subí a mi banquito, para lavarme las manos, quitando todo el barro y la suciedad.

-Papi ¿Betty ya no me quiere?

-Claro que te quiere, campeón. Solo que Betty no ama jugar a las mismas cosas que tú.

-Pero yo siempre juego a las cosas que ella ama, porque se que eso le gusta.

-Eres un muy buen amigo por hacer eso, campeón. Pero no tienes que hacerlo siempre, y a veces, cuando quieren jugar a cosas distintas, pueden jugar por separado, y otras veces, Betty quizá va a querer jugar con cosas sucias. Pero hoy Betty está muy cansada, y creo que está preocupada por su mamá.

-¿Por qué?

-Porque no es lindo ver a tu mamá triste. Pero eso no significa que tú no puedas estar feliz ¿Sí? Es muy lindo que estés ahí para ella, pero aún así, tienes que estar ahí para ti mismo.

Asentí y estiré mis brazos para que me levante. Le dí un abrazo y él besó mi mejilla.

-¿Puedo ver televisión?

-Solo un rato.

Me llevó a mi cuarto y me dejó en la cama. Mientras estaba viendo Los héroes de la ciudad, Alice entró a la habitación con mi vaso en la mano, este estaba lleno de jugo de manzana.

-¿Quieres jugo, Jug?

Asentí y ella se acercó y me lo dió.

-Gracias.

-De nada...Oye, se que quizá Betty te hizo sentir mal. Esa no fue su intención.

-Lo sé. Solo me preocupa un poco que Betty no quiera jugar nunca más conmigo, porque soy muy bruto.

-Betty te ama. Ella siempre va a querer jugar contigo. Solo que hoy no se sentía de humor para estar lejos de su mamá. Y eso a veces puede hacer que estés más sensible ¿Cierto?

Asentí con la cabeza bebiendo de mi vaso de jugo.

-Yo tambien la amo mucho.

-Lo sé -sonrió- y ella también lo sabe.

-¿Puedo ir con ustedes? Yo no quiero estar solo.

-Claro que sí.

Los dos caminamos al cuarto de Betty y al entrar, la ví acostada en su cama abrazando a su muñeca. Sus ojitos estaban rojos, porque lloró mucho.

-¿Estás triste? -pregunté sentándome a su lado-

Ella asintió.

-Hallie y yo no queremos jugar con cosas sucias hoy, Juggie -dijo negando con la cabeza- pero no debi gritarte.

-Está bien, podemos hacerlo otro día.

-¿Quieren quedarse conmigo en silencio? -dijo acariciando el cabello de Hallie-

-¿Tenemos que estar si o si en silencio? -pregunté aburrido-

Alice rió acostandose junto a nosotros.

-A veces, despues de que me pase algo feo, o despues de que algo me hizo sentir una cosa rara, necesito estar en silencio. Pero me gusta no estar sola.

-Quizá me duerma -advertí-

-Esa es la mejor parte -dijo disminuyendo el volumen de su voz-











































Betty es tan tierna y chiquitita y me da mucha ternura cuanto Jughead la ama.

𝑾𝒉𝒆𝒏 𝑰 𝑮𝒓𝒐𝒘 𝑼𝒑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora