Enigma [Nicola Porcella]

8

Llegué tarde, después sabría cómo surgió todo. Sólo escuché los gritos desde afuera, y que de pronto todos estaban en la puerta de cristal, por esa razón me acerqué.

—No entiendo por qué estás aquí. No mereces este lugar, afuera hay muchas personas que han hecho más que tú.

—Estoy aquí y ya. Deberás convivir, conmigo y con todos —le respondía Frida a Ferka, ambas estaban molestas— y es tú decisión si quieres vivir enemistada o en paz. A mí no me perturbas, pero si te diré que como me trates yo te trataré y no vas a querer venir a hacerme sentir menos por la cantidad de seguidores que tienes o los programas que has hecho, porque tú también ya tienes tu edad como para estar midiendo tu carrera con la mía.

Lo último había ofendido a Ferka de sobremanera, se veía en su rostro y en la pasividad con la que Frida la observaba.  

—Cuida tus palabras, te estás metiendo con la gente mayor que tú.

—Disculpame pero no, me estoy metiendo contigo. No sé si es muy difícil de ver pero eres tú quién comenzó esto, y en tus manos tienes el poder de terminarlo también —a pesar de que Frida parecía demasiado tranquila, yo podía ver dentro de esos ojos algo que no había visto antes: enojo—. Si piensas que voy a dejarme de ti estás mal, y yo siempre voy a llegar hasta donde tú llegues, se acabó. Por ahora, si no tienes otra cosa para decirme vete. Quieres tomar relevancia peleando con la casa, está bien, te ayudaré a que seas vista por las cámaras, pero eso tiene su precio, y yo no me voy a dejar. Es lamentable ver cómo necesitas aplastar a los demás porque por ti misma no puedes brillar—con eso terminó Frida, fue entonces que Jorge se acercó a Ferka para llevarla a la habitación del cielo, mientras ella estaba bastante molesta.

Pronto todos se acercaron a Frida, para pedir explicaciones de lo que había pasado. Yo me sentí mal por ella, no consideraba que estar rodeada de gente cuestionándola fuera lo mejor. Entonces me aleje, y todo se aclaró por la noche, cuando el cuarto infierno estaba reunido, listo para dormir. 

—Muy bien como la frenaste hoy —comentó Mayer a Frida, ella se sentó en su cama y todos nos preparamos para escuchar. Al día siguiente Sergio diría de Frida que era toda una dama, demasiado elegante y con una precisión aniquiladora. Él la halagó de la mejor manera, sin que ella lo supiera.

—Es que ya tenía tiempo que me lanzaba comentarios pasivo-agresivos, sólo que decidí ignorarlos, al final si me enojo termino perdiendo yo.

—¿Neta? ¿Qué te decía o qué? —cuestionó Poncho.

—Una vez que yo estaba haciendo el desayuno dijo algo así como "a comer saludable que los seguidores en Instagram no son por inteligente". Otro día dijo "si la gente quisiera escuchar historia tomarían un libro". Y otra fue "a trabajar para formarme una carrera por mí y no por la persona con la que me acuesto". Y ha soltado un montón de mierda que terminé explotando hoy. Y es que lo que pasó fue que yo ya la tenía en la mira con la discusión que tuvo con Bárbara ayer, es que Ferka ha estado muy salvaje estos días. El punto es que yo estaba lavando los trastes y está vez no se escudó en lanzar sus comentarios "hablando" con Jorge, sino que me lo dijo en la cara. Y es que yo ya estaba terminando de lavar, cuando llegó y me puso su plato y me dijo "ten, para que te entretengas"

Eso no nos había parecido muy fuerte, de no ser por el pique que Ferka buscaba crear contra Frida.

—¿En verdad? —le cuestioné, y mientras ella lo contaba sonreía, como si estuviera feliz y eso le pareciera gracioso.

—Es en serio. En el momento no lo podía creer, y me giré para verla, yo ya estaba cansada de ella. Y le dije "¿Piensas que no tengo cosas por hacer o qué? ¿Crees que estoy aquí para lavar trastes todo el día?". Y es que deben entenderme, yo lo habría lavado sin ningún problema, pero esas palabras si me molestaron bastante.

