⚜️Francis Kinloch

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"Incluso la noche más oscura terminará con la salida del sol."

Los miserables
Victor Hugo


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⚜️FRANCIS KINLOCH⚜️

~Epifanía

—Soy Francis Kinloch— dijo el hombre encantado extendiéndole la mano a De Végobre y le dejó algunos besos en las mejillas. —Me alegro de verte, John— dijo abrazándolo y dándole más besos en las mejillas y John le dio un abrazo.

Sus ojos verdes se veían repletos de seguridad, seguían teniendo el mismo intenso color que cuando era niño, solo que ahora su mirada era diferente. John sintió un alivio, hacia tiempo no hablaba inglés con un americano. Rápidamente, retomó el inglés como lengua principal y empezaron a hablar sobre la ciudad y lo cambiados que estaban.

—Me alegra que te vaya bien— dijo Kinloch. —Inglaterra es más horrible de lo que puedas imaginar— aseguró. —¿Hay alguna chica en tu vida?

—Me habló con una, pero se puede decir que no.

—Venga ya, ¿por?— Preguntó y John levantó los hombros, suspiró y le dijo de quién era hija. —Oh, amigo. Ya... Búscate otra.

—¿Y tú?

—Me va tan mal como siempre. No entiendo como puedes ser tan estúpido con ellas y llevártelas todas.
— bromeó y vio el cabello de John. —¿Te has quedado sin polvos?

—Se llama moda republicana— respondió a modo de broma—Un etoniense como tú no lo podría entender.

—Perdona, mi majestad— dijo mientras caminaban por las calles. —¿Esto es la catedral? Qué grande. Igualita que las iglesias de Charlestown.

—Sí, muy similares— afirmó John sarcásticamente. —Allí trabaja De Végobre— señaló la biblioteca y Kinlcoh asintió. John se fijó en él, en sus cabellos empolvados y enrulados, en su elegancia inglesa, gestos que se le hicieron algo arrogantes hasta que recordó que él mismo se comportaba así.

—Pensaba que solo te daba clases.

—No, ya lo verás, cuando lo conozcas sabrás que es un hombre muy interesante— dijo emocionado. —Está en su último año de leyes, seguro puede ayudarte en algunas cosas... Oye.

—Dime— dijo el ojiverde mirando a John con curiosidad.

—Me gustaría pedirte perdón por haber sido un... Patán cuando tenia como dieciséis años. Ya no soy así. De verdad quiero que seamos amigos.

—Por supuesto, era en broma lo de idiota.— afirmó el otro surcarolino con una sonrisa divertida. —No estoy molesto contigo por nada.

—No me has llamado idiota, me has dicho estúpido— digo John.

—Venga, no me guardes todo lo que te digo. ¿Me vas a presentar a tus amigos?

—Por supuesto, mañana en la universidad lo haré— afirmó John contento. —Hay un club de esgrima también y por las tardes salimos de vez en cuando. Te invitaré por si quieres venir.

—Eso suena fenomenal. Cuéntame sobre la academia, ¿está bien?

—Sí, hay muy buen ambiente. Me gusta este lugar— aseguró John con una pequeña sonrisa y empezaron a caminar hacia el lago.—¿Dónde te estás quedando?

—En casa de mi tutor. Aún no sé dónde queda. Estoy un poco perdido— aseguró y John asintió. —Se llama...— sacó un papel —Johannes Von Müller— ante la expresión de sorpresa de John, le preguntó si le conocía.

1754-1782Donde viven las historias. Descúbrelo ahora