20. Leana And Martín.

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|En relación|

Tercera voz: narradora omnisciente.

Janna se quejó de esa pequeña que nuevamente había formado. Probablemente estaría en la comodidad de su casa, descansando de un día bastante triste. Pero no, está en un país desconocido, con personas desconocidas.

Pues Janna había vuelto a la habitación.

— Dejemos la paz volar — se volvió a tirar en la cama.

— Te pones atorrante. — contradijo Pablo.

— Solo somos dos enamorados peleando, Gavi... Estamos muy mal.

Pablo río por lo previamente dicho, pues si estaban enamorados, él jamás lo admitiría, por lo menos no en lo que quepa de años. Janna estaba tan frustrada de pedirle a Gavi que le dedicara goles, tan frustrada. Su mayor sueño no era eso, pero como anhelaba verlo correr y hacer una "J" con sus manos. Sería tan jodidamente satisfactorio.

— Como sea, algún día me dedicarás uno, ya verás.

Esta vez Pablo se esforzó por que sus palabras no sonaran bruscas como hace algunos minutos, y cambió su voz para decir:

— ¿Qué te trae otra vez por aquí?

Ella también se hace esa pregunta, quería liberarse y terminó metida en las garras del tigre.

— Pensaba irme a Puerto Príncipe cuando me fui — contestó, razones por las que Pablo la mirara con en entrecejo arrugado.

— Era muy malo en clases de Geografía.

— Haití, es en Haití.

Pablo con la información tan poco valiosa que le había dado, puso a trabajar sus neuronas y encontró, parte de lo que había escuchado en las noticias.

— Quieres irte a un país donde siquiera hay comida Janna, la gente de allí emigra, se van a diferentes partes del mundo donde tengan una mejor vida. — comentó ácido.

Janna le miró con recelo, pues se había tomado el comentario muy personal.

— Pensé que si te irías, sería a Lisboa con tu gran amiguito...

Antes de que terminara su oración, Janna ya lo estaba callando con una gruesa almohadilla de plumas. La indignación palpable en el rostro contrario, cosa que a Pablo a su vez le molestó.

— Golpeame todo lo que quieras, me importa un carajo. — le gritó Janna.

La vez que le dijeron a Pablo que Janna podía tener actitudes y palabras sin sentido no se la creyó, hasta ahora, que decía "golpeame". «¿Se había tomado las pastillas para la cabeza?» posiblemente, y él tendría que aguantarsela.

— Deja el jodido escándalo, bastante tengo con el club para crear problemas en la selección.

......

Obviamente que Janna estaba mal. Si te tomabas el tiempo de leerla, y verle detenidamente todas las actitudes, podías notar el manojo de emociones que era. Su rostro estaba hecho un desastre, producto del maquillaje deshecho. Aún así Pablo no lo había notado, o pensanba ella que no. Su estado de ánimo había subido considerablemente al verlo, al verle esa sonrisita tan encantadora. Se esforzó por no verse mal, ni tampoco decaída.

Ella se estaba cuestionando internamente desde hace ya varias horas, puesto que todavía no sabía que hacer, estaba segura de que con Pablo cerca tendría algún tipo de paz. Su verdadero objetivo nunca fue ir a Georgia, durante el trayecto al aeropuerto quiso irse a un lugar tranquilo, donde podía acomodar su mente, respirar y llorar. Un lugar cálido, un lugar solo, despejado, donde se pudiera sentir mejor; pero cambió de parecer, ya que ninguno de esos lugares se brindaría la seguridad y el cariño que sentía en los brazos de Pablo.

Blaugrana - Pablo Gavi. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora