Enigma [Nicola Porcella]

15

—Los chicos me han bautizado como el Pansex —le comenté a Frida después de que me preguntara por mi nombre de luchador, ella soltó una risita.

—Me encanta, el morado te queda muy bien. No sólo eso, adoré tu vestuario.

—Literalmente sólo trae pantalón y se le marca todo —dijo Emilio, quien estaba en la habitación también, preparándose para la fiesta. Esto hizo que Frida se sonrojara enseguida.

—Bueno sí, pero las partes donde tiene ropa son buenas —Emilio también estaba disfrutando de la incomodidad de Frida. Él lo hacía en forma de mofa, a mí simplemente me parecía demasiado tierno. Amaba cuando ella no sabía dónde meter la cara en cosas demasiado bobas.

—¿Las partes donde no tiene ropa no te gustan? —cuestionó de nuevo Emilio.

—Claro que me gustan.

—Entonces si te gusta todo de él —yo esperaba una reacción, ella sólo soltó una risita y se acercó a Emilio para comenzar a despeinarlo como una forma de venganza, mientras él huía de ella. Y antes de que Emilio o yo lo notáramos, ella salió de la habitación para cambiarse.

—Le gustas mucho wey —me dijo Emilio, yo me giré para verlo.

—¿Yo? No ¿Por qué?

—Wey, ella te admira mucho. Cuando no lo notas a veces ella sólo te observa, y todo el tiempo que ella está riendo está contigo.

—Pero no puedes decirme eso Emilio, me voy a emocionar y ella está comprometida.

—Wey, aunque estuviera casada. Cuando algo no funciona no funciona, y cuando algo si funciona, lo hace, aunque haya obstáculos. ¿Me entiendes?

—Hoy la escuché hablando de tener dudas sobre casarse. Hablaba con Apio, y él le preguntó que, si era por mí, no escuché respuesta, pero me pareció muy extraño, y no he podido dejar de pensar en eso.

—Te digo que le gustas, pero le gustas un chingo, y eso me parece bien bonito. O sea, tú me has platicado lo que sientes, y sé que lo que sientes es un amor muy maduro, y muy desmedido, te siento muy enamorado, como de esas primeras veces que eres adolescente y piensas que pasarás tu vida entera con una persona, te siento igual. Y bueno, ella obviamente no va a estar hablando tan abiertamente de lo que siente, pero yo me encargaré de sacar información, no sólo con ella, sino con Apio porque parece que ya empezaron a hablarse más. Por ahora tú debes prometerme que te acercarás hoy a ella. 

—Agradezco la ayuda Emilio, pero no puedo aceptar tu condición. No quiero cagarla con ella, y aún no estoy tan seguro de que ella sienta lo mismo, no me gustaría ponerla en una situación incómoda.

—Wey, sí la amas un chingo —él se levantó y me abrazó fuerte, yo también lo abracé.

—No sé qué siento. Nunca he sentido amor por alguien, no sé cómo se siente, y por eso me da miedo, lo que siento es distinto a lo que he sentido antes —nos separamos para vernos—. Me siento atraído sexualmente, pero no sólo quiero sexo, me imagino conversando con ella, sólo hablando de tonterías o de cosas bobas, la imagino sintiéndose feliz por pasar tiempo conmigo... Podría pensar que es amor, pero ya soy grande para sentirme así.