19. Georgia.

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|Fuera de relación|

Tercera voz: narradora omnisciente.

Para Pablo las cosas reales eran muy distintas que para Janna, hace ya horas que la catalana se había marchado de su casa, horrorizada por el nuevo descubrimiento.

Por alguna razón, no paraba de pensar en eso. Aún mantenía el pequeño preservativo en su mano, tratando de recordar cuando fue la última vez que usó uno. Si tenía más de dos meses con Janna, era muy obvio que tendría qué usarlo... Pero en su mente no encontraba ningún momento así.

Solo besos, caricias, sexo, más sexo, pero en ninguno de esos algo que le dijese o le afirmarse el uso de un gorrito. Volvió a pasarse la mano por la cara, quitando el resto de sudor provocado por la angustia y por el calor. Sus manos pálidas, no se apartaban del envoltorio plateado.

Su rostro se iluminó con una sonrisa; una qué no tenía ninguna razón en específico, pero que le causó cierta emoción por dentro. No se estaba imaginando lo que debería, ni trató de frenar sus pensamientos a tiempo, más bien, dejó que su mente navegara por las posibilidades de algo tan lindo.

Digamos que ha Pablo la idea de un positivo no le desagrada tanto como a Janna, él no le tiene miedo a la prensa amarillista ni a sus familiares, para él lo más importante es lo que su mente pensara, de ahí para allá, todo estaría bien.

«Ya estoy quedando loco».

Se dijo Pablo en su mente, y dejó caer el preservativo en el mesón donde estaba apoyado. Su cabeza no era un lío, no tenía tiempo para armarse eso. Sus ojos fueron a la foto pegada en la puerta de la nevera, una donde el color verde casi azul dominaba y donde desearía poder encontrar una melena color miel. Por más que viera la foto, sentía que esta no estaba completa, que le faltaba algo... O alguien, sentía que hacía falta ella, Janna Piqué, para que esa foto se sintiera la mejor del mundo.

El calor hacía que parte de su oreja lastimada se calentara, y ardiera. Por lo que ya se había visto, Janna estaba muy ocupada en su mundo, y en el Pablo no tenía cavidad, así que se resignó y paseó por su gran casa. Pensó en qué podía hacer, aparte de desangrarse mentalmente, decidió salir a su patio y fumarse un milagroso cigarro.

Sonrió de lado, al percatarse por primera vez en lo que lleva de día, su celular en lo más recóndito de su bolsillo tracero. Este tenía unos cuantos mensajes de Pedri preguntándole que como iban las cosas, de Alejandro y de Xavi. Pero eran los que menos le interesaban, ya que en la barra había un contacto poco particular el cual decía en letra mayúscula: Mamá.

Le extrañó que le escribiera, ya que esta nada más lo llamaba los fines de semana, y en días importantes como el domingo por ejemplo.

"Me puedes explicar qué es esto??"

Y con ellas docenas de fotos donde salía fumando y con la Janna. Se sorprendió al ver a Janna en diferentes ocasiones con él, puesto que casi no salían a la calle juntos, y las veces que salían eran de noche a bailar.

Tecleó una respuesta sencilla, que decía nada más y nada menos que "Soy yo y mi novia" le restó importancia y se dignó a ver sus correos electrónicos. Había sido convocado para la Eurocopa, más no le hacía ninguna ilusión tener que jugar para España otra vez. Era su país, sí, pero todavía le molestaba que sus amigos españoles no eran convocados.

El uniforme rojo tampoco le hacía ilusión vestir, pues no le gustaba mucho, ya que si le quitabas los colores y los escudos era el mismo diseño que el del Real Madrid.

.......

Hoy Pablo se iría a entrenar en otro lado que no fuera a la Cuitat Esportiva Joan Gamper, hoy estaría en las instalaciones de la selección española en Madrid. El día pintaba a ser caluroso, soleado y sin ningún tipo de frescura, por eso a la hora de realizar sus prácticas, las hacía con más flojera de lo habitual. Pensaba en Janna, en que anoche no fue a dormir con él, y que próximamente tampoco lo haría por que estaba en Barcelona.

Blaugrana - Pablo Gavi. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora