1 ¿Qué Me Importas, Gavi?

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Janna.

Pasé las manos por el plástico de la bolsa y lo cogí tirándolo al carrito, así como mil chucherías más. Pasé de mostrador en mostrador tomando todas y cada una de las cosas que me llamasen la atención, últimamente tenía la intención de gastar mi dinero innecesariamente.

Una vez más esta semana, que me daban esos bajones emocionales y tenía que salir a curarme de la mejor manera, gastar mi dinero en cosas que posiblemente se dañarían luego. Bajones emocionales qué no entendía, ya que se supone que no me importaba Pablo y que lo que hiciera con su vida era su gran problema.

Aún así, estaba atada a él de mil y un maneras. Primero, estaba mi trabajo, qué consistía en ser la ayudante de Laporta. Segundo, en los días que estaba con él, me presentaron a media plantilla a ahora los consideraba mi familia. Y tercero, tenía la mala suerte de vivir al lado de su casa.

Muchas coincidencias para mi gusto.

Ahora él estaba enfocado en lo suyo, qué era el fútbol, y no tenía tiempo para mi que se supone que era su casi algo.

Suspiré, de nuevo para pagar y retrocederme a mi auto, el cual era hora de lavarlo por lo menos. Llegué a mi casa, o la casa que era de mis padres antes de que se fueran de nuevo a Ibiza, por que según ellos "la vida era mejor lejos de un estorbo", si el estorbo era yo.

Bajé las bolsas y una vez las dejé sobre la mesa, me cambié y puse manos a la obra para lavar el auto.

No tenía cincuenta euros para pagar, así que me tocaba hacerlo a mi. Hoy tenía que dejarlo bonito. Mientras sacaba y barría por dentro, me di cuenta que habían más billetes y monedas, de lo que tenía en el banco. Que injusto.

Saqué la manguera y empecé a mojarle, pero quedé más empapada que un pez en el agua. A veces me preguntaba si era tonta o me hacía.

Mientras enjabonaba, un auto pasó a poca velocidad frente a mi, pero poco presté atención por que sabía de quien era. Donde sea yo distinguía el auto de Gavi, jamás se me pasaba.

Terminé en tiempo récord y me metí en la casa, por que el señor sevillano no se había bajado de su coche y posiblemente me estaba observando. Iba a ignorarle toda la vida si era posible.

Me quité el pijama y lo metí en la secadora. Esperando que se secase. Poco a poco fui saliendo de la cocina, y caminado al balcón tracero que daba una excelente vista a la casa de Pablo. Apoyé mi peso del barandal. Su casa estaba al lado, y eso implicaba verle, a demás que su patio estaba cerca del mío, aunque yo tuviera el más grande. También se la pasaba en la piscina del patio, haciendo cualquier cosa allí, pero siempre estaba los jueves por las noches.

Descansé la cabeza en una mano, mirando su piscina que estaba con mil flotadores en ella. Supongo que ayer por la noche tuvo visitas, y no me di cuenta por que estaba trabajando...

Hablando de trabajo, Xavi que me llama.

- Hola, ¿todo bien? - pregunté, ya que voy era domingo y no es costumbre que me llame.

- - ¿Sabes algo de Pedri? ¿O de Ansu? ¿O por lo menos de Balde? - preguntó ansioso, haciendo que mirase en dirección a la casa de Gavi.

- No, ¿por qué?

- Por qué salieron de fiesta y tú siempre estás con ellos.

Alejandro Balde, Ansu Fati, Pedri González y todos los que hayan salido sin mi morirán mañana que vaya a la Ciutat Esportiva.

- Pues a mi no me llevaron, y al que vi hoy fue a Gavi, que llegó no hace mucho en un auto.

- Pues él sí vino al entreno, los demás no.

Blaugrana - Pablo Gavi. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora