Enigma [Nicola Porcella]

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—Estoy muy nerviosa. Voy contra Raquel, Barby y Sergio. No lograré librarla —ella realmente estaba preocupada, yo me acerqué y la abracé.

—Estarás a salvo, te lo puedo jurar. Todos vamos a pedir votos por tí, y no te vas a ir —ella sonrió, en realidad esa sonrisa cansada me hacía evidente que no me creía.

—¿Recuerdas lo que dije el viernes en la fiesta, sobre mi matrimonio? —ella me cambió drásticamente de tema.

—Sí. ¿Qué has pensado? —creí que no volvería a tocarlo.

—Nada, sólo que creo que ya sé porqué me sentía así. Estaba muy hormonal y algo ebria. Bueno ahora sé que eso me afectó, y en realidad lo que dije no es lo que realmente pienso —eso destrozó mi alma, pero debía cubrirlo.

—¿Ah no? Entonces ¿si quieres casarte? —ella me observó, indecisa, para después soltar una risita.

—No caeré en tus provocaciones, no estamos en Resulta y Resalta —dijo divertida, y me dió ternura.

—¿Mis provocaciones? Si tú te mueres por mí mami, todas aquí se mueren por mí, yo no necesito provocar a nadie, las mujeres me provocan a mí —ella comenzó a reír. Apenas paró yo quería seguir indagando en el tema de su matrimonio, pero enseguida entró Sergio a la habitación, y en cuestión de segundos todos estaban ahí, hablándole a la cámara, incluyendome.

—Bueno, queremos decirles que si este domingo votan por Frida y Sergio, Nicola y yo nos vamos a besar —dijo Wendy. Eso me tomó por sorpresa, no lo habían consultado conmigo, por lo que enseguida proteste.

—Fueeera cocha'su madre. Nadie me preguntó a mí —todos reían ante mi reacción.

—No sí —volvió a decir Wendy, divertida—. ¿Quieres que Sergio y Frida se salven? Tienes que hacer algo.

—No tienen que hacerlo por nosotros, podríamos hacer otra cosa, si él no quiere no podemos obligarlo —habló Frida, era demasiado conmovedor ese intento por valorar mi opinión.

—Asshhh... —dijo Wendy—. ¿Por qué no eres una niña normal?

Al parecer el team coincidía con que Frida parecía Bibi de la familia P.Luche, por las respuestas que daba.

—Nooo, Frida —habló Poncho en forma de protesta—. Déjalos pues, tenemos que hacer algo para que te salves. ¿O te pones celosa?

—Va pe —intervine enseguida—. Si se salvan los dos nos besamos.

No sé si lo que habló por mí fue un vago intento de poner celosa a Frida, la forma de hacer que dejaran de intentar exhibirla, o mis desesperadas ganas por hacer que ella permaneciera más tiempo conmigo.

Todos empezaron a gritar emocionados, para enseguida volver a hablar a la cámara y aclarar el reto de la semana.

Esa noche, mientras esperábamos a qué nos llamarán al confesionario. Nos volvimos a quedar solos.