El resto del día lo pasé intentando ordenar la escasa información con la que contaba. Era obvio que Lauren vivía prácticamente sola y que la poca relación que tenía con su abuelo no era nada buena. Por la conversación que escuché a través del tabique del baño el primer día de instituto, el hombre ni siquiera toleraba la presencia de su nieta. Pero ¿qué estarían buscando en el cuarto de Lauren? ¿Y quién era ese otro hombre?
Mis amigas no vinieron a verme esa tarde. Al día siguiente tenían el primer parcial de Lengua y aún les quedaba mucho que estudiar, sobre todo a Vero, porque Bea repasaba a diario los apuntes de clase.
Jacob volvió a bombardearme con un montón de mensajes. Quería venir a verme, pero me negué. Como insistía, le mentí diciendo que estaba mi padre, para que no se le ocurriera presentarse. Sabía que algún día tendría que enfrentarme a él, pero aún no estaba preparada. Necesitaba estar fuerte física y mentalmente para poder mantenerme firme en mi decisión, pues, con el paso del tiempo, cada vez me costaba más echarle la culpa de lo ocurrido.
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–Lo de ese chico es muy fuerte -dijo Vero mientras echaba hacia atrás la cabeza para dejar caer en su boca los restos de una bolsa enorme de patatas fritas. Bea no había venido porque tenía que ayudar a su madre en la pastelería, así que estábamos solas-. De verdad que no sé qué le ven a Jacob. Es un idiota.
–¿Qué ha hecho ahora?
–¿No te has enterado? Bea y él han tenido problemas otra vez. Resulta que, entre lo poco que la dejan salir y él que no hace más que ponerle excusas, no se ven desde las fiestas. Además, está muy rara. Lleva así desde el día del accidente, pero cuando le pregunto no me dice nada. El caso es que esta mañana recibió un mensaje de él en el que ponía algo así como "Qué bueno estuvo lo de ayer. A ver si lo repetimos, guapa".
–¿En serio?
–¡Te lo juro! Me lo ha enseñado. Que es un niñito no es nuevo, pero que sea tan bobo como para enviarle a Bea un sms que era para otra es el remate.
–¿Crees que le está poniendo los cuernos?
–¿Tú qué pensarías? -la verdad es que tenía difícil defensa-. Bea está muy mosqueada, pero él le ha dicho que era para su prima... ¿¡Su prima!? ¡Por favor! Lo peor de todo es que Bea está en fase de creerle. Ya lo digo yo siempre: el amor, de ciego, es idiota.
Otro punto menos. ¿Sería verdad que estaba con otra? Salía con Bea, tonteaba conmigo y ¿todavía le quedaba tiempo para una tercera? A lo mejor era un malentendido. El mensaje no era tan obvio. O sí. Lo único que me consolaba del asunto era que la destinataria del mensaje tampoco era yo; así que, al menos, Bea no podía sospechar de mí.
–Si te soy sincera, Vero, ya no sé qué creerme de Jacob.
–Ojalá Bea abriera los ojos y le mandara a la mierda. ¡Y lo mismo te digo, guapa! Pero no soy tu madre y tú sabes lo que tienes que hacer, así que, tú misma.
Sí, sabía perfectamente lo que tenía que hacer, que no era otra cosa que seguir dejándole claro que solo éramos amigos. Únicamente pedía con todas mis fuerzas ser capaz de mantenerme firme.
–¿A que hoy no ha venido tu vecinita?
–¿Cómo lo sabes?
–Pues porque esta mañana su compañera del grupo la ha traído a primera hora en coche. ¡Cómo se la monta esa chica! Está claro que han pasado la noche juntas, porque venían las dos recién duchadas y con el pelo mojado. Lo que me tienta es que a ella le dé igual que la vea la Miss.
–Le da igual porque no tiene nada con ella...
–¡Y dale! ¿Te crees que vas a saberlo mejor tú? ¡Si no sales de tu casa!
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Pero a tu lado || Camren ||
FanfictionCamila es una estudiante de segundo de Bachillerato. Es divertida, inteligente y tiene muchos amigos. Pero su vida amorosa no está al mismo nivel. En realidad, ha sido bastante decepcionante hasta el momento, así que este año Camila ha decidido cent...