El carruaje se tambalea mientras recorrían el último tramo de su viaje. Altojardín fue la ultima parada y desde que salieron, su madre no había dejado de llorar, asustando a Helaena y Aemond. Aegon estaba enojado con ella por no permitirle viajar a lomos de Sunfyre.Si tanta tristeza le causaba, no debía aceptar que su abuelo, Otto, le ordenara enviar a Daeron para ser criado como un Hightower en lugar de un Targaryen, que por derecho le correspondía.
–Ya tienes otros niños, Alicent– dijo su abuelo antes de que se fueran.– este niño no debe crecer aquí, donde nadie le importará. Que sirva a su familia, tu tío lo recibirá como uno de los suyos.
Su madre sólo asintió, dócil y obediente. También estaba enojado con su padre por no acordarse de sus hijos, del menor de todos ellos. Dares apenas había dejado el pecho cuando lo abandonaron en Antigua.
Aferrado al cuello de su madre, el pequeño Daeron clavó su mirada en Aegon, siempre fue un bebé tranquilo, no de la misma manera en que Hel o Aemond lo fueron, sino que era como si supiera que de nada le serviría hacer ruido, tenía cuatro hermanos mayores. Aegon extendió los dedos, aun regordetes por la infancia, para acariciar la mejilla rojiza de su hermano. El niño sonrió mostrándole el único diente que empezaba a brotar de sus tiernas encías. Sus ojos, violetas como los suyos, se despedían con el último recuerdo que tendrían mutuamente.
Esa fue la ultima vez que estuvo en Antigua, cuando Daeron fue entregado a su tío abuelo, Ormund Hightower, para ser criado como su escudero. al menos su pequeño hermano tuvo consigo su huevo de dragón para recordarle el significado de ser un Targaryen.
La lluvia lo ponía sentimental mientras atravesaba las nubes grises que se posaban sobre las tierras de los Tyrell. Aquel recuerdo no hacía nada por aliviar el malestar que presionaba su pecho. Si su madre se enteraba de lo que estaba por hacer seguramente le dará un infarto, lo jalaría de los cabellos y lo encerraría en el Septon por el resto de sus días. Y tal vez, si regresaba con vida, se dejaría mangonear.
Por ella, por Jace y por su cachorro. Por nadie más.
Aterrizar consistía en una serie de maniobras y esfuerzos sobre su cuerpo para evitar que, con la fuerza del aire y los movimientos de Sunfyre, cayera o peor, saliera disparado por los aires y el dragón ni siquiera se percatara de ello. Los mulos se le agarrotaron contra el lomo escamoso y tenía los huesos débiles a causa del largo viaje y el frío de la lluvia, que arreciaba conforme se acercaba a la orilla del continente. El territorio montañoso de Tierras Altas aseguraban un escondite para Sunfyre, además, tendría que conseguir transporte hasta El Faro.
Hacer que el dragón obedeciera su orden de mantenerse oculto no fue tan difícil como creía que sería. Tan pronto como aterrizaron, serpenteó hasta una pequeña caverna a mitad de una montaña recubierta de árboles tupidos. Árboles que quedaron medio derribados con el paso del dragón.
–¡Eres el dragón más perezoso de toda la dinastía!–le gritó mientras caminaba lejos de la cueva. Sunfyre rugió antes de quedarse dormido.
La veta Del Río no quedaba muy lejos de donde aterrizó pero aparecerse así como así llamaría la atención de muchos que sabían que sólo los Targaryen poseían el cabello pálido, así que aprovecharía los días que no se había aseado. Se detuvo a la orilla Del Río, donde el lodo y la maleza se acumulaban. No sería su idea más brillante y en cuanto se secara o la lluvia volviera a caer sobre su cabello todos descubrirían su aspecto.
–Oiga, usted– llamaron. Aegon se apresuró en cubrir su cabello con el lodo y subirse el gorro de la capa– ¿Se encuentra bien?
Pastores. Un hombre mayor y dos chicos, muy jóvenes y escuálidos. Los tres se le quedaron viendo, sus ropas, aunque austeras para Laporte, no dejaban de ser demasiado para ser un plebeyo.
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CABELLOS DE PLATA
FanfictionEl cabello largo y platinado era un rasgo que se apreciaba entre los Omegas Targaryen pues era símbolo de su pureza, belleza y sobretodo fertilidad. Aegon II Targaryen no solo es el primogénito varón del rey Viserys, sino que también es el primer O...