✳️Conversión

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|!| El dibujo que estáis viendo es una de las tres figuras que pintó John de la tortuga del caparazón blando. Este bicho tan poco agraciado era una hembra de unos 20kg. Algo que os llamará la atención es que cuando John pintó a la tortuga ya estaba muerta.

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«La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros.»

2 Corintios 13:14

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✳️CONVERSIÓN✳️

~Cuaresma 1771
📍Mepkin Plantation

Henry decía que al recibir menos visitas podían vivir el luto más tranquilos. Desde luego que aquel periodo no fue "tranquilo" como podría haberlo sido en otras circunstancias.

Había dejado sus estudios un poco apartados. Tenía otras tareas importantes que hacer como atender a sus hermanos, porque su padre parecía haber desaparecido. Su hermana Martha le ayudaba a entretener a los más pequeños, se iban a cuidar el jardín, ordeñar a las vacas y luego hacían bizcochos o mantequilla entre todos los hermanos. Esperaban que los más pequeños no notasen tanto la ausencia de Eleanor. Si es cierto que las criadas los trataban de entretener y eso les dejaba un tiempo libre considerable. Claro está que los niños preferían a su familia antes que a ellas.

—Jack, ¿me lees un cuento?— Dijo James subiendo al sofá con un libro. Tenía un acara cansada, había estado aprendiendo a escribir durante varias horas y ya era suficiente.

Más tarde, llevó a Harry a montar, porque sabía poco y le hacía falta. No fueron muy lejos ni mucho tiempo, dos horas, porque se hacía oscuro y aún tenía que encargarse de que todo estuviese perfecto para la cena. —¿Qué hay hoy para cenar?— Preguntó Harry mientras se sacaba las botas.

—Puré y carne— respondió. —Lo he elegido esta mañana— porque ahora su padre no tenía tiempo ni para elegir las comidas. Todo el día estaba en el despacho y con suerte salía para cenar o comer con sus hijos. —Ven, Harry, que tengo que peinarte— dijo John intentando que su hermano se estuviese quieto por más de dos minutos. Ahora era él quien peinaba a los niños, podía hacerlo cualquier ayudante, pero sabía cuales eran las preferencias de sus hermanos.

—Gracias, Jack— dijo el niño contento y entonces bajaron a cenar. Cena en la que Henry tampoco asistió. 

Subió a su habitación algo molesto porque todos sus días eran iguales. Se levantaba y tenía como mucho una hora libre en la que se arreglaba y si eso, le daba tiempo a hacer alguna cosa más. Llegaba el desayuno con sus hermanos, pero antes tenía que comprobar que todos iban decentes y protocolarios. Después, encargarse de que todo iba en orden y que cada uno aprendía lo que necesitaba. Tenía que enseñarle matemáticas a Harry porque no había un tutor en Mepkin y los ayudantes solo podían hacerlo en letras. En vez de estudiar, debía responder cartas y manejar algunos asuntos sociales. A veces eran reuniones con socios de su padre y otras tantas invitaciones a comidas o almuerzos. Sus hermanos también querían pasear, cuidar el jardín, ir a ver las vacas o jugar con Bravo. En conclusión, acababa el día agotado y aún sacaba tiempo para ayudar al doctor Garden.

—Sabeís que no debéis ocupar el puesto de vuestra madre. No es necesario todos esos paseos con los niños. Deberiaís descansar y centraros en vuestros estudios— dijo George.

1754-1782Donde viven las historias. Descúbrelo ahora