—Ay como no —mencionó Wendy—. Yo le hubiera tomado el plato y le hubiera embarrado lo sucio en la cara.

Esto provocó risas en el cuarto.

—Si, si, si —cortó Emilio, pidiendo atención—. Ferka no se esperaba esa reacción, porque todavía le sonrió a Frida y volteo a buscar a Jorge para burlarse.

—Así es —vuelve a decir Frida—. Entonces me dice "¿Pues que otra cosa haces a parte de limpiar, dormir, y hacer ejercicio?". Yo tenía la esperanza de que en realidad quisiera arreglar lo que dijo, pero mientras más hablaba más la cagaba.

—Sentí lo mismo —aporta Emilio—. Y esperen, porque Frida le dijo "y tú ni siquiera puedes lavar el plato en el que comes". Y eso prendió a Ferka.

Todos estábamos disfrutando eso.

—Entonces levantó la voz y comenzó a apuntarme con su dedo mientras me decía: "Si tienes algo que decirme dímelo ya". Yo hice lo mismo que ella y le dije:

No, tú dime cuál es tu problema. Desde que me conoces no has parado de tirar indirectas sobre mi trabajo, lo que como, o las personas con quiénes me relaciono. Pero como sé que no tienes los pantalones suficientes para decirme que quieres de mí yo te diré cuál es mi problema contigo. Eres una persona nefasta, demasiado soberbia, prepotente y conflictiva. Después de hacer sentir mal a Bárbara vienes a buscar a quien más molestar y conmigo no te va a salir, así que si tienes un problema conmigo a mí me lo dices de frente y directo, no andas soltando indirectas con las que al final puedes decir "si te quedó el saco póntelo". Conmigo las cosas se hacen bien o mejor no las hagas. 

—Fue cuando me dijo que no entendía porqué yo estaba aquí. Qué fue lo que creo que todos escucharon —terminó por decir, y justamente fue la parte en la que me aparecí.

—Está cabrón porque a la gente le gusta ese tipo de shows pero Ferka ya lleva más de dos en la semana y mañana son las nominaciones. Está bien el desmadre, pero tanto también termina cansando y si se pasa el público no lo va a tomar bien.

—Ya sé —mencionó ella—. Lo peor es que ha sido con personas que literalmente no le hemos dicho algo, ni a ella ni a nadie. Entonces está buscando conflicto en donde menos posibilidades de crearlo hay. Hasta a Wendy le ha dicho cosas. Tal vez piensa que es graciosa y no tiene realmente la intención de dañar, pero no mide sus palabras, y eso es terrible, no es gracioso, es lamentable.

—Con esto creo que Ferka se echó una soga al cuello, y por eso ya sé a quién voy a nominar —mencionó Sergio con la calma que lo caracterizaba, dejando en claro la estrategia de esta semana.

Esa noche dormí sin decirle algo interesante, pero al día siguiente todos estábamos nerviosos. Por las nominaciones. Sorpresivamente yo estaba en la lista de los nominados. No era por sentirme salvado, pero teníamos un pacto, lo menciono porque Apio y Emilio eran los líderes esa semana.

—¿Cómo te sientes? —me dijo cuando dejé las pesas en el suelo. Yo le sonreí.

—Bien. Pasará lo que deba pasar —entonces ocurrió algo que no esperaba y que me provocó emociones contrarias, como solía causármelas ella. Simplemente se acercó para abrazarme, yo también lo hice, quise abrazarla y aprovechar esos pequeños momentos de contacto con ella.

No era de las personas que abrazan, ya se lo había dicho a ella y a todos, me costaba demasiado abrirme con las personas. Frida me dijo que probablemente era por una muy mala experiencia, y con el hecho de que yo no me sentía merecedor de cariño. Yo le dí la razón en la primera parte, la segunda me dejó pensando, pero en ese momento hice todo lo posible por dejar de pensar, y sólo sentirla cerca de mí. No comprendía la razón por la que estar con ella se sentía tan distinto a cualquier cosa que había sentido antes, eso me daba miedo, pero lo disfrutaba como a nada en la vida.