⚜️Fin de año

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«Entreguen todas sus preocupaciones a Dios, porque él cuida de ustedes.»

1-Pedro 5:7

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⚜️FIN DE AÑO⚜️
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~Adviento 1772

Se encontraban en la habitación de John, supuestamente leyendo para el lector, y supuestamente preparando un examen de matemáticas para el señor Chais. El americano había puesto una silla en la puerta para evitar interrupciones repentinas y se acostaron en la cama con un libro.

John se había acomodado sutilmente sobre el torso del mayor para leer en silencio, aunque se había extraviado de la lectura hace un par de páginas. Indiscretamente, empezó a acariciar un mechón del cabello ajeno que parecía totalmente concentrado en la lectura hasta que repentinamente cerró el libro y le dejó un beso en la frente al de ojos azules. -¿Sucede algo?

-No, ando un poco distraído- dijo haciendo contacto visual con el mayor. Los dos últimos meses habían estado más unidos y las últimas dos semanas aún más. Tal vez fue, en la primera fecha, la ausencia de Naville o en la segunda, el cumpleaños de De Végobre. John admiraba el detalle de que hacía mucho uso de la bufanda durante aquel tiempo.

-Me gusta el color de sus ojos- afirmó De Végobre sin vergüenza ninguna y sintió un poco de timidez por parte del americano. Pensaba que estaba acostumbrado a recibir algún piropo de las mujeres. -Estuve pensando en lo que dijo hace algunos meses.

-¿Qué dije? He dicho muchas cosas desde entonces- respondió John tranquilo.

-Lo de los matrimonios. Seguro Pictet está emocionado con su boda- afirmó el hombre pensando en su amigo.

-Sí, seguro es muy feliz- Se fijó en el rostro de su amigo y una herida que apareció aquel día entre sus cejas y su frente. -¿Qué le ha pasado?

-Me di un golpe anoche. No fue nada.

—¿Seguro?— Preguntó y De Végobre asintió.

—Su padre me dijo que me ha recomendado como profesor a un amigo vuestro, ¿es eso cierto?

—Por supuesto— dijo John con una sonrisa.

—Debo marcharme a trabajar— afirmó levantándose lentamente.

—Ojalá poder acompañarle, pero he quedado con el señor Chais para su paseo de la tarde.

—No pasa nada, nos veremos mañana.

Ambos bajaron de la habitación y justo cuando se dirigían a salir por la puerta se encontraron con el señor Chais. —Qué bueno veros— afirmó levantándose de la butaca.  —Pensaba que la clase de matemáticas acababa hace hora y media.

—Se alargó un poco— aseguró John. —Le pedí que revisase mi trabajo de física. Debo entregarlo mañana y...

—¿A caso estaba mal?— Preguntó Chais sorprendido y con cierta ironía.

—Por supuesto que no, era fantástico— dijo De Végobre.  Esperaban que terminase ahí la conversación.  Sobretodo, John sentía una tensión entre ellos. El ambiente no era cómodo, eran personas magníficas por separado pero sabía que pronto debía elegir con quien mantener una amistad.

Cuando De Végobre se marchó, John y Chais se dispusieron a dar su paseo. Primero hablaban de cosas sencillas de la universidad y después hubo un silencio hasta que John rompió el hielo. —¿Por qué se comporta así con De Végobre?— Preguntó mientras veía el verde bosque por el que siempre caminaban.

1754-1782Donde viven las historias. Descúbrelo ahora