𝐀𝐦𝐢𝐠𝐨𝐬...¿𝐎 𝐚𝐦𝐚𝐧𝐭𝐞𝐬? >>𝐒𝐩𝐢𝐝𝐞𝐫𝐁𝐞𝐚𝐫<<

𝟏𝟐

── Oye, Spreen. ── El nombrado lo miró. ── ¿Vienes conmigo? A Ed. Física. ── Preguntó el castaño.

── Bueno, dale. ── Aceptó sin pensar mucho el oso.

[✰]

Tal vez Spreen tuvo que haber pensado un poco antes de aceptar.

Verán, es sabido que, si vas con Roier a Ed. Física, siempre hacen una parada en su casa para comer algo. Bueno, Spreen no tuvo en cuenta eso a la hora de aceptar.

── ¿Para-..esto m-me preguntaste si te acompañaba?..── Habló con voz agitada el oso.

Roier le dió una pequeña sonrisa "malvada".

── Tal vez. ── Y dicho eso, volvió a besarlo.

Oh sí, ahora el castaño y el oso tenía una especie de relación de...amigos con derechos, pero que no iba a nada más que los besos.

Roier aprovechaba cada vez que estaban solos para besarlo, no importaba si era un instante, siempre lo hacia.

── Mepa que te volviste medio adicto a esto. ── Habló Spreen. (Mepa* " Me parece").

── La mejor de las adicciones entonces. ── Contestó el castaño. Ambos sonrieron, y volvieron a unirse en otro beso.

── R-Ro..── Habló entre el beso.

── Dime. ── Spreen lo apartó un poco, eso lo molestó un poco.

── Alguien puede entrar. ── Contestó este viéndole a los ojos. ── Que nos encuentre alguien random, bue, ya fue, ¿Pero acá? Acá está tu familia, ¡Son re religiosos ellos!

Roier se quedó pensando un momento. Era verdad. Pero sabía que nadie iba a entrar, sabían que estaba con su amigo, así que no molestarían. Además, él le había dicho a su madre que tocara la puerta cuando la comida esté.

── Nadie va a entrar, osito. ── Spreen se sonrojo ante el apodo. ── Te lo aseguro, le dije mi jefa que toque si estaba la comida. ── Agregó, mientras veía con una cálida sonrisa al oso y acariciaba su mejilla.

── Bueno.., confío en vos, eh. ── Contestó Spreen, tratando de sonar retador.

Roier rió ante eso.

Spreen amó su risa.

── Que paranoico eres. ── Continuó el castaño.

── Me aseguro nomas. ── Ambos volvieron a sonreírse.

Mientras ellos seguían en su burbuja de besos y risas, una pregunta inundó la cabeza de Spreen; ¿Qué se supone que eran?

Él debía admitirlo, Roier le gustaba. Amaba estar con él, su risa, sus chistes tontos, sus lindos ojos cada vez que se veían reflejados con los suyos. Lo amaba.

Pero...¿Roier gustaba de él? Sí, ellos se besaban, pero tal vez era solo para eso. Tal vez Roier no sentía nada, pero le gustaba los besos.

── Para. ── Habló Spreen, Roier lo vió confundido. ── Perdón, tengo que ir al baño. ── Y sin decir más, se levantó de la cama y fue directo al baño de aquella habitación. Necesitaba pensar un momento.

Roier lo vió alejarse de él. Cuando escuchó la puerta cerrarse, se sentó bien en su cama y suspiró. Un suspiro de...enamorado, tal vez.

"Toc, Toc"

Habían tocado la puerta, su madre, pensó. Mientras se levantaba, pudo escuchar la voz de su madre.

── Roier, la comida ya está. Avisale a tu amigo. ── Habló animada la mujer.

"Mi amigo.." pensó Roier.

── Sí, ya vamos. ── La mujer le contestó con un "Okey" y se fue. Roier se acercó a la puerta del baño, y la tocó no tan fuerte. ── ¿Spreen? La comida ya está, vamos.

Spreen, aún dentro del baño, escuchó atentamente lo que el otro le decía. Había estado pensando en todas las posibilidades de que pudieran estar juntos, y su conclusión fue "mejor dejo de pensar en esto, alta boludes".

── Ahí salgo. ── Se lavó su cara, se secó y salió. Y ahí pudo verlo, el castaño dueño de sus pensamientos. ── ¿Vamos?

Roier le sonrió.

── Vamos. ── Le tomó de la mano y se fueron. Otra vez, Spreen sentía sus mejillas arder. Claro, eso no duró mucho, en el instante que llegaron al comedor, se soltaron.

Comieron unos sanguches que la madre de Roier les hizo; muy ricos. Al ver la hora, tuvieron que irse mientras comían.

── Tu mamá es muy buena. ── Habló Spreen, mientras aún seguía comiendo. Roier le había vuelto a tomar de la mano. ── Cocina re bien.

── ¿Verdad que sí? No sé que voy a hacer el día que me vaya de casa. ── Respondió. ── Si es que me voy.

── Seguro terminás abajo de un puente. ── Dijo indiferente el oso, ahora sí, ya terminando de comer.

── ¿¡Eh!? ¡Que malo eres, Spreen! ── Dijo con una gran sonrisa. Se acercó aún más al oso, haciéndole cosquillas.

Spreen rió ante el acto, claramente. Roier podría jurar que se derretiría ahí mismo de lo linda que se escuchaba su risa. Siguió con lo suyo, hasta acercarse aún más a él y empezar a besar su cuello, esto también le dió cosquillas al otro.

── ¡P-para! ── Le pidió entre risas.

Roier se separó de él finalmente.

── Ahora ya sabes ── Dijo el castaño victorioso. ──, no debes meterte más conmigo.

── Sí, sí, ajá. ── Le contestó, aún entre pequeñas risas.

Y así, continuaron su camino hasta la cancha donde tendrían Ed. Física. Ahí se encontraron con los demás y siguieron como si nada.

Tal vez lleguen a algo en algún momento.

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