Capítulo IX

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Louis lo miró perplejo, sin saber qué decir. Su cabeza iba a mil por hora. ¿Cómo había sido capaz?

—No sé como besas tú —tartamudeó enfadado, mirándolo con toda la rabia del mundo. Harry, sin embargo, sonrió burlón disfrutando de la situación.

—¿Ah, no? ¿Y qué pasa con el beso del otro día?

—No sé de qué mierda estás hablando.

—¿Debo refrescarte la memoria? —hizo una leve pausa para dejarlo responder, y soltó una carcajada cuando no lo hizo—. Tú, yo, en las gradas del patio. Bajo la luz de la lun...

—Eres un cerdo asqueroso —lo interrumpió.

Comenzó a reír cuando pudo deleitarse con el enfado que crecía de a poco en sus entrañas, y miró a Zayn y Niall, quiénes observaban la escena escuchando atónitos.

—Ayer me comía la boca y hoy me llama cerdo asqueroso. ¿Os podéis creer cómo está la juventud de hoy en día? —ironizó divertido.

—¿Os habéis...? ¿Vosotros...? ¿Un beso en...? —Niall no daba crédito a la situación.

—Fue un error —gruñó Louis—. Algo que no debió pasar, y que desde luego, no volverá a pasar nunca.

—Fue un error, dice —rió de nuevo—. Cinco minutos más, y te habría acabado poniendo a cuatro patas contra las putas gradas.

—Exclamó el hetero... ¿No? —lo desafió Louis, devolviéndosela sin cuidado.

Su risa cesó de golpe y una mirada de advertencia recayó sobre el ojiazul, quien sonrió orgulloso al haberlo expuesto tal y como había hecho con él.

—Una cosa no quita la otra.

—Acabas de decir que poco más y te lo habrías follado. Llámame tonto, pero a mí me dicen de follarme a una tía, y vomito —intervino Niall, dando su humilde punto de vista. Harry lo miró con seriedad.

—Cállate, rubio.

—Como pican las verdades —murmuró el ojiazul.

—Bueno, ya está bien —por primera vez en toda la conversación, fue Zayn quien quiso apaciguar la incomodidad del ambiente—. ¿Queréis seguir jugando, o nos vamos?

—Ni una, ni la otra —masculló Harry, levantándose de su sillón—. Voy a follarme a la maldita camarera que no me ha dejado de mirar desde que la he besado. Cuando acabe os llamo y me decís dónde estáis.

—A lo mejor te mira porque le has comido la jodida boca sin siquiera saludarla antes —bufó el ojiazul, sin mirarlo. Sin embargo, Harry, le dedicó una sonrisa burlona antes de alejarse.

—¿Quieres unirte?

—Antes muerto.

Pudo escuchar con claridad como una carcajada algo irónica se escapaba de entre sus labios mientras se acercaba a la camarera, y suspiró enrabiado. Lo odiaba, lo odiaba con todo su ser.

Lo miró con asco cuando lo vio entrar en el baño con aquella camarera, ambos besándose como si la vida se les fuera en ello, y tensó la mandíbula cuando Niall captó su atención.

—¿Estás celoso?

—¿Celoso? —se apresuró en su respuesta, casi ofendido—. Celoso estoy de quien no tenga que aguantarlo cada jodido día.

—Bueno... vamos a bailar —sonrió Niall.

[...]

Una sonrisa estúpida se formuló en sus labios cuando llevó aquel líquido amargo a su boca, decidido a bebérselo de un solo trago. ¿Era el séptimo? ¿Quizás el octavo? No tenía ni idea.

El orfanatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora