1754-1782

✳️28 de Octubre de 1754

“Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar„

(Éxodo 20, 12)

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✳️28 OCTUBRE 1754✳️

~Todos los santos 1754
📍St. Michael’s Alley, SC

Los sirvientes abrieron la puerta. Acababa de entrar a la habitación y se acercaba lentamente a la cama. La cortina solo estaba cubriendo media ventana. -Ellie, ¿ha ido todo bien?- Preguntó acercándose a su esposa que sonrió.

-Sí, es un varón precioso- contestó la mujer.

John nació en Charlestown, en la calle de Michael’s Alley. Era la vieja casa de matrimonio de sus padres.

-¿Puedo verlo?- Eleanor acomodó la manta que enrollaba al bebé y se lo mostró al hombre, le dejó tomarlo. -Nuestro pequeño Jack es hermoso. Será el mejor abogado de las colonias. ¿No crees?

-Aún es un poco temprano para decidirlo- aseguró Eleanor viendo a su marido sujetar la pequeño. -De momento debe ser un buen compañero de juegos para su hermano.

-He comprado dos fincas en Philadelphia. Voy a mandar construir un paraíso. He hecho que el arquitecto diseñe los jardines más grandes y hermosos para ti a las afueras de la ciudad, para que te recuperes con tranquilidad.

-Muchas gracias- respondió la mujer con una sonrisa alegre. -Quiero una institutriz para Jack y una nueva para Harry. Margaret debe marcharse, es mayor.

-La mandaremos a las cocinas- dijo el hombre. -Los chicos necesitan unas muchachas jóvenes. ¿Has pensado en alguien?

-En las hijas Durham. No están prometidas y vienen de buenos aposentos- respondió. -No creo que una sirvienta deba educar a los niños.

-Le enviaré una carta a su padre y ofreceré 200 libras*  mensuales por cada una

-¿Está por aquí Celia?- Preguntó Henry por la dama de Eleanor.

-Se ha marchado a lavar.

-Si la ves, dile que el pequeño también necesita un ayudante de cámara- dijo Henry pensando en quien podría ser. -Tal vez George desempeñaría bien ese papel.

-También había pensado en él. Le diré a María que lo llame— dijo refiriéndose a su sirvienta.

Los primeros meses fueron tranquilos como los de cualquier pequeño ser. La señorita Durham pasaba gran parte del día con él. A veces iba su madre después de los paseos y lo tomaba un tiempo entre sus brazos. Sus padres compartían más tiempo con su hermano, dos años mayor.

Henry constantemente escribía cartas para su hermano, hablando de la pequeña familia que estaban formando. Todo era ideal y en poco tiempo, Eleanor empezó a salir con John a los paseos por el jardín que hacían todos juntos. A veces iba a brazos de su padre y miraba desde las alturas todo el jardín y otras en un carro que llevaba la señorita Durham. -Creo que Jack está cansado- dijo Eleanor. Comparado con su hermano, John era tranquilo, al menos durante su primera infancia.

No entendía de horarios, ni de trabajos, por lo que solía despertar temprano a sus padres porque tenía hambre o solo quería algún juguete. A veces rechazaba los cuidados de la señorita Durham porque sabía que no era madre suya. Siempre le había gustado que su hermano se asomase también a su cuna, sus ojos se mostraban felices, extendía sus pequeños brazos y expresaba su risueño rostro de bebé.