Janna.Sabes que es lo que más me molesta de Gavi. Su falta de responsabilidad en momentos importantes.
- Ya vámonos, no va a llegar.
Junto con Pedri y Alejandro quedamos en ir a almorzar con Pablo, pero para la sorpresa de muchos, él está con su familia en cualquier lugar de España.
- Lo siento - me disculpé con mis amigos.
Tenía un gran nudo en la garganta, uno gigantesco. Pablo nos tenía esperando aquí desde las dos y ya era las cinco y siete. Esto era el colmo. Ellos sabían de mi estado últimamente, y que de cualquier cosa ya quiero llorar, así que prefirieron callar hasta llegar al coche. Alejandro miró su celular que sonaba y intercambió miradas con Pedri.
- Es Gavi.
Miré por la ventana, decepcionada. Yo le había dejado millones de llamada y fue incapaz de devolvérmelas.
- Está en Sevilla.
Suspiré conteniendo el aire por un rato hasta que llegamos a mi casa. Planeaba tantas cosas para hoy con los chicos, y ahora iba a quedar mal. Sin dejar que estacionara, bajé e iba a entrar pero Alejandro me detuvo.
- Janna, no le prestes atención a Gavi, mejor vamos a que te distraigas.
Le miré a los ojos, claramente no quería hacer nada, pero me sentía en deuda por acompañarme el día de hoy.
- Está bien.
Ellos llamaron a sus amigos, mientras y seguía en el puesto tracero mirando por la ventana. No sé a donde me estaban llevando ellos, pero iría hasta el fin del mundo si es posible.
Decir que Gavi me las pagaría era perder el tiempo, por que al final, cuando llegue, le perdonaría y haría como si nada hubiese pasado. Lo amaba y a veces me costaba mucho seguir adelante sin él.
Llegamos a lo que pareció un club, o una discoteca que se veía demasiado cara para mi gusto. En la entrada, se podían ver a las personar hacer fila, y eran muchos. Los chicos llegaron y a nosotros nos guiaron a un piso privado con vista al primer piso.
- No crees que los tragos saldrán carisimos - le susurré a Balde, que me observó y después soltó una carcajada.
Mis fui a la barra que había allí, y busqué con la mirada una botella que no se viera tan costosa, sin éxito.
Me relamí los labios con la sensación de una bebida en mi paladar, lo rico y delicioso qué se debería de sentir. Ansu, que acabó de llegar se me unió.
- Seco en la playa, por favor.
El bartender asintió y empezó a hacer mi cóctel mientras Ansu veía algunas opciones de bebida.
- ¿Qué pasó con las noches de mucho vodka? - preguntó.
Me alcé de hombros.
- Estoy enferma - me limité a contestar.
- Vómitos, mareos... - enumeró cada uno - Náuseas, desmayos repentinos, apetitos raros....
Rodé los ojos, mirándole mal. Estaba en lo cierto, si, pero me da igual lo que diga.
Me entregaron mi bebida y me volteé para quedar con la espalda pegada a la barra. A veces salir con ellos era ver como se lían a las tías por todos lados. Literalmente se las follan en los baños. Cosa que hacía yo con Gavi.
En lo que me llevaba la bebida a la boca, la aparté de una. Mis labios se formaron en una línea de asco absoluto. Lo dejé sobre la mesa otra vez, pasando ese repentino mareo.
Pedri viene a mi danzando y luego de estar a metros me mira muy sonriente.
- Estás con un papel.
La canción es algo movidita, pero el canario la danza con cuidado y tranquilidad. Como todo un ser alcohólico.
- Estoy mareada.
Él sonríe antes de dejar su copa en la barra y abrazarme. Su olor natural se mezcla con el ron, que seguramente anda bebiendo. Nos movemos un poco, y me dejó llevar por sus pasos.
Estábamos bailando, y riendo. Hasta que aparece el señor Alejandro y nos abraza a ambos.
- Los amos - dice, con la voz coqueta, está ebrio y apenas acabamos de llevar.
- Janna, cásate con Gavi - agrega Pedri.
Sonrío para un lado, y saco mi celular para tomarnos una foto, donde claramente salimos hechos unos desastres. La cara de Balde, es la de un hombre pasado de copas, la de Pedri... Él parece un marihuano de la calle, y yo, pues yo parezco una pera, de lo hinchada.
Nos sentamos en algún sillón donde también hay algunos amigos de ellos, y me tomo la molestia de colocar mis pies sobre Balde, que parece muy consentrado en el celular me acurruco un poco. Pero luego solo puedo sentir mi culo pegado en el piso.
- ¡Pedri! - grita y en el suelo pongo los ojos en blanco.
- ¿Qué mierda te pasa?
- El auto está sin seguro.
Maldigo a todos los creadores del despecho en este mundo. Mentalmente me preparo para insultarlo, pero cuando volteo ya se había ido, así que me limito a levantarme con un ardor en el fondo del culo.
- Maldición.
A lo lejos, un Pedri borracho corre para las escaleras con las llaves del auto. Sonrío de lado y me siento otra vez en el sillón.
- Hola.
Alguien me saluda al frente, y noto por la bebida, que debe ser algún amigo de los chicos. Lo he visto un par de veces, pero nunca hemos hablado... Y la verdad es que así es con todos.
- ¿Janna verdad? - asiento sin ganas y le sonrío de igual manera - Soy Jean Paul.
Su nombre me causa un poco de gracia.
- Te diría mi nombre, pero ya lo sabes - ríe
- ¿Como estás? - pregunta.
La verdad es que nunca he sido fan de esas palabras, por que si estuviera mentalmente bien, no estaría en una discoteca a las siete de la noche. En lo físico, estoy más mal todavía pues.
- Normal.
Y es la verdad. Lo observo unos segundos; él tiene algo muy llamativo y es ese cabello que apenas noto y es de color negro, pero un negro tan oscuro como el petróleo, un negro muy azabache.
Estaban mis dos partes cerebrales discutiendo por ver que hacer; socializar y emborracharme, o quedarme un rato más y morirme a punta de mareos. El alcohol no se me apetecía, bailar tampoco, y mucho menor entablar una conversación con un desconocido. Luego, un chico codeó al otro y le abrió los ojos.
- ¿Qué hacéis tío? - le susurró/gritó - Es la novia de Gavi.
Perfecto, lo que me faltaba.
Exactamente mi noche no podía ser más aburrida y lamentable. Gavi me dejaba plantada, despide armarle tremendo almuerzo con sus amigos, Laporta me regañaba por no estar tan enfocada en mi trabajo, y unos chicos me limitaban por ser novia de un gilipollas.
Bien nice.
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Blaugrana - Pablo Gavi.
FanfictionA estas alturas Gavi no sabe lo que quiere, y sus actitudes de gilipollas solo harán de Janna un manojo de sentimientos e inseguridades. ¿Tiene que cambiar él para poder seguir a su lado? ¿O tiene Janna que aguantarlo por que realmente lo ama? Jann...