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Eso habría sido el comienzo de mis ilusiones, de no ser porque el día siguiente estuvo distante y evitándome todo el día

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Eso habría sido el comienzo de mis ilusiones, de no ser porque el día siguiente estuvo distante y evitándome todo el día. Le habría dado su espacio, pero yo estaba ansioso por saber que había hecho mal. Por eso esperé todo el día, hasta que encontré el momento perfecto. En la noche ella se metió a hacer sus maletas, y yo entré al vestidor, al hacerlo cerré la puerta. Al entrar fue como si ella sintiera miedo de verme ahí, y eso me hizo sentir un hueco en el estómago. 

—¿Qué pasó? —le pregunté, la verdadera pregunta que quería hacer era: ¿Qué cambió? 

—¿A qué te refieres? —preguntó volviendo a hacer su maleta, yo fui a sentarme en ese sofá en medio del vestidor.

—No hemos hablado hoy en todo el día, siento que me estás evitando —ella dejó de hacer su maleta y me observó a los ojos. Enseguida se levantó hasta mí y me abrazó, me tomó por sorpresa, pero eso no impidió que yo no la abrazara también, lo hice por la cintura, ya que ella estaba de pie, entre mis piernas, y yo seguía sentado. 

—No podría decírtelo, aunque me muero de ganas —esto me confundió terriblemente, pero me daba una idea de lo que estaba pasando exactamente. Esa pequeña posibilidad de que ella sintiera algo por mí yo la sentía demasiado grande ahora, no sólo por sus palabras, sino por lo que había escuchado y visto, pero al mismo tiempo tuve miedo. Si ella comenzó a sentir algo fuerte por mí y ese domingo salía de la casa, el exterior podía frenar ese desarrollo de emociones. 

Lo anterior me hizo preguntarme: ¿realmente yo la amaba? ¿mis sentimientos seguirían siendo los mismos después de salir de la casa? Yo esperaba que así fuera, deseaba que esa sensación extraña desapareciera.

—¿Es malo?

—Para mí lo es. He sido demasiado egoísta con las personas que no lo merecen, y hoy tú eres el ejemplo —ella se separó y se arrodilló frente mí, colocando sus manos sobre mis rodillas, ambos veíamos nuestros ojos—. No debí evitarte, no lo mereces y he sido demasiado inmadura al hacerte esto, pero es que en verdad he perdido la cabeza. Si estuviéramos sin todas estas cámaras y estos micrófonos, todo sería más fácil. 

Eso me dio ternura, ella parecía estar en un verdadero conflicto interno.

—¿Cuál es el problema? —ella sólo me observó y negó repetidas veces. 

—Estamos en condiciones muy específicas, no puedo decirlo ahora hasta salir de aquí, y créeme que te lo diré, pero sólo debemos salir, y te diré todo, lo prometo. Por ahora sólo debes de saber que estoy en una situación jodida, bueno en realidad todos lo estamos, pero como sólo puedo sentir lo que yo siento, me siento particularmente demasiado jodida. El punto es que en verdad te aprecio demasiado, no me arrepiento de nada de lo que dije ayer porque realmente te aprecio y eres demasiado valioso para mí, me has enseñado tantas cosas que no se aprenden en libros y estoy eternamente agradecida contigo. Espero que nuestra amistad afuera siga floreciendo. 

Enigma [Nicola Porcella]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora