Blaugrana - Pablo Gavi.

3. Te Necesito

Janna.

- Santo cielo, Janna, bájale a la música.

Mi hermano había estado esta última semana en mi casa, y mañana era el partido Tothemham - Barcelona. Estaba nerviosa, pues apenas estaban empezando los partidos oficiales y yo estaba que sentía mucho más de lo que quería.

No me había cruzado a Gavi por ningún lado, siquiera lo había visto en su piscina hoy, y eso me tenía de los nervios, pues Xavi estaba enfadados con todos los chicos.

Que Gerard se haya venido aquí me dice muchas cosas, entre ellas, el por qué tan repentino de hacerlo, pues según Shakira no estaba aquí en Barcelona. La verdad es que ella vivía al otro lado de mi casa, es decir, al lado. Y como ella y Piqué tuvieron sus diferencias dejé de hablarme con ella, y mejor hablaba con mis sobrinos cuando los veía en la calle.

- Ve a botar la basura, antes de que te quedes sin oídos.

Hice caso a lo que me dijo y busqué las basuras d toda la casa, para luego salir y encontrarme al sevillano sentado en el patio. Antes lo saludaba, pero ahora solo me apetecía echarle la bolsa de papeles cagados. Caminé hasta el cubo y un olor extraño, pero conocido hizo que me guiarse a él, que muy tranquilo d Ela vida, inhalaba el humo de su cigarrillo.

Estaba fumando, cuando estaba más que claro que eso estaba prohibido y si Laporta o Xavi llegasen a enterarse se formaría la tercera guerra mundial en la Cuitat Esportiva.

Lo quise ignorar, pero él tenía su mirada clavada en mi culo y yo no era incapaz de terminar rápido, pues me daba curiosidad saber lo que hacía, a parte de fumar.

Me apoyé del contenedor, suspirando, maldito seas Gavi.

Eso estaba más que prohibido, estaba clausulado, estaba restringido y todas las palabras que dieran ese mismo resultado. Gavi estaba de mente, por que bien sabía que si lo llegasen a descubrir, estaría frito.

- Gavi - llamé pero él estaba tan concentrado en verme que ni se inmutó. - Pablo... Pablo.

Ladeó la cabeza sin llegar a mis ojos y, me maldecí por estúpida. No tenía que importarme ¿ok?, eso estaba mal, por qué antes no me importaba, y ahora tenía que ser exactamente igual.

- ¿Por qué lo haces? - pregunté con un hilo de voz y él solo que movió a hacer una mueca.

- No debería importarte...

- Pero si lo hace, Gavi, y quisiera saber por qué.

- No es obvio - contestó, sin ganas - La respuesta la vez todos los días en un espejo, mientras haces esas cosas que te dejan hermosa.

Ahora si que me perdí.

- ¿Lo haces por mi? - inquirí, queriendo reír - ¿Acaso escuchaste tus palabras?

Estaba de reír, hasta que caí en cuenta que lo decía de verdad.

El altivo y egocéntrico Pablo Gavi, dejándose llevar por sentimientos de polla encojonada. Tendría que grabar esto para poder contarlo y que la gente me crea.

Él, por su parte, soltaba el humo por su boca, en un suspiro sexy.

No me moví cuando vi como se paraba y saltaba la valla que dividía nuestros patios, hasta que llegó a mi y me super estampó contra el contenedor.

Gemí en voz baja una vez su mano llegó a mis pechos y los apretó con fuerza.

- ¿Qué haces, Gavi? - hablé y su aliento chocó un poco con mis labios, y olí el alcohol en él, estaba ebrio y él no podía tomar, no un día antes de un partido.

Estábamos en tensión, Gavi tenía los ojos cerrados y su frente apoyada en la mía.

- Te necesito... - gruñó y negó apoyando sus manos detrás de mí.

Ya estaba todo.

Se volvió a abrir la herida, esa herida que tanto me costó sanar, todo lo que había pasado con Gavi. Estaba de más decirlo.

Él me hizo tanto daño. Duré tanto tiempo curandome y cuando menos me di cuenta volví a caer a sus pies, redondita.

Gavi apareció otra vez, a hacerme sentir lo que tanto me había costado olvidar. ¿Cuanto tiempo me llevó curarme? Para que solo al verle los sentimientos tomasen camino y volviera a amarle.

Estaba mal.

Esto estaba mal.

Yo no me sentía capás de soportar esto otra vez. Si Pablo volvía a romperme iba a morir de tristeza. Estaba más que confirmado.

- Yo... Gavi, no puedo - susurré, si que quería pero no me lo podía permitir, Gavi no iba a corresponderme.

- Si puedes, hazlo por mi, te necesito como nunca. - arrastraba esas palabras como si le costara mucho decirlas y negaba.

- Gavi... Por favor.

Estaba entre la espada y la pared, o entre Gavi y el contenedor, o mejor dicho, contra mis sentimientos y mi dolor.

A la mierda todo esto. Lo necesitaba tanto como él.

Pegué los labios de Pablo con los míos, en un salvaje beso. En él expresé toda la rabia, el dolor y el enojo que tenía retenido, soltándolo todo en mi patio, a sabiendas que Gerard podía vernos.

Era complicado pero lo iba a superar, así como había superado esto, sabía que Gavi me iba a destruir de nuevo, pero lo iba a superar. Por que iba a sufrir estando con él, y también iba a sufrir si no lo tenía conmigo. Entonces iba a sufrir de parte y parte y preferí sufrir estando con él, por que sabía que iba a ser mi perdición.

- Destruyeme, rompeme, haz lo que quieras conmigo Gavi, pero no te atrevas a dejarme.

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@jannapique.

Bien aesthetic mi hermanito 😏❤️
@3gerargpique.

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@3gerargpique:borra esooo.
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