Capítulo XXXII

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Tres toques a la puerta de mi oficina consiguieron despegarme de la pantalla de mi ordenador.

-Buenos días.- Un moreno de ojos oscuros con sus gafas entraron y yo sonreí al verle.

-¿Cómo está la arquitecta más guapa de esta ciudad?- Se sentó frente a mí.

-Muy bien, trabajando en la reforma de ese amigo tuyo de equipo.- Me levanté y me senté en su regazo, rodeando su cuello con mis brazos.

-No sabes lo que me gusta tenerte ya aquí y poder venir a molestarte siempre que quiera.- Dio un corto beso en mi cuello.

-Lo sé, yo también te he echado mucho de menos.

-Por cierto, ya he hablado con una empresa de mudanzas, en cuanto tú quieras vengo a ayudarte a recogerlo todo y lo llevamos a la casa.

-He hablado con Blanca y me ayudará con el tema de la ropa, está muy pesada con que no coja pesos y no me esfuerce demasiado.- Rodé los ojos y Eric me miró.

-Es importante que descanses, son meses muy importantes y no vale la pena por una mudanza que tú pierdas salud.

-Que sí, pero tampoco me hagáis estar en cama todos los días por favor.

Esa misma tarde la rubia decidió pasarse por el piso con unas cuantas cajas de cartón para ayudarme a guardar cosas, no porque el traslado fuera inmediato, sino por la ilusión que le hacía de que todo esto fuera bien.

-Blanca por dios, déjame algo de ropa en el armario, que no me voy de esta casa ahora mismo.

-Déjate de tonterías, si tienes más ganas que yo de irte a vivir con él.

La pequeña Cintia estaba dormida encima de la cama mientras su madre estaba liando tremendo follón con mis pertenencias.

-¿Cómo lo llevas?- Le pregunté por su maternidad.

-Estoy muy contenta Sil, Cintia es un angelito.- La miró enternecida.- Me lo está haciendo todo demasiado fácil, mira que el embarazo me dio mil y un dolores de cabeza pero al verle la cara se me fueron todos los males.

-¿Hubo algún momento en el cual por muy feliz que estuvieras con el embarazo, que no te vieras capaz de hacerlo?- Pregunté casi con la voz entrecortada.

-Cariño.- Dejó el montón de camisetas que estaba doblando encima de la cama y se acercó a mí.- Por supuesto, van a ser nueve meses de reflexión, de pasar de la sonrisa al llanto, un día te sentirás la mejor madre del mundo y al siguiente querrás tirar la toalla, y es completamente normal, no debes martirizarte por eso.

-¿Y pasa algo si siento que me estoy ahogando con todo esto?

-Claro que no.- Se sentó a mi lado y apoyó su mano en mi pierna.- Has intentado sobrellevar todo esto sola durante dos meses, en cuanto tú te has liberado de este peso todos hemos empezado un acribillamiento de preguntas, de compras y de emoción al que tu misma no estabas ni mentalizada y es normal.

-Pero no es solo todo lo del bebé, es la mudanza, la relación, mi familia y sus intentos de aprobación, es como si yo sola estuviera remando un barco y nadie más ayudara a que avanzara hacia delante.

-Piensa que todo tiene que acomodarse, nos ha pillado a todos por sorpresa esta noticia y hemos querido dar pasos de gigante casi sin preguntarte a ti, pero es muy importante que tú sepas donde estas, lo que quieres y no des pasos que tú no quieras dar.- Suspiré y ella prosiguió.- Siempre has llevado tu vida como has querido, no dejes de hacerlo ahora porque viene un bebé, mereces tener lo que deseas, independientemente de tu estado.

-Es que quiero hacerlo todo, quiero estar con él, vivir juntos, me emociona muchísimo todo el tema del bebé, estoy ansiosa por saber qué es para volverme loca comprando, tengo mil nombres en mi cabeza.- Limpié las lágrimas que bajaban por mi mejilla.- Y a la vez me abruma, quiero llegar a todo y tengo miedo de no poder hacerlo, una parte de mí busca la aprobación de todos los que me rodean y la realidad es completamente diferente.

-¿Te gustaría que tus padres compartieran tu emoción?

-Yo creo que están emocionados, pero todo ha ido tan deprisa que no han asimilado lo que ha pasado.- Contesté.- No conocen a Eric, yo a su familia solo la vi en la final del mundial, creo que deseaba tanto esta situación que al verme en ella me ha pillado completamente de improviso.

-Conozco a tu familia, sé que van a estar en lo que necesites, solo necesitas comunicárselo. Ellos no son adivinos ni saben lo que pasa en tu cabeza.

...

-Hugo, cuando puedas preséntate en la empresa de los cristales, necesito que alguien firme el traslado de ese espejo a medida.- Hablé con mi compañero para que asumiera ciertas tareas que yo no podía hacer.- Gracias, te debo una.

-Silvia preciosa, ya puedes entrar a la consulta.- Una enfermera con una carpeta en su mano anunció y yo asentí.

Puedo ser una irresponsable, pero es cierto que todos los dramas de estos días no me habían permitido preocuparme por mi salud y la del bebé como me gustaría, así que decidí pedir hora con una doctora que pudiera comprobar que todo estaba yendo bien.

-No te preocupes Silvia, el cuerpo es lo suficiente sabio como para saber cómo autorregularse en estos desbarajustes, lo que sí que quiero que tengas cuidado estos días es con el estrés y los pesos, no te conviene trabajar tanto.- Dijo la doctora mientras escribía en su ordenador.

-Quiero tomarme las cosas con calma, y más sabiendo que mi estado, pero no quiero estar inmóvil durante los meses que me quedan.- Contesté.

-Para nada, no es lo mismo descansar que tumbarse todo el día en la cama. Simplemente escucha lo que el cuerpo te pide y no lo fuerces, entiendo que quieres trabajar y seguir con tus labores, pero el primer trimestre es crucial para el asentamiento del bebé, no debemos tomárnoslo a la ligera.

-¿Hasta cuándo podré estar trabajando?- Pregunté.

-Eso lo decidirás tú, Silvia. Sera tu cuerpo el que te imponga el esfuerzo que estas dispuesta a hacer y el que no, hay chicas que trabajan hasta el día del parto y otras que a los dos meses ya necesitan la baja, necesitas analizar tú la situación.

Después de la charla me tumbé en la camilla mientras la doctora pasaba el ecógrafo por mi barriga en busca de ver a este chiquitín.

-Míralo, aquí está.

El sonido del latido de su corazón resonó por toda la consulta siendo completamente ensordecedor a mis oídos.

-Está perfecto, tiene un tamaño ideal para las semanas que tiene, y si todo va bien este bebé estará aquí a finales de setiembre.

Setiembre, qué mes tan bonito para verte finalmente.
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¡Nuevo capítulo!

Cómo me emociona la amitad que tienen Blanca y Silvia, casi tanto como la final del mundial femenino de hoy✨

🥇Somos campeonas del mundo🥇

Volvemos a leernos pronto❤️

NEW HOME/ Eric GarcíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora