47. Relaciones.

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|Fuera de relación|

Para ser dieciséis de febrero, faltando menos de un mes para dar a luz, se sentía como la mierda más aplastada y podrida del mundo.

Mental y físicamente.

Y claro, como no tenía nada más que hacer con su vida para poder cazar a Pablo entre sus brazos, usaría la excusa que él mismo le dio. Usaría cualquier arma que tuviera en sus manos, cueste lo que cueste Janna se saldría con la suya. Recuerda ese septiembre cada momento del día, y no sólo por culpa de Pedri, sino también porque ese día le pidieron matrimonio.

Matrimonio...

Pensar en una boda en este momento no la perturbaba, más bien, le hacía pensar que Pablo volvería.

Con todos los meses que han pasado, Janna estaba tan ocupada en estupideces que no había preparado ni la más mísera servilleta, y estaba tan tranquila que sólo hasta hoy se fijó que no tenía ni un concepto de iglesia.

«Para variar no se casaría en Iglesia»

Siempre hay una luz al final del camino, y esa luz —sacando a Alejandro que es bastante oscuro— tenía bastantes amigos cordiales que bien podían planearle el casamiento de sus sueños.

Claro que siempre había alguien que no estaba en de su lado, y ese alguien era Alejandro, que no estaba del todo de acuerdo, como todo aguafiestas, alegaba que no era el mejor momento,  y un millón de cosas más, que ella no escuchaba porque Pablo le había pedido matrimonio cuando su especie de "relación conyugal" estaba... Llevadera, por que bien y en tranquilidad jamás.

Lo había meditado muy bien, y ayer mientras pintaba una especie de flor silvestre, pensó en un ramo de matrimonio, luego en matrimonios, y luego en Su matrimonio.

Estaba sentada sola, ya que los dos españoles con los que se la pasaba en cada momento de su día, estaban ocupados con sus propios asuntos. Uno, arreglando su cabello en el espejo, según para verse más guapo, y el otro no estaba en casa. Balde había cortado su cabello, el rebelde monte que antes estaba en grelos se desapareció.

Aunque normalmente las personas a su alrededor solían hacerlo para activar su Prime a modo Ferrán, Kimmich y Rasford, pero parecía más Samuel Umtiti cuando jugaba en el Barça, y no había momento en el que no se lo recordara.

El ordenador estaba sobre la mesa, metida en una página llamada "Pinterest" que no dejaba de darle imágenes de bodas, que ella feliz anotaba en un papel.

— Busco el lápis y el papel, vengo y voy — Alejandro se perdió en el pasillo.

Siguió navegando en las distintas opciones, cada una más encantadora que la otra. Janna no sintió hasta que Alejandro se tiró en la silla del comedor, creando eco por las paredes.

— ¿Qué anoto? ¿Bora Bora, Jamaica, Grecia, París?

— Ale, no nos iremos al pacífico solo para una boda. — calmó el entusiasmo en su amigo, riéndose de él. — Aquí en España hay bastantes lugares donde puedo casarme.

Bodas gitanas, ateas, cristianas... Demasiadas culturas y ella solo buscaba algo que fuese sencillo y agradable. Un ambiente tranquilo para sus invitados. Algo privado y silencioso, solo ambientado por una fina melodía. Algo que no estuviera atestado de luces, sin una iglesia, algo al aire libre, con un aroma a flores frescas. Que el color blanco y el crema dominaran, que la vestimenta de sus invitados concordara con su vestido, que no se escucharan ruidosos pasos al caminar, que la atención siempre estuviera en ella, Pablo, y sus bebés.

Blaugrana - Pablo Gavi. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora