—Estas faldas las pedimos para vestirnos de colegialas Apio y yo —decía Wendy—. A ver Nicola ven.
—No me va a quedar —le dije algo desilusionado, a pesar de eso sí fui a medírmela.
Mientras me la probaba, Frida no podía hacer nada más que reír. Y después de comprimir el abdomen, esa falda y ese saco me quedaron.
—Pero que piernas tan espectaculares —me decía Frida al verme en esa falda.
—Y todo esto para ti, mami —después vi que Wendy me estaba viendo—. Y para Wendy también.
—Ay, eso que Nicola —me contestó Wendy, y por eso Frida y yo reímos—. Mira mejor vamos al cuarto, tengo unas pelucas.
—Ay no —renegué enseguida, pero Frida intervino.
—Sí Nick, estarías genial —fue entonces que acepté ir a ponerme la peluca.
Una vez que Wendy me la puso, Frida llegó a la habitación, emocionada.
—¿Qué le vas a hacer? —preguntó a Wendy.
—Quiero hacerle unas trencitas para que se vean como una niña chiquita.
—¿Te puedo ayudar? —preguntó Frida.
—Claro que si hermana. Haz un lado y yo hago el otro.
Entonces ellas comenzaron a hacer esas trenzas. Hablaban entre ellas sobre cosas de cuidado para el cabello y productos sobre eso. Yo sólo disfrutaba ver a Frida tan relajada y despreocupada. Sabía que mi travesura la había ayudado.
Pronto, entre las dos comenzaron a maquillarme, no me gustaba del todo la idea porque tendríamos gala, pero la jefa ya lo había aprobado. Una vez que terminaron de todo, yo me levanté, y una vez que Wendy salió observé a Frida mientras ella estaba a nada de cambiarse para la gala.
—Quiero que sepas que estoy muy seguro de mi masculinidad —ella dejó de hacer lo que hacía, sólo para girarse a verme, sonreír y caminar hasta mí, para comenzar a comerme la boca.
Yo siempre dejaba que ella hiciera lo que quisiera conmigo, así que de pronto ella pedía subir a mí, yo accedería a todo lo que me pidiera.
En medio de su beso húmedo la tomé por los glúteos y la subí a mí. Así la llevé hasta sentarme en la cama de Poncho, mientras sus dedos presionaban con fuerza mis hombros. Me besó hasta que se cansó, ya que se separó de mí. Yo seguía con mis manos en esos glúteos redondos y firmes, ella sólo me sonrió, acariciando mi cara.

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Enigma [Nicola Porcella]
FanfictionLas palabras nunca le harían justicia, aunque dedicara el resto de mi vida a buscar las palabras exactas de todos los idiomas podría ser tan preciso para narrar todo lo que es, todo lo que representa y lo que me hace sentir. Es por estas razones que...