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Betty.

Las cosas se resolvieron rápido con papá. Él y Jughead hicieron las paces y me pidió perdón.

Llegamos a un acuerdo: Jughead y yo podemos dormir juntos los fines de semana solo si dejamos la puerta abierta.

Eso era suficiente. Significaba que confiaba en nosotros.

Realmente, no debería.

Desde que ví a Jughead de esa manera, no puedo quitarle los ojos de encima. Ni las manos. Eso sería un problema si no aprendía a controlarlo.

-Preciosa -Jughead acarició mi mejilla alejando su atención de la tarea- ¿Necesitas algo?

Negué con la cabeza y lo miré a los ojos.

Sus ojos son tan hermosos.

-No. Lo siento.

-¿Lo sientes? No hiciste nada.

-No, es que...no importa.

Él rió ladeando la cabeza.

-¿Qué? Dime qué pasa.

Quiero que me inclines sobre la mesa y me folles hasta que olvide mi nombre.

-Nada, Juggie. Sigue con la tarea.

-Pero linda-

-¿Qué les parece hacer lasaña vegetariana para la cena? ¿Eso es cool? -mamá entro a la cocina mirando su teléfono-

Reí al ver su intriga.

-¿Qué?

-¿Ser vegetariano es cool ahora?

Me encogí de hombros por su pregunta.

-Supongo. No lo sé, mamá. No soy cool.

-Dios, cállate -Jughead apretó su lapiz con enojo- Eres la chica mas cool que existe. Y por favor, no hagas lasaña vegetariana. Necesito comida real.

-Le pondría verduras.

-Por eso.

Mamá rió y asintió con la cabeza.

-Está bien. Si quieres ser no-cool eso es tu decisión.

-No puedo ser cool, mamá. Betty es demasiado cool, y si los dos fueramos cool sería como tener dos soles. Nos quemaríamos.

Mamá y yo nos miramos. ¿Él se había escuchado a sí mismo? Porque solo continuaba escribiendo en su hoja llena de cálculos.

-¿Cómo me dijiste? -ella dijo intentando ocultar su sonrisa-

-¿Qué? -dijo desconcertado-

-Le dijiste mamá -afirmé mirandolo con algo de ternura-

-Oh. No...no lo noté. -levantó la mirada- Y eso...¿Eso les molesta?

Mamá se acercó y dejó un besó en su cabeza.

Juggie sonrió.

-Para nada.

Dios, Jughead es adorable, necesito apretar su rostro con fuerza y besarlo para siempre.

Terminamos la tarea y subimos a mi cuarto. Nos sentamos junto a la ventana y él tomó mi mano.

- Te amo.

-Yo a tí.

-Y puedo darme cuenta de que estas babeando las veinticuatro horas del día.

Bajé la mirada con vergüenza, mis mejilla se ruborizaron.

-Juggie, yo...

-Lo sé, hermosa. Ni lo digas. Solo espera a que ellos no estén y te daré lo que quieres.

Sonreí y me acerqué a él para acomodarme entre sus brazos.

-Abrázame.

𝑾𝒉𝒆𝒏 𝑰 𝑮𝒓𝒐𝒘 𝑼𝒑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora