–Soy un alfa con problemas de funcionalidad– lloriqueó el príncipe, su hermano rodó los ojos pero no detuvo la caricia sobre su espalda. – Ni siquiera puedo actuar como un hermano mayor.–Basta ya, Jace. Eres el mejor alfa, hermano mayor y heredero al trono, no hay nada de malo en ti.
–¿Entonces porqué no pude marcarlo con mi aroma? Todos en el salón se dieron cuenta.
Luke hizo una mueca y miró a su padre con preocupación, algo en las palabras de Jace eran ciertas pero nadie sabía la causa. No quería ser quien dijera que en efecto, Aegon era un Omega defectuoso, porque sabía lo que se sentía ser objeto de burlas y rumores, además, su hermano estaba más preocupado por sí mismo como para si quiera echarle la culpa a Aegon, a pesar de que no se habían visto en años y había algo en ellos que solo Luke, y probablemente Aemond si no fuera tan cabezota, entendía.
–Hijo, no debes preocuparte– Leanor Velaryon sonrió con dulzura a su hijo, tomándolo del abrazo de Luke para sostenerlo como cuando eran apenas más que un bebé pero menos que un muchacho– el que Aegon no haya recibido tu marca no quiere decir que la rechazara.
En eso tenía razón. El intercambio de marcas era algo íntimo para cualquier pareja, pero las marcas de aroma eran más difíciles de hacer e implicaban muchas cosas más que el contacto físico.
En el salón del trono, Jacaerys Velaryon había proclamado sus intenciones de cortejar a su tío, un Omega Targaryen, primogénito de la reina Alicent y segundo hijo del rey Viserys. Su abuelo y madre confabularon para comprometer a sus hijos en matrimonio, provocando la ira de la reina pero más sorprendente aún, que Jace quisiera cortejarlo.
Para la realeza, el cortejo era prácticamente un mito, los nacimientos de alfas y omegas venían acompañados con promesas de matrimonio planeados desde antes de su concepción. Probablemente por eso Jace decidió ir en contra de los deseos de su madre al rechazar la propuesta de unión con su prima Baela Targaryen, dejando a la familia sorprendida de que desobedeciera sus órdenes, aunque Rhaenyra no insistió mucho más en el tema, Luke sospechaba de que sus padres sabían del destino de ambos príncipes, desde el día en que ambos entraron en celo, manifestando sus castas.
–Sé lo que estás pensando y no es así Luke, es cierto que no es como otros omegas pero no significa que sea malo o defectuoso.– soltó Jace bajo el escrutinio de su hermano menor.
Luke miró a su padre en busca de ayuda. Laenor, para aliviar la tensión entre sus hijos, atrajo al mayor de nuevo hacia él. Dejó que Jace se acurrucara sobre su hombro como cuando era un bebé.
La añoranza en su pecho se instaló como un bloque de piedra, pesado y enorme. Sus pequeños hijos estaban haciéndose mayores ante sus ojos, sin que nada pudiera hacer, mucho menos para evitar que sufrieran y se enfrentaran a situaciones que tarde o temprano tendrían que vivir, solo esperaba ser de ayuda cuando estuvieran en una encrucijada. Acarició su cabello y sucedió algo que solo había escuchado en viejas historias. Tomó a su hijo de los hombros y bruscamente lo alejó de su cuerpo.
Jace lo miró confundido, sus ojos marrones tenían un brillo extraño tratándose de un alfa así que, para asegurarse de que sus sospechas eran ciertas, olisqueó a su hijo. Desde el cabello, las muñecas y más importante, la unión entre su cuello y su hombro. El lugar de una marca.
Ligero y casi imperceptible, el olor a moras se mezclaba con el característico aroma a cítricos de los Targaryen, el amaderado de sus hijos mayores, y al de Jace, chocolate. Miró a Luke, quien miraba a su hermano con la misma cara de confusión.
–Ven aquí Luke– el menor se movió despacio sin entender nada y se inclinó frente a su padre.
Cítricos, madera y tierra mojada, olía al Luke de siempre, lo que dejaba más que claro que Jace, sí era un alfa disfuncional, al menos en el buen sentido. Laenor soltó una sonora carcajada seguido de un ataque de tos mezclado con risa ahogada. Tardaron varios minutos en volver a la normalidad.
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CABELLOS DE PLATA
FanfictionEl cabello largo y platinado era un rasgo que se apreciaba entre los Omegas Targaryen pues era símbolo de su pureza, belleza y sobretodo fertilidad. Aegon II Targaryen no solo es el primogénito varón del rey Viserys, sino que también es el primer O...