La cena se me estaba haciendo interminable. Había quedado con Lauren en que pasaría a su casa cuando todos estuvieran dormidos, pero no eran más que las diez. Aún quedaban al menos dos horas para estar otra vez con ella. La lentitud con la que pasaba el minutero del reloj de la cocina me estaba sacando de quicio.
–Haz el favor de comértelo todo -dijo mi madre mientras me servía una ración de ensalada rusa. Solo podía juguetear con la comida. El descubrimiento de esa mañana me había cerrado por completo el estómago.
Cenamos en silencio. Me extrañó que nadie hubiera encendido la tele y que mi madre no hablara por los codos, pero estaban tan absorta en mis pensamientos que no le di mayor importancia. Estaba a punto de meterme el último bocado, cuando fui consciente de mi error. Se avecinaba bronca, por eso nadie decía nada.
–Camila, tenemos que hablar contigo.
Ahí estaba: tenía la tormenta encima. ¿Qué podía ser? No podía saber lo de la caja y el dinero. Había escondido la llave detrás de un rodapié situado debajo de la cama que estaba suelto por un lado. Por muy buena que fuera, era imposible que la hubiera encontrado. Además, en apariencia, solo era una llave. ¿Quizá quería sonsacarme porque había averiguado con sus poderes sobrehumanos que estaba con Lauren?
–¿Qué pasa?
–Me ha llamado tu padre para contarme que estás pensando volver a Londres...
¡Uffff! Era eso. Intenté que no se me notara mucho la sensación de alivio, ya que, sino, sabría al instante que había algo más. Bajé la vista como si me sintiera culpable y esperé.
–¡No te quedes callada! ¿Cuándo pensabas decírnoslo? ¿Qué pasa con la universidad?
Me tomé un rato para responder. ¿Qué iba a hacer ahora que todo había cambiado? Aún no le había contado a Lauren. Para mí era muy importante lo que ella tuviera que decir, infinitamente más de lo que mi madre opinara.
–Mamá, no te he dicho nada porque aún no lo tengo claro. No sé qué quiero estudiar. No tengo ni idea.
–¿Y eso qué quiere decir? ¿Vas a pasar de la universidad?
–No, claro que no. Solo necesito un poco de tiempo. Puedo matricularme el año que viene. ¿Qué es un año en la vida, mamá? Quiero pensarlo bien. Se me había ocurrido que podría pasar unos meses trabajando con Rick y Stacy... No sería mucho tiempo, tal vez hasta Navidades...
Mi madre miró a Eduardo inquisitivamente para que dijera algo.
–A mí no me parece mala idea...
¡Pobre Eduardo! Le iba a caer una buena por haberse puesto de mi lado. Para mi sorpresa, mi madre no se puso como loca ni se echó sobre nosotros como una apisionadora, sino que se quedó en silencio. Eduardo y yo nos miramos confundidos.
–¿Estás bien, cariño? -preguntó él, inquieto.
Le llevó un momento responder.
–Supongo que te has hecho mayor -su voz era tan tierna que se me encogió el corazón-. Puedes tomar tus propias decisiones, pero soy tu madre. No me apartes de tu vida. Sé que hay muchas cosas que no quieres contarme y que tienes que empezar a seguir tu camino, pero déjame acompañarte...
Se le quebró la voz. Eduardo y yo nos levantamos a la vez para ir a consolarla, aunque él se hizo a un lado y dejó que fuera yo quien la abrazara.
–Te quiero mucho, mamá, y te necesito. No quiero alejarte de mi vida, de verdad que no.
Ahí estábamos las dos, llorando como tontas... ¡Hasta Eduardo tenía los ojos vidriosos! Éramos una familia, una gran familia, y de no haber sido por Lauren, tal vez nunca me habría dado cuenta.
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Pero a tu lado || Camren ||
FanfictionCamila es una estudiante de segundo de Bachillerato. Es divertida, inteligente y tiene muchos amigos. Pero su vida amorosa no está al mismo nivel. En realidad, ha sido bastante decepcionante hasta el momento, así que este año Camila ha decidido cent...