⚜️Turbulento

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«Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros.»

1 Juan 4:11


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⚜️TURBULENTO⚜️

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~Cuaresma 1773

Shh... Charlotte cierra la boca— dijo Naville. —Qué contestona eres.
Desde que Harry se había marchado John se sentía vacío. Podía hacerle visita los viernes y fines de semana pues allí no querían que los niños se acostasen tarde entre semana. El señor Chais intentó convencer a John de que se quedase y, aunque no estaba muy convencido supo que quería marcharse de allí.

—John— dijo el señor Chauvet antes de que John se marchase de su visita. —¿Tienes el dinero y te hago el recibo?

—Sí, señor— aseguró sacándolo —Aquí está todo— afirmó viendo como el hombre le hacía un recibo.

—Aún no le he encontrado un maestro de danza ni un maestro que pueda hablarle de teología católica y protestante a la vez, pero encontraré uno bueno. De momento lo estoy haciendo yo— aseguró Chauvet y John asintió para después marcharse hacia la casa de Chais.

Solía escribirle a su padre durante las primeras semanas después de ir a ver a su hermano y los domingos, como hizo aquel día. Harry tenía la mañana de los domingos ocupada con sus deberes de cristiano, se convirtieron en algo distinto, pero se veía feliz, jugando con otros niños. También iba a misa a la catedral con el resto de niños y el señor Chauvet el domingo a primera hora. El señor Chauvet le dejaba unos trompos que tenía cuando era pequeño y él siempre disfrutaba, estaba muy feliz. John sabía que sería muy egoísta hacerlo volver solo porque le echaba de menos.

Algunos de sus amigos lo notaron un poco en su expresión, que estaba tan fría como el clima de febrero. —Laurens— dijo De Végobre viendo al joven que miraba atentamente a la chimenea. Sabía que se había despistado de la lección de matemáticas. —Míreme.

—Lo lamento— dijo avergonzado de haber sido descubierto.

—No pasa nada. Harry está bien, no se preocupe. Sé que separarnos de nuestros hermanos es difícil, pero es por su bien— afirmó con una pequeña sonrisa.

—Lo sé, solo que hoy no me encuentro demasiado bien— volvió a centrarse en las matemáticas y dejaron la conversación para más tarde. —Debo pasarle a mi padre una factura por el cambio de Harry, no creo que vaya a estar contento— explicó pues el hombre le había pedido que le contase que es lo que tanto le preocupaba. —Han añadido algunos nuevos profesores y han quitado otros, pero los costos son más elevados que en un principio. Estoy preocupado por eso. No porque no pueda pagarlo, solo que mi padre tal vez me llama la atención. No entenderá por qué este cambio tan inexplicable y no quiero más preguntas.

En efecto, aquellas noticias no fueron precisamente música para los oídos de su padre que, le escribió bastante molesto y se desquitó con él.  No fue solo por eso, si no también por unas malas rachas con las plantaciones y los negocios de la familia. John había gastado el fondo que debía durar hasta marzo, posiblemente una mala administración del dinero o las inesperadas cuotas de admisión de la nueva escuela y el nuevo hogar de Harry. No le concretó el motivo que le hizo tomar aquella decisión, ni su enojo con el señor Chais. —Debería explicarle todo lo que ha sucedido— dijo De Végobre. —Seguro lo entiende.

—No quiero hablar de ello.

—¿Hay algo que yo no sepa?— Dedujo el mayor y John no contestó. —Créame que si necesita algo estoy aquí.

1754-1782Donde viven las historias. Descúbrelo ahora