Blaugrana - Pablo Gavi.

5. ¿Despedida?

Janna.

Esto estaba yéndose al culo.

Llegué a Los Ángeles a la tarde y había disfrutado del partido pero ahora me acordé de la junta, que tengo que presentar unas cuestiones y que si no estoy allí, probablemente me maten.

Laporta no me atendía el móvil, Xavi tampoco había hablado con él, si tomaba un vuelo a Barcelona no llegaría. Ya eran pasadas las once y media aquí en Los Ángeles y yo seguía sin soluciones.

- Janna - me llamó Alejandro entrando a la habitación y sentándose en el escritorio - Encontré esto, no sé si sirva.

Me dio los planos y casi me arrodillo a besarle los pies.

Pero aún así yo había terminado ese esquema en un semana, y ahora lo tendría que hacer desde cero, y para mañana, y siquiera sé si pueda llegar.

Araújo y Pedri entraron después con cara de sueño y se sentaron a mi lado mientras yo preparaba todo. Así pasamos hasta la madrugada del viernes, hablando y riendo mientras nos turnabamos para acabar más rápido. Y se me cruzó una idea en la cabeza, ya eran las seis y media todo estaría abierto.

- Anda a por la computadora de Xavi, me ha dicho que si - me quejé con Araújo, que casi llora cuando le moví - Va anda.

De mala gana salió en busca del aparato y me metí en el baño, buscando que mi cara no se viese de muerto. Escuché la risilla de Pedri al otro lado y dudé en salir, tal vez venga y me hace una broma.

- ¡Pero no! - se quejó la voz de Balde - Yo estoy más cansado que tu, dormí a las tres pasadas.

Salí y vi la escena más chistosa de mi vida. Pedri iba en bóxer, Alejandro estaba en mi cama con con la cara pintada y labial rojo y los ojos cerrado, Ansu, que había llegado no hace mucho estaba tirado en el piso durmiendo como un angelito de Dios... Y Araújo, el más grande de los presentes estaba aplastado por el cuerpo de Pedri.

Vaya compañía.

- ¿Qué pasa? - me quejé yo al salir, sin parar de reír.

Pedri se movió poniendo su mano en la cara de Ronald que poco más lo tira al piso.

Busqué mi celular y capturé el momento en una foto y la puse en mis historias, ellos siempre me hacían el día.

- Quiero dormir - se quejó Balde una vez más.

- Ustedes por lo menos han dormido un poco, yo no he pestañado.

Subió y bajó sus hombros, para después acomodarse en mi cama.

Suspiré y me llegó la llamada que tanto tenía.

- ¿Donde estás? - me gritó mi jefe del otro lado, alejé la bocina de mi oído - Los accionistas están esperando por ti, y sorpresa, tu padre a dicho que tu también tienes que representarlo aquí.

Iba a morir.

- Laporta, escúchame y perdóname por favor - susurré - Se ma ha olvidado la junta de hoy, y no he podido llegar a Barcelona, perdóname.

Pude escuchar el grito ahogado de mi jefe al otro lado y las ganas tan fervientes que tenía de gritarme.

- ¿Estás en Los Ángeles? - preguntó agónico.

- Si... Pero. Tengo una solución ¿ok? Tu solo conecta el ordenador de Xavi a la pantalla, solo eso te pido.

Los chicos ya habían acomodado un espacio así que solo encendí el ordenador y acomodé los papeles.

- Te doy una oportunidad por que te quiero y sé que es un error, pero por favor no me falles.

Asentí y la pantalla se iluminó con la notificación de emparejamiento. Suspiré y le di en aceptar